9 maneras geniales de usar la sal marina para tener una piel y un cabello más bonitos
Nuestros cuerpos contienen la misma concentración de minerales y nutrientes que el agua del mar, por lo que no es de extrañar que la sal marina sea un aliado natural para equilibrar, proteger y restaurar el cuerpo y la piel.
Una de las principales diferencias entre la sal marina y la sal común es el contenido de minerales: La sal marina está cargada de minerales, como el magnesio, el calcio, el sodio y el potasio, todos los cuales desempeñan un papel clave en la salud, la función y la comunicación celular de nuestra piel. Cuando el equilibrio mineral de la piel se altera, aparecen síntomas como la sequedad, la falta de brillo, la irritación y las manchas, especialmente cuando llega el clima más frío y seco. Incorporar la sal marina de la cocina a tu rutina de belleza puede ayudar a equilibrar y mejorar la hidratación, reforzar la barrera protectora de nuestra piel y poner en marcha las señales de comunicación entre células que se ralentizan con la edad.
1. Mascarilla equilibrante
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Tanto la sal como la miel tienen propiedades antiinflamatorias para suavizar la piel y calmar los brotes y la irritación. También ayudan a equilibrar la producción de grasa y a retener la hidratación en las capas de la piel donde más se necesita.
Pruébalo: Mezcla dos cucharaditas de sal marina (preferiblemente finamente molida) con cuatro cucharaditas de miel cruda para crear una pasta untable. Aplicar uniformemente sobre la piel limpia y seca, evitando el área de los ojos. Dejar reposar de 10 a 15 minutos. Antes de aclarar, empapar una toalla en agua muy caliente y escurrirla suavemente. Coloque la toalla caliente sobre el rostro durante 30 segundos. Utiliza los dedos para exfoliar suavemente con movimientos circulares mientras te aclaras bien la piel con agua tibia. Sigue con tu rutina habitual de cuidado de la piel.
2. Tónico facial antigrasa
La sal ayuda a limpiar los poros en profundidad, a equilibrar la producción de grasa y a frustrar las bacterias que pueden instigar los brotes y el acné.
Pruébalo: Mezcla una cucharadita de sal marina con cuatro onzas de agua tibia en una pequeña botella de spray hasta que la sal se disuelva. Rocíe sobre la piel limpia y seca, evitando los ojos. Utilizar a diario o dos veces al día.
3. Exfoliante corporal suavizante
La sal es un suave exfoliante natural que desprende la piel muerta. También tiene minerales para suavizar la piel y restaurar la hidratación.
Pruébalo: Mezcla un cuarto de taza de sal y media taza de aceite de oliva o de coco ablandado hasta conseguir una pasta espesa. Si lo deseas, añade 10 gotas de tu aceite esencial favorito. Aplíquela en la ducha con una toallita, una esponja vegetal o las palmas de las manos, frotando suavemente la piel con movimientos circulares.
4. Exfoliante rejuvenecedor
La sal es un exfoliante que suaviza la piel y la restaura. El aloe vera hidrata, cicatriza y ayuda a la renovación celular de la piel, mientras que la lavanda es un antiséptico natural que aumenta la circulación.
Pruébalo: Mezcla media taza de sal, un cuarto de taza de jugo o gel de aloe vera puro, un cuarto de taza de aceite (a tu elección), una cucharada de flores de lavanda secas y 10 gotas de aceite esencial de lavanda. La mezcla resultante debe formar una pasta espesa; si está demasiado seca, añade unas gotas más de aceite. Aplícala en la ducha con una toallita, un estropajo o las palmas de las manos, frotando suavemente la piel con movimientos circulares.
5. Baño relajante de sal
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La sal absorbe la suciedad, la mugre y las toxinas y limpia los poros de tu piel en profundidad. El contenido mineral de la sal ayuda a restaurar la barrera protectora de la piel y la ayuda a mantener la hidratación. Es posible que notes que tu piel no se arruga ni se arruga después de un buen y largo remojo en agua con sal, lo cual es una prueba de que un baño de sal ayuda a tu piel a retener la humedad. El magnesio de la sal marina también puede ayudar a reducir la retención de agua (es decir, la hinchazón) en el cuerpo.
Pruébalo: Añade un tercio de taza de sal a una bañera llena de agua tibia y remueve para disolver la sal. Sumérgete de 15 a 30 minutos.
6. Tratamiento anticaspa para el cuero cabelludo
La sal ayuda a aflojar y eliminar las escamas existentes al tiempo que estimula la circulación para un cuero cabelludo sano. Este ingrediente también absorbe el exceso de grasa y humedad para prevenir el crecimiento de hongos e inhibir la raíz de la caspa.
Pruébalo: Separa tu cabello unas cuantas veces y espolvorea una o dos cucharaditas de sal en tu cuero cabelludo. Con los dedos mojados, masajea el cuero cabelludo suavemente y a fondo durante 10 o 15 minutos (si puedes contratar a alguien para que lo haga por ti, es muy relajante). Lávese y acondicione su cabello con sus productos favoritos. Los resultados serán inmediatos.
7. Blanqueador de dientes
La sal y el bicarbonato de sodio son dos abrasivos suaves que ayudarán a eliminar las manchas y a dar brillo a los dientes. La sal también contiene una fuente natural de flúor, que es una ventaja para tus dientes y encías.
Pruébalo: Mezcla una cucharadita de sal y dos cucharaditas de levadura en polvo. Sumerge un cepillo de dientes húmedo en la mezcla y cepilla los dientes normalmente. Si el sabor es demasiado intenso, prueba a poner una pizca de pasta de dientes en el cepillo antes de sumergirlo en la mezcla.
8. Enjuague bucal natural
La sal actúa como desinfectante para eliminar las bacterias que pueden causar mal aliento y gingivitis.
Pruébalo: Mezcla media cucharadita de sal, media cucharadita de bicarbonato de sodio y un cuarto de taza de agua hasta que la sal se disuelva. Mueve la solución por la boca y entre los dientes. Escupe y enjuaga.
9. Tratamiento para aclarar las uñas
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La sal suaviza las cutículas y la piel y fortalece las uñas. El bicarbonato de sodio y el limón actúan para reducir el amarillamiento y las manchas para que las uñas tengan un aspecto más brillante y saludable.
Pruébalo: Mezcla una cucharadita de sal, una cucharadita de bicarbonato de sodio, una cucharadita de jugo de limón y media taza de agua tibia en un tazón pequeño. Sumerge las uñas en la solución durante 10 minutos y luego frótalas con un cepillo suave. Aclara las manos y humedécelas.
Este artículo se publicó originalmente en WomensHealth.com.
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