Blanqueador líquido
El hipoclorito de potasio (KClO) fue sintetizado por el científico francés Berthollet en 1789, mediante la reacción del gas cloro (Cl
2) con una solución de hidróxido de potasio (potasa, KOH). También descubrió sus propiedades para blanquear la ropa y se dispuso a comercializarlo con el nombre de Eau de Javel («agua de Javel») en honor al barrio de París donde se fabricaba. Fue el primer producto destinado específicamente a esa aplicación, y acortó el proceso de blanqueo de telas recién hechas de meses a horas.
El químico e industrial escocés Charles Tennant propuso en 1798 una solución de hipoclorito de calcio como alternativa al agua de Javel, y patentó el polvo blanqueador (hipoclorito de calcio sólido, Ca(ClO)2) en 1799.
Alrededor de 1820, Antoine Labarraque sustituyó la potasa por el hidróxido de sodio (lejía de sosa, NaOH), un precursor mucho más barato, produciendo así el Agua de Labarraque, básicamente la misma «lejía líquida» (NaClO) que se sigue utilizando hoy en día. También descubrió sus propiedades desinfectantes y contribuyó a su difusión en todo el mundo con ese fin. Su trabajo mejoró en gran medida la práctica médica, la salud pública, las condiciones sanitarias de los hospitales, los mataderos y todas las industrias que trabajan con productos animales, décadas antes de que Pasteur y otros establecieran la teoría de los gérmenes de las enfermedades. En particular, condujo a la práctica casi universal de la cloración del agua del grifo para prevenir la propagación de enfermedades como la fiebre tifoidea y el cólera.