Ciclo del carbono
Ciclo del carbono, en biología, circulación del carbono en diversas formas a través de la naturaleza. El carbono es un constituyente de todos los compuestos orgánicos, muchos de los cuales son esenciales para la vida en la Tierra. La fuente del carbono que se encuentra en la materia viva es el dióxido de carbono (CO2) en el aire o disuelto en el agua. Las algas y las plantas verdes terrestres (productoras) son los principales agentes de fijación del dióxido de carbono mediante el proceso de fotosíntesis, a través del cual el dióxido de carbono y el agua se convierten en carbohidratos simples. Estos compuestos son utilizados por los productores para llevar a cabo el metabolismo, y el exceso se almacena en forma de grasas y polisacáridos. Los productos almacenados son luego ingeridos por los organismos consumidores, desde los protozoos hasta el hombre, que los convierten en otras formas. El CO2 es añadido directamente a la atmósfera por los animales y algunos otros organismos como subproducto de la respiración. El carbono presente en los desechos de los animales y en los cuerpos de todos los organismos es liberado como CO2 por los organismos descomponedores (principalmente bacterias y hongos) en una serie de transformaciones microbianas.
Parte del carbono orgánico -los restos de los organismos- se ha acumulado en la corteza terrestre en forma de combustibles fósiles (por ejemplo, carbón, gas y petróleo), piedra caliza y coral. El carbono de los combustibles fósiles, eliminado del ciclo en la prehistoria, se libera ahora en grandes cantidades como CO2 a través de los procesos industriales y agrícolas, y gran parte de él pasa rápidamente a los océanos y allí se «fija» como carbonatos. Si el oxígeno es escaso (como en las aguas residuales, los pantanos y las ciénagas), parte del carbono se libera como gas metano.