Concepto de compulsivo
La palabra compulsivo se deriva de compulso, que en su etimología nos remite al latín «compulsus» implicando una relación por la cual algo o alguien se ven obligados a realizar una acción no querida, porque otro, o las condiciones personales del mismo sujeto, se la impone, con autoridad o violencia.
Se usa con frecuencia en psicología y psiquiatría para referirse a ciertos hábitos, como comprar, fumar, comer o beber en exceso, que el sujeto ha adquirido, y no puede dejarlos, pues el impulso que sienten es irrefrenable. Lo mismo puede decirse de aquellos que no puede dejar de hurtar objetos, aún cuando no les son necesarios o podrían adquirirlos con su dinero, a los que llamamos cleptómanos (ladrones compulsivos).
Existe un trastorno de la personalidad conocido como TOC (trastorno obsesivo compulsivo) que se manifiesta con la realización por parte del afectado (hombre o mujer de cualquier edad) de conductas que se repiten a modo de rituales, con el fin de calmar una sensación de ansiedad ocasionada por pensamientos obsesivos involuntarios, que le generan inestabilidad emocional (temores, aprensiones o inquietudes). Este trastorno puede controlarse con fármacos y/o terapia psicológica. Esos rituales son molestos para quien lo sufre y para su entorno, lo que puede desencadenar problemas familiares, laborales o sociales en general. El enfermo entiende que no son conductas «normales» pero no puede prescindir de su ejecución. Entre las conductas compulsivas más frecuentes que acompañan a la obsesión, están la limpieza repetitiva, la verificación insistente de que puertas o ventanas o llaves de paso de gas o de agua estén bien cerradas, contar, realizar sumas u otras operaciones mentales, etcétera.