Decapitación
Decapitación, modo de ejecución de la pena capital por el que se separa la cabeza del cuerpo. Los antiguos griegos y romanos la consideraban una forma de muerte muy honorable. Antes de la ejecución, el criminal era atado a una estaca y azotado con varas. En los primeros tiempos se utilizaba un hacha, pero más tarde se utilizó una espada, que se consideraba un instrumento de muerte más honorable, para los ciudadanos romanos. La decapitación ritual conocida como seppuku se practicó en Japón desde el siglo XV hasta el XIX. Una consecuencia simbólica de la Revolución Francesa fue la extensión del privilegio de la decapitación a los criminales de nacimiento ordinario, mediante la guillotina.
Según la tradición, la decapitación por espada fue introducida en Inglaterra por Guillermo el Conquistador en el siglo XI. La muerte por espada, en la que la víctima estaba de pie o arrodillada (porque un bloque habría impedido el golpe descendente del arma), solía reservarse para los delincuentes de alto rango, ya que se consideraba el equivalente a morir en batalla. Simon, Lord Lovat, fue la última persona en ser ejecutada de este modo en Inglaterra, en 1747.
La decapitación, normalmente con un hacha, era el método habitual para ejecutar a los traidores en Inglaterra. La víctima era arrastrada (arrastrada por un caballo hasta el lugar de ejecución), colgada (no hasta la muerte), destripada, decapitada y luego descuartizada, a veces atando cada una de las cuatro extremidades a un caballo diferente y espoleándolas en distintas direcciones. En 1820, los conspiradores de Cato Street, liderados por Arthur Thistlewood, se convirtieron en las últimas personas decapitadas con hacha en Inglaterra. Habiendo conspirado para asesinar a miembros del gobierno, fueron declarados culpables de alta traición y ahorcados, y sus cadáveres fueron decapitados.
Aunque la decapitación fue uno de los medios para ejecutar a los presos políticos en la Alemania nazi, la práctica es ahora rara en los países europeos, ya que la mayoría ha abolido la pena capital. Sin embargo, todavía se practica ocasionalmente en algunos países de Asia y Oriente Medio.
A partir del asesinato de Daniel Pearl, un periodista estadounidense secuestrado en Pakistán en 2002, los grupos militantes islámicos como Al Qaeda adoptaron la decapitación como herramienta de propaganda, distribuyendo horripilantes vídeos de dichas ejecuciones a los medios de comunicación y en Internet. El EIIL, grupo insurgente suní de Irak y Siria, organizó decapitaciones masivas de cautivos sirios e iraquíes a partir de 2014 y también utilizó la amenaza de decapitación para obtener el pago de rescates de algunos gobiernos occidentales. Varios rehenes británicos y estadounidenses fueron decapitados por el EIIL.