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La empresa canadiense de camuflaje Hyperstealth Biotechnology ha patentado la tecnología que hay detrás de un material que curva la luz para hacer que las personas y los objetos sean casi invisibles a simple vista.

El material, llamado Quantum Stealth, está todavía en fase de prototipo, pero fue desarrollado por el director general de la empresa, Guy Cramer, principalmente con fines militares, para ocultar agentes y equipos como tanques y aviones en el campo.

Además de hacer que los objetos sean casi invisibles a simple vista, el material también los oculta de las cámaras de infrarrojos y ultravioletas.

A diferencia de los materiales de camuflaje tradicionales, que se limitan a condiciones específicas como bosques o desiertos, según Cramer esta «capa de invisibilidad» funciona en cualquier entorno o estación del año, a cualquier hora del día.

Esto es posible gracias a lo que se denomina lente lenticular: una lámina ondulada en la que cada cresta está formada por una lente convexa -o curvada hacia fuera-.

Las más habituales son los marcapáginas en 3D o los cromos de fútbol coleccionables, pero en este caso se dejan transparentes en lugar de imprimirlos.

Cuando varias de estas láminas lenticulares con diferentes distribuciones de lentes se colocan en capas de la forma adecuada, son capaces de refractar la luz en un sinfín de ángulos diferentes para crear «puntos muertos».

La luz ya no es capaz de pasar a través de estos puntos, ocultando de la vista el sujeto que se encuentra detrás de ellos, mientras que el fondo permanece inalterado.

«Dobla la luz como lo hace un vaso de agua cuando una cuchara o una pajita en su interior parece doblada», dijo Cramer a Dezeen. «Salvo que he descubierto cómo hacerlo con un volumen y un grosor de material mucho más pequeños».

Los vídeos publicados por la empresa demuestran la capacidad de Quantum Stealth para funcionar incluso cuando el material tiene el grosor de una hoja de papel, manteniéndose ligero y barato de producir al tiempo que es lo suficientemente sustancial como para bloquear también las cámaras térmicas.

Sin embargo, siguen existiendo algunas restricciones a la eficacia del material, ya que requiere que el sujeto u objeto se sitúe a cierta distancia para quedar oculto, y el efecto puede ser más o menos convincente cuando se ve desde diferentes ángulos.

La patente incluye 13 versiones diferentes del material, que están retocadas para permitir que se oculten objetos más grandes, con patrones para su uso en la caza o capaces de distorsionar un objeto en caso de que no se pueda ocultar del todo.

«Estamos en proceso de trabajar con los fabricantes para equipar estas lentes únicas», explicó Cramer. «Las versiones fabricadas deberían ser muy claras y bastante detalladas en comparación con los toscos prototipos que tengo actualmente. Preveo que el material estará listo para la mayoría de las aplicaciones en los próximos 12 meses».

Esto incluye su uso para fabricar artículos como escudos antidisturbios, redes de camuflaje, paracaídas o tiendas de campaña desplegables.

«Todavía no será ropa debido a la distancia de separación necesaria. Yo le daría una probabilidad del 80% en algún momento del futuro», continuó.

Al margen de las aplicaciones militares, Cramer también afirma que pudo utilizar el material para triplicar la producción de energía de los paneles solares gracias a su gran superficie reflectante.

Las iteraciones anteriores de «capas de invisibilidad» que han desarrollado investigadores y científicos están más cerca de los dispositivos que de los materiales.

Entre ellos se encuentra el Rochester Cloak -un sistema de cuatro lentes, colocadas a distancia entre sí, que se limita a hacer desaparecer objetos pequeños-, así como un dispositivo de camuflaje hecho con anillos de cobre por científicos de la Universidad de Duke capaz de curvar la luz de las microondas alrededor de un objeto.

Daan Roosegaarde habló hace unos años a Dezeen de un proyecto que da la vuelta a esta idea. En lugar de un material que oculte a la persona que está detrás, el diseñador holandés estaba trabajando en un traje que se vuelve transparente cuando el usuario miente, algo que sugirió que podría utilizarse para «exponer a los banqueros deshonestos».

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