Eriosomatinae
Los pulgones lanígeros no suelen ser motivo de alarma, aunque pueden causar daños bastante antiestéticos en las plantas, lo que supone un problema especialmente para los cultivadores de plantas ornamentales. Los síntomas causados por su alimentación en una planta incluyen hojas retorcidas y rizadas, follaje amarillento, crecimiento deficiente de la planta, bajo vigor de la planta y muerte de las ramas.
El pulgón lanígero de la manzana, Eriosoma lanigerum, es una plaga muy extendida en los árboles frutales, alimentándose principalmente de manzanas, pero también de peras, espinos, fresnos, alisos, olmos y robles. Entre las especies que producen agallas se encuentran Melaphis rhois y Pemphigus spp.
Los daños menores pueden ser causados por la melaza que segregan los pulgones lanígeros, que es difícil de eliminar. Mientras que la melaza en sí no causa demasiado problema, la melaza puede provocar el crecimiento de moho de hollín, que puede bloquear parte de la luz solar necesaria para la fotosíntesis.
Los pulgones lanígeros y otros insectos chupadores son a menudo vectores de transmisión del oídio (un hongo blanco que crece en las partes superficiales de algunas plantas), y de otras enfermedades infecciosas. En los climas subtemplados, los pulgones suelen preceder y ser un indicador de diversas infecciones de las plantas, incluido el oídio. Los pulgones penetran en las superficies de las plantas, donde suelen residir, y proporcionan una serie de inoculantes potenciales a través de sus secreciones físicas, digestivas o fecales. Los pulgones suelen ser un indicador de otros posibles problemas de las plantas.