Heráldica

Heráldica, la ciencia y el arte que se ocupan del uso, la exhibición y la regulación de los símbolos hereditarios empleados para distinguir a individuos, ejércitos, instituciones y corporaciones. Estos símbolos, que se originaron como dispositivos de identificación en banderas y escudos, se denominan escudos de armas. Definida estrictamente, la heráldica denota lo que pertenece al oficio y al deber de un heraldo; la parte de su trabajo que se ocupa de los escudos de armas se denomina propiamente armería. Pero en el uso general la heráldica ha llegado a significar lo mismo que la armería.

El significado inicial del término heraldo es discutido, pero la derivación preferida es del anglosajón here («ejército») y wald («fuerza» o «dominio»). En la segunda mitad del siglo XII, los hombres que supervisaban las fiestas y entregaban las invitaciones a los invitados eran a menudo los mismos juglares que, tras los torneos y las batallas, ensalzaban las virtudes y las hazañas de los vencedores. Los heraldos pueden identificarse en las descripciones de los torneos a partir de 1170 aproximadamente. Las funciones de los juglares y de los mensajeros parecen haberse fusionado entonces y, a medida que los juglares relataban las hazañas y virtudes de sus señores y de los antepasados de éstos, se desarrollaba su interés por la genealogía. Esa nueva habilidad estaba relacionada con sus deberes en los torneos, que incluían la necesidad de reconocer los estandartes y escudos de todos los invitados a asistir. A medida que la heráldica desarrollaba su elaborado lenguaje técnico y se ampliaba la exhibición de armaduras en los siglos posteriores, también crecía la importancia y el consiguiente estatus de los heraldos.

La heráldica se originó cuando la mayoría de la gente era analfabeta pero podía reconocer fácilmente un diseño audaz, llamativo y sencillo. El uso de la heráldica en las guerras medievales permitía a los combatientes distinguir a un caballero vestido con cota de malla de otro y, por tanto, distinguir entre amigos y enemigos. Así, la sencillez era la principal característica de la heráldica medieval. En el torneo había una forma más elaborada de diseño heráldico. Cuando la heráldica dejó de usarse en las armaduras y los dispositivos heráldicos pasaron a formar parte de la vida civil, se desarrollaron intrincados diseños con un significado esotérico totalmente opuesto al propósito original de la heráldica. En los tiempos modernos, la heráldica se ha considerado a menudo un misterio y un asunto sólo para expertos. De hecho, a lo largo de los siglos su lenguaje se ha vuelto intrincado y pedante. Tal complejidad parece ridícula cuando se recuerda que en épocas anteriores el rápido reconocimiento de un escudo o insignia podía significar la diferencia entre la seguridad y la muerte, y algunas batallas medievales se perdieron por un error sobre la similitud de dos dispositivos de bandos opuestos.

Al igual que todas las demás creaciones humanas, el arte heráldico ha reflejado los cambios de la moda. A medida que la heráldica avanzaba desde sus usos utilitarios, su calidad artística disminuía. En el siglo XVIII, por ejemplo, la heráldica describía las nuevas armas de forma absurdamente obtusa y las representaba con un estilo demasiado intrincado. Gran parte del arte heráldico de los siglos XVII a XIX se ha ganado la designación de «la Decadencia». No fue hasta el siglo XX cuando el arte heráldico recuperó el sentido de la belleza estética. No obstante, todavía existen algunos dibujos de escasa calidad procedentes de fuentes oficiales.

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