La globalización y el medio ambiente | Globalización101

Estas cuestiones han surgido principalmente como resultado de una mayor integración económica, pero la globalización también ha supuesto un importante cambio conceptual en la forma de pensar sobre el medio ambiente. Muchos de nosotros vemos ahora los problemas medioambientales como una preocupación internacional, no sólo de interés nacional, como la protección de los océanos y la atmósfera de la contaminación. El medio ambiente se considera ahora «patrimonio común de la humanidad», y los problemas medioambientales son cada vez más objeto de esfuerzos internacionales debido a sus efectos transfronterizos y a la imposibilidad de que una o unas pocas naciones puedan resolver estos problemas por sí solas (Baslar, 2011).

Por ello, una legión de organizaciones públicas internacionales y privadas no gubernamentales buscan soluciones para los problemas medioambientales, como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Greenpeace y el Worldwatch Institute. Se han celebrado multitud de tratados para armonizar la política gubernamental de protección del medio ambiente. Algunos ecologistas han llegado a proponer la creación de una «organización mundial del medio ambiente» para coordinar las políticas medioambientales internacionales.

Existe una creciente literatura de ecologistas y ONG sobre la importancia de esa gobernanza medioambiental global (Esty, 2001). Una propuesta presentada en 2007 por el ex presidente francés Jacques Chirac para la creación de un organismo de este tipo dentro de la ONU obtuvo el apoyo de más de cuarenta países. El diálogo sobre su creación también ha llegado a las altas esferas de la OMC, donde los directores lo han sugerido en numerosas ocasiones y se debate en foros y conferencias públicas anuales. El organismo medioambiental de la ONU no se ha creado principalmente por la falta de voluntad de Estados Unidos y China. En enero de 2012, Francia volvió a pedir la creación de una Organización Mundial del Medio Ambiente para prevenir los conflictos por los recursos y la creciente amenaza del cambio climático global, sin embargo, esto fue nuevamente rechazado en la conferencia Río+20. No obstante, la conferencia dio lugar a propuestas más sólidas
para reforzar el actual Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Johnson, 2012).

Sin embargo, otros han cuestionado la necesidad de una protección medioambiental rigurosa por motivos científicos, económicos y de soberanía. Los críticos de la protección del medio ambiente sostienen que se han exagerado los supuestos peligros, como el calentamiento global, y se ha minimizado el daño económico de la regulación de los recursos naturales, en pos de una agenda radical y anticapitalista. Sostienen que un exceso de regulación es innecesario y, en última instancia, perjudicial porque mantiene a la gente en la pobreza al impedir el uso competitivo de sus recursos (Murray, 2006).

Por el contrario, los defensores de la protección del medio ambiente afirman que la actividad económica no regulada ha provocado la destrucción del medio ambiente y debe frenarse, y dicen que sus críticos son uniformes y persiguen su propia agenda de expansión capitalista sin restricciones (Malakoff, 2007).

La protección del medio ambiente puede suponer un lastre para el crecimiento económico a corto plazo. Las industrias que tienen que ajustarse a la normativa medioambiental se enfrentan a trastornos y mayores costes, lo que perjudica su posición competitiva. La cuestión es qué hacer con esto. Algunos sostienen que puede merecer la pena un menor crecimiento económico para proteger el medio ambiente. Otros dicen que el libre mercado y los avances tecnológicos son las mejores herramientas para resolver los problemas medioambientales y sacar a la gente de la pobreza, en lugar de una mayor regulación.

Sin embargo, el vínculo entre el medio ambiente y el desarrollo económico puede ser más complejo que eso. De hecho, en muchos sentidos, la protección del medio ambiente y el fomento del crecimiento económico son objetivos complementarios. La pobreza en los países en desarrollo es una de las principales causas de la degradación del medio ambiente. Por ejemplo, la tala y quema de tierras por parte de los agricultores de subsistencia ha sido una de las principales causas del agotamiento de la selva amazónica (Butler, 2012). Impulsar el crecimiento económico puede ser entonces una herramienta eficaz para promover la protección del medio ambiente. Esta es la idea en la que se basa el movimiento del desarrollo sostenible, que pretende impulsar las oportunidades económicas de las naciones más pobres de forma respetuosa con el medio ambiente.


Fuente: The Guardian News

Según el Instituto Nacional de Investigación Espacial, la deforestación en la selva amazónica ha caído a sus niveles más bajos en 24 años, lo que coincide con las promesas de Brasil de reducir la deforestación en un 80% para 2020. Además, la mejor aplicación de las leyes medioambientales y la tecnología de vigilancia han provocado el descenso de la deforestación (Associated Press, 2012). A pesar de este descenso, la deforestación sigue siendo un problema en otras partes del mundo en las que las leyes no se aplican o no se vigilan.

Este número en profundidad examina los retos medioambientales críticos a los que se enfrenta la Tierra en este marco en el que los problemas medioambientales se reconocen ahora como cuestiones globales que requieren soluciones coordinadas entre muchas naciones. Sin embargo, los desacuerdos sobre cómo proceder, en particular sobre la compensación entre la protección del medio ambiente y el desarrollo económico, han obstaculizado estos esfuerzos.

En primer lugar, examinaremos algunas disputas específicas relacionadas con el medio ambiente y el libre comercio como medio para ilustrar la dificultad de equilibrar estas preocupaciones y para ver cómo el sistema de comercio internacional ha abordado el problema. En segundo lugar, examinaremos los problemas medioambientales en el contexto más amplio de la política internacional y debatiremos los esfuerzos multilaterales para resolver los problemas medioambientales. Por último, analizaremos la idea del desarrollo sostenible para ver si puede producir el equilibrio entre el crecimiento económico y la salud medioambiental que sus partidarios esperan conseguir.

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