La pasión de España por el fútbol
La pasión de España por el fútbol
El deporte nacional de España es el fútbol, no hay duda. Todo el país se paraliza cuando hay un partido importante, las páginas de deportes -que se dedican casi exclusivamente al fútbol- tienen ediciones espectaculares, y en la mayoría de los canales de noticias de televisión, el fútbol ocupa cerca del 80% de la emisión de noticias deportivas.
Por supuesto, no siempre fue así; fue una historia diferente hasta 1872. Ese es el año en el que unos obreros ingleses que trabajaban para Río Tinto, una empresa minera de Huelva, empezaron a enseñar a sus compañeros españoles un nuevo juego que estaba de moda en Gran Bretaña. Seis años después nació el primer club de fútbol de España, el Real Club Recreativo, que acabaría siendo el Real Club Recreativo de Huelva.
Sin embargo, el fútbol no se convirtió en un deporte serio en España hasta el 12 de marzo de 1890. Así lo demuestra un artículo publicado en el periódico onubense «La Provincia» que habla del primer partido disputado en España entre el «Huelva Recreation Club» y el recién fundado «Sevilla Football Club».
A partir de entonces, el fútbol se extendió por toda España a un ritmo vertiginoso. Prácticamente cada año surgían uno o dos clubes diferentes, muchos de los cuales siguen existiendo en la actualidad, y la mayoría de ellos juegan en la liga más importante que existe.
Pero, ¿por qué nos gusta tanto el fútbol? Es una pregunta difícil de responder. Mucha gente tiene teorías, y van desde lo práctico hasta lo poético. Se dice, y es cierto, que sólo se necesitan dos o más personas y algo que patear (ya sea una pelota o una lata) para jugar al fútbol. También se dice que es porque este deporte nos une, porque los aficionados a un mismo equipo pueden ser ricos o pobres, jefes o empleados, conservadores o liberales… Y tampoco faltan los que dicen que en un país lleno de grandes individualistas, el fútbol es lo único en lo que nos podemos poner de acuerdo.
Pero la teoría que más nos puede gustar es la que dice que si nos gusta el fútbol es precisamente por el momento en que se marca un gol. Claro que en el fútbol se marcan pocos goles, pero cada uno es épico. Marcar un gol es producto de un gran esfuerzo, de sortear a numerosos rivales, de correr de un lado a otro del campo y de una técnica perfecta. Un gol depende de muchos factores y nadie sabe si lo logrará hasta el último segundo; es suspenso, gloria y hasta se podría decir catarsis y perfección. Cuando un jugador de nuestro equipo marca un gol nos sentimos libres, nos olvidamos de todos nuestros problemas, estamos en el cielo… ¿de verdad hace falta decir más?
Aunque, pensándolo bien, quizá sea mejor dejar de pensar en las razones por las que el fútbol es tan popular… Es muy posible que el encanto del fútbol sea un poco de magia, y todos sabemos que desvelar los secretos que hay detrás de la magia sólo puede llevar al desencanto.