¿Las babas de su perro son buenas? Cuándo es natural y cuándo es motivo de preocupación

La baba, babosa y descuidada, es un hecho para ciertas razas de perros. De hecho, todos los perros babean de vez en cuando. Al igual que ladrar o perseguir ardillas, es parte del paquete canino. Pero, ¿qué debe hacer si hay una gran cantidad de babas, y cómo saber cuando es saludable o si hay algo más grave?

Babeos típicos

Las babas, o como se conoce en el campo médico, el ptialismo, es un flujo excesivo de saliva que se ha acumulado en la boca / cavidad oral. Se ve comúnmente en razas como el Bloodhound, el San Bernardo y el Mastín, cuyas conformaciones de cabeza/labios no pueden retener la cantidad de baba que producen. Estos perros tienen piel extra alrededor de los labios y el hocico, lo que permite que la saliva se acumule en los pliegues. Entonces, o bien gotea de sus aletas (labios superiores grandes y colgantes) o es lanzada al aire cuando sacuden la cabeza. El agua también puede quedar atrapada en toda esa piel suelta después de beber.

Esta condición no requiere intervención médica, pero los propietarios de estas razas babosas aprenden rápidamente el valor de un trapo de babas. Tener un trapo a mano facilita la limpieza regular del hocico del perro antes de que las babas lleguen al suelo o a los muebles. También es importante limpiar la cara del perro cada vez que coma o beba. Un pañuelo atado alrededor del cuello de su perro puede ayudar a absorber las babas.

Incluso los perros que no babean todo el tiempo pueden gotear un poco de baba cuando están anticipando algo delicioso. La saliva desempeña un papel importante en la digestión, por lo que la idea de una comida excitante, como un trozo de filete, puede hacer que a su perro se le haga la boca agua. Un sabor desagradable, como el de algunos medicamentos, puede provocar el mismo resultado. ¿Pero cuándo hay que preocuparse por las babas? Hay varias afecciones que pueden provocar la incapacidad de tragar cantidades normales de saliva o la producción de un exceso de saliva.

Problemas de boca y garganta

Cualquier cosa que impida a tu perro tragar con normalidad puede provocar babas, ya que la saliva se acumulará hasta que gotee de su boca. El problema podría ser un diente fracturado o tumores dentro de la boca, el esófago y/o la garganta. La acumulación de sarro y la irritación de las encías también pueden provocar babeo, al igual que una infección en la boca. Además, un cuerpo extraño puede provocar babeo. Cualquier cosa atrapada entre los dientes de su perro o alojada en su garganta, como una astilla de hueso, podría ser un problema potencialmente grave.

Asegúrese de cepillar los dientes de su perro a diario y de controlar su salud dental con revisiones veterinarias anuales (dos veces al año para los perros mayores). Vigila el interior de la boca de tu perro para ver si hay depósitos de placa amarilla o marrón en sus dientes o encías rojas e inflamadas, lo que indicaría la necesidad de una limpieza dental. Cualquier signo de un cuerpo extraño o bulto debe conducir a una cita inmediata con su veterinario.

Problemas con la barriga

Cualquier cosa que altere el estómago de su perro puede llevarle a babear. El mareo es una causa común de náuseas, por lo que muchos perros babean en el coche. En este caso, el babeo debería cesar poco después de terminar el movimiento. Si su perro tiene náuseas, puede desensibilizarlo a los viajes en coche y hablar con su veterinario sobre los tratamientos para las náuseas.

Si su perro come algo que no debe, como un calcetín o el relleno de un juguete, eso también puede provocar malestar estomacal y babeo. Además, las sustancias tóxicas pueden provocar el babeo. Por ejemplo, si su perro entra en contacto con una planta venenosa en el jardín o con productos químicos de limpieza bajo el fregadero, es posible que observe babeo junto con otros síntomas como vómitos, temblores o letargo. Esté atento a posibles toxinas en su casa, y si sospecha que su perro ha ingerido algo peligroso, póngase en contacto con su veterinario inmediatamente.

Otras afecciones

Hay otras afecciones de salud en las que el babeo es uno de los síntomas. La insolación, por ejemplo, puede provocar el babeo, ya que su perro se baja los pantalones en un intento de refrescarse. Después de sufrir un ataque, su perro puede babear. Las infecciones de nariz, garganta o senos nasales, o una afección neuromuscular (parálisis, tetania, botulismo, etc.) de algún tipo también pueden provocar el babeo. La enfermedad renal, la enfermedad hepática e incluso la rabia comparten el babeo como síntoma.

Aunque estas enfermedades probablemente también mostrarán otros signos, vale la pena tomar en serio cualquier cambio en el babeo de su perro. En algunos casos, como el de la hinchazón, la situación puede poner en peligro la vida del animal, y es esencial una visita a la clínica de urgencias. Esté especialmente atento a cualquier cambio en el apetito o el comportamiento; a los síntomas neurológicos, como convulsiones o dificultad para ponerse de pie; a las arcadas y los vómitos de saliva; y a los cambios en la saliva de su perro, como una saliva maloliente, una saliva más espesa o sangre en la saliva. Hable con su veterinario inmediatamente sobre cualquier babeo nuevo o aumentado.

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