Lectura frente a escucha: qué es más eficaz para aprender y recordar
¿Prefieres leer un libro o escuchar la versión de audio? Tu respuesta puede depender de varias variables, como la comodidad o la disponibilidad. El debate sobre las diferencias entre la comprensión lectora y la auditiva ha vuelto a cobrar protagonismo.
Además de la preferencia por uno sobre el otro, la pregunta más crucial es; ¿cuál de los dos nos ayuda a retener información vital, mejorar nuestra comprensión y hacernos más eficientes?
Pues depende.
Hay numerosos estudios y artículos sobre el tema, la mayoría de los cuales evalúan la eficacia de ambos métodos. Las preferencias individuales e incluso los problemas de aprendizaje pueden influir.
Sin embargo, hay diferencias en la comprensión, dependiendo de cómo consumimos la información. Un ejemplo son los transcriptores. Deben desarrollar una excelente capacidad de escucha para trasladar las conversaciones de audio a un formato de texto. Unos malos hábitos de escucha no ayudarán a alguien a transcribir eficazmente una declaración judicial o una entrevista con las fuerzas del orden.
También es importante señalar que existen diferencias entre leer o escuchar por placer y aprender. A continuación, algunos ejemplos:
Libros de audio frente a libros físicos
¿Comprendemos más información si leemos físicamente un libro en comparación con la escucha del mismo material?
¿Recuerda cuando los audiolibros llegaron al mercado hace años? Los futuristas sugirieron que la escucha eclipsaría a la lectura como nuestro método de aprendizaje preferido. Parece que los libros siguen con nosotros y lo seguirán haciendo en un futuro próximo.
Tener acceso a una versión nos da opciones cuando la otra no es conveniente o no está disponible. Leer un libro o una revista mientras se camina por el parque o en la cinta de correr suele ser un reto. Es entonces cuando usar nuestros auriculares para escuchar audiolibros o podcasts es un mejor método.
Una distinción entre escuchar un audiolibro y leer el mismo material es la forma en que nuestro cerebro procesa la información.
Ambos activan diferentes partes del cerebro. Sin embargo, el profesor de psicología de la Universidad de California Matthew Traxler descubrió que la «maquinaria mental» necesaria para comprender y retener la información sigue siendo la misma, independientemente de si escuchamos o leemos el material.
Otro estudio asignó a voluntarios adultos a uno de tres grupos. El primero escuchó extractos de una historia de la Segunda Guerra Mundial. Un segundo grupo leyó el mismo material en un lector electrónico, mientras que el tercer grupo empleó simultáneamente ambos métodos. Los resultados mostraron poca diferencia en las puntuaciones de las pruebas independientemente del método utilizado.
Ambos expertos coincidieron en que tanto la escucha como la lectura son aceptables para los temas más ligeros que suelen aparecer en las revistas y sitios web de entretenimiento o de noticias. Retenemos más información para temas más complejos si nos esforzamos más en el proceso, como la lectura de temas de peso.
Lectura vs. Escucha: La ciencia
Hay algunas diferencias en la forma en que nuestro cerebro procesa la información obtenida mediante métodos visuales o auditivos. Los científicos y los educadores se han planteado si los individuos desarrollan una preferencia de aprendizaje a una edad temprana. Si es así, ¿el hecho de estar expuestos a otra forma impide su capacidad de aprendizaje?
Estudios recientes muestran que si bien los individuos pueden desarrollar una preferencia por la lectura o el material auditivo, la mayoría puede aprender por cualquiera de los dos métodos. Un estudio académico publicado en 2018 afirma que los estudiantes son capaces de aprender tanto a través de la lectura como de la escucha. La profesora de la Universidad de Indiana, Polly Husmann, desmiente la cuestión de que los estudiantes aprenden principalmente al entrar en la universidad por un solo método.
Husmann y su equipo desarrollaron un cuestionario diseñado para revelar la preferencia de un estudiante por el aprendizaje. Lo que también descubrieron es que el método que un estudiante utilizaba para aprender no suele ser su método preferido. Cuando un estudiante incorporaba otra forma, había poca o ninguna diferencia en los resultados de los exámenes.
¿Cómo influye la lectura &en la actividad cerebral
Los neurocientíficos de la Universidad de California en Berkeley estudiaron los escáneres cerebrales por resonancia magnética de los individuos y confirmaron que el cerebro humano es igualmente estimulado tanto por la lectura como por la escucha.
Los participantes leyeron guiones de un episodio de podcast y se les mostró una palabra a la vez para duplicar cómo el cerebro absorbe el material auditivo. Gracias a investigaciones anteriores, pudieron codificar cada palabra y las áreas del cerebro afectadas. A continuación, los investigadores crearon mapas para evaluar qué partes del cerebro son estimuladas por determinadas palabras. Los resultados no mostraron diferencias notables entre la escucha y la lectura.
¿Qué pasa con esas malditas distracciones?
Evaluar ambos métodos de aprendizaje en condiciones ideales es intrigante, pero ¿qué pasa con todas las distracciones que los humanos encuentran a diario?
La mayoría de nosotros estará de acuerdo en que los humanos pueden distraerse fácilmente. Con todas las opciones disponibles que permiten el flujo inmediato de información, podemos perder la concentración o nuestro tren de pensamiento. A menudo escuchamos a alguien al otro lado de la mesa o por teléfono, pero nuestra capacidad de escucha determina el nivel de comprensión.
Si un individuo está distraído, lo más probable es que no entienda el concepto de un tema. Muchas veces hablar es lineal. Puede que el oyente no tenga forma de «rebobinar» al orador y volver a repasar la idea.
Sin embargo, si una persona se distrae mientras lee, puede releer las palabras tantas veces como sea necesario para entender el tema. En este sentido, la lectura es mejor para la retención y la comprensión.
Escuchar también es un reto para los seres humanos porque les exige utilizar habilidades de comprensión en tiempo real, lo que significa que el individuo debe escuchar, interpretar y comprender casi instantáneamente para entender lo que una persona está diciendo. Este complejo proceso se amplía cuando el individuo está tomando notas.
Desde la primavera de 2020 la preocupación por la pandemia de coronavirus en Estados Unidos ha limitado la asistencia a la escuela. Las universidades e incluso algunas clases de secundaria que antes se reunían en un aula son ahora virtuales. Aunque el concepto de aprendizaje en línea es muy utilizado por muchas escuelas, hay ventajas sobre estar sentado físicamente en un aula, como poder interactuar con el instructor y los compañeros. También existe la posibilidad de distracciones si un estudiante encuentra a un compañero más interesante que la clase.
Los estudiantes que se reúnen en un aula tradicional deben confiar en su capacidad de escuchar y tomar notas, suponiendo que la revisión de la clase por vídeo no está disponible. Las clases virtuales permiten a los estudiantes conectarse a los cursos a través de un navegador y escuchar la clase. En la mayoría de los casos, los estudiantes pueden hacer preguntas y participar en tiempo real. La grabación y transcripción de las clases virtuales permite leer y escuchar las conferencias tantas veces como sea necesario hasta que entiendan un concepto. Esto permite a los estudiantes comprender la información a su propio ritmo.
¿La lectura mejora la capacidad de escucha?
Muchos expertos creen que la lectura nos ayuda a mejorar nuestra capacidad de escucha. Uno de ellos es Steve Kaufmann, experto en el aprendizaje de idiomas.
Una de las recomendaciones de Kaufmann para mejorar la capacidad de escucha es también leer el mismo contenido. También sugiere que escuchar material nuevo en un ambiente relajado nos ayuda a comprender material complejo o nuevo de forma más eficiente.
Escribiendo para Brainscape, Andrew Cohen sugiere que cuando se aprende inicialmente un idioma extranjero, lo mejor es leer. También cree que ver el texto de una palabra ayuda a reforzar nuestra capacidad de recordar la palabra y su uso.
Más importante aún, Cohen cree que leer junto con un audiolibro es el método más eficaz cuando se aprenden idiomas o algo nuevo.
¿Qué es más rápido, leer o escuchar?
Hay un elemento final y esencial en este debate que se ha demostrado definitivamente: leer es más rápido que escuchar.
Según diversas fuentes, el adulto medio lee un texto alrededor de 250 a 300 palabras por minuto. La velocidad de conversación recomendada para una alta comprensión es de 150 a 160 palabras por minuto. En comparación, los subasteros hablan a 250 palabras por minuto, el mismo ritmo de lectura.
¿Quién quiere hablar tan rápido como un subastador? No muchos, sin embargo, nuestros transcriptores pueden tomar el audio de un subastador y convertirlos en archivos que son fáciles de leer y revisar en cualquier momento.
Los servicios de transcripción son beneficiosos para que las universidades y empresas ayuden a sus empleados y estudiantes a aumentar su retención, comprensión y eficiencia.
La conclusión es que hay muchas formas diferentes en que los individuos aprenden y comprenden un concepto. No todas se basan únicamente en su capacidad de escucha. Los servicios de transcripción ayudan a muchos sectores, como los foros, las conferencias de estudiantes, las reuniones de negocios, las conferencias telefónicas y las discusiones de grupos de compañeros. La transcripción sirve para cualquier cosa grabada mediante audio o vídeo.
Da a tus estudiantes o empleados las herramientas para hacer el excelente trabajo que sabes que pueden hacer. Las personas que prefieren leer apreciarán la opción de recibir una transcripción preparada profesionalmente.
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