Margaret Fuller
Sarah Margaret Fuller, conocida como Margaret Fuller, fue una de las mujeres literarias más destacadas del siglo XIX, y a veces se la considera la primera feminista de Estados Unidos. Nacida en Cambridgeport (Massachusetts), hija del abogado y senador Timothy Fuller y de Margarett Crane, Fuller recibió de su padre una rigurosa educación clásica que no solía estar al alcance de las niñas de su época. Ella atribuyó sus intensas lecciones y su alto nivel de exigencia a los desvelos y pesadillas que sufría de niña.
En 1836 Fuller conoció a Ralph Waldo Emerson, quien le presentó a Thomas Carlyle y a varios otros filósofos que se conocieron como trascendentalistas. Al mismo tiempo, Fuller criaba a sus hermanos mientras daba clases, ocasionalmente en la escuela de Broson Alcott en Boston, y encontraba su energía agotada. Comenzó a aplicar las ideas trascendentales de Emerson a las mujeres en una serie de debates abiertos. Fuller, una brillante conversadora, involucró a participantes como Lydian Emerson, Sarah Ripley, Lydia Maria Child, Sophia Peabody Hawthorne y otras en discusiones en las que las mujeres podían utilizar sus conocimientos. Estas conversaciones fueron pioneras en la idea de que las mujeres podían argumentar la filosofía a la par que los hombres.
En 1840 Emerson y Fuller iniciaron la revista trascendentalista The Dial, que Fuller editó antes de unirse al New York Tribune. Fuller publicó Woman in the Nineteenth Century (1845), que se considera la primera obra feminista importante en Estados Unidos y se convirtió en un clásico feminista.
El Tribune la envió entonces a Roma como corresponsal en el extranjero, donde abrazó la revolución por la libertad italiana. Envió informes al Tribune y conoció al marqués Giovanni Ossoli, lugarteniente del Movimiento de Unificación de Italia. Su hijo nació en 1849, y Fuller se ofreció como voluntaria en un hospital de apoyo mientras trabajaba en un libro de historia de la revolución.
Tras el fracaso de la revuelta, partió hacia América con Ossoli y su hijo. El barco naufragó frente a Fire Island y Fuller se ahogó. Henry David Thoreau buscó en el naufragio pero no pudo encontrar rastros.