Oraciones católicas tradicionales

Oración por los enfermos

Dios todopoderoso y eterno, salvación eterna de los creyentes, escúchanos en favor de tu siervo enfermo, N.N., por el que imploramos el auxilio de tu misericordia compasiva, para que, restablecida su salud corporal, te dé gracias en tu Iglesia. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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Oración por un enfermo próximo a la muerte

Dios todopoderoso y eterno, preservador de las almas, que amas y que por su enmienda castigas tiernamente a los que recibes, te pedimos, Señor, que concedas tu curación, para que el alma de tu siervo, a la hora de su partida del cuerpo, sea presentada sin mancha a ti por las manos de tus santos ángeles. Amén.

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Oraciones por los moribundos

O DIOS MÍO, te ofrezco todas las santas misas que se dirán este día en todo el mundo por los pobres pecadores que ahora están en su agonía y que morirán este día. Que la Preciosa Sangre de nuestro Salvador Jesucristo les obtenga misericordia. Amén.
(Indulgencia de 300 días anterior a 1968 – PIO X, 18 de diciembre de 1907)

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O Jesús misericordiosísimo, amante de las almas, te ruego por la agonía de tu Sacratísimo Corazón, y por los dolores de tu Inmaculada Madre, lava con tu Sangre a los pecadores del mundo entero que ahora están en su agonía, y que van a morir este día. Amén.

Corazón de Jesús, una vez en agonía, ten piedad de los moribundos.
(Indulgencia anterior a 1968 de 300 días, cada vez)

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Oración a San José por los moribundos

Padre eterno, por el amor que profesaste a San José, a quien elegiste sobre todos para ocupar tu lugar en la tierra, ten piedad de nosotros y de los moribundos.

Pater Noster … Ave María … Gloria Patri …

Hijo eterno de Dios, por el amor que profesaste a San José, que te protegió tan fielmente en la tierra, ten piedad de nosotros y de los que están muriendo.

Pater Noster … Ave María … Gloria Patri …

Espíritu Divino eterno, por tu amor a San José, que con tanto esmero protegiste a María, ten piedad de nosotros y de los moribundos. José, que con tanto esmero protegiste a María, tu santísima y amada Esposa, ten piedad de nosotros y de los moribundos.

Pater Noster … Ave María … Gloria Patri …

(Indulgencia anterior a 1968 de 500 días, una vez al día)

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Litania para los moribundos

(Sólo para uso privado)

N.B. Se sugiere dar al moribundo un Crucifijo para que lo sostenga o ponerlo en un lugar donde se vea fácilmente.

Señor ten piedad de nosotros.
Cristo ten piedad de nosotros.
Señor ten piedad de nosotros.

Santa María, (* reza por él/ella)
Todos los Santos Ángeles y Arcángeles, (*)
Santo Abel, (*)
Todos los coros de los justos, (*)
Santo Abraham, (*)
San Juan Bautista, (*)
San José. José, (*)
Todos los Patriarcas y Profetas, (*)
San Pedro, (*)
San Pablo, (*)
San Andrés, (*)
San Juan, (*)
San Juan. Juan, (*)
Todos los santos Apóstoles y Evangelistas, (*)
Todos los santos Discípulos de nuestro Señor, (*)
Todos los santos Inocentes, (*)
San Esteban, (*)
San Lorenzo, (*)
Todos los santos Mártires, (*)
San Silvestre, (*)
San Gregorio, (*)
San Agustín, (*)
San Juan. Agustín, (*)
Todos los santos obispos y confesores, (*)
San Benito, (*)
San Francisco, (*)
San Camilo, (*)
San Juan de Dios, (*)
Todos los santos monjes y ermitaños, (*)
Santa María Magdalena, (*)
San Francisco, (*)
San Francisco. María Magdalena, (*)
Santa Lucía, (*)
Todas las santas vírgenes y viudas, (*)
Todos los santos de Dios, interceded por él/ella.

¡Ten misericordia, perdónale, Señor!¡
¡Sé misericordioso, líbralo, oh Señor!
¡Sé misericordioso, líbralo, oh Señor!

De tu ira, (~ líbralo, oh Señor!)
Del peligro de la muerte, (~)
De un mal final, (~)
De las penas del infierno, (~)
De todo mal, (~)
Del poder del diablo, (~)
Por Tu natividad, (~)
Por Tu Cruz y Pasión, (~)
Por Tu Muerte y sepultura, (~)
Por Tu gloriosa Resurrección, (~)
Por Tu admirable Ascensión, (~)
Por la gracia del Espíritu Santo, el Consolador, (~)
En el día del Juicio, (~)

Nosotros pecadores, te suplicamos, escúchanos.(~)
Que lo perdones, te suplicamos, escúchanos.

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo ten piedad de nosotros.
Señor ten piedad de nosotros. Amén.

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La Oración Proficiscere (Salir del alma cristiana)

Mientras el alma está en la agonía de su partida, el sacerdote (o cualquier persona) reza la siguiente oración:

Sal de este mundo, oh alma cristiana,
en el nombre de Dios Padre Todopoderoso, que te creó,
en el nombre de Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que padeció por ti,
en el nombre del Espíritu Santo, que fue derramado sobre ti,
en el nombre de los Ángeles y Arcángeles,
en el nombre de los Tronos y Dominaciones,
en nombre de los Principados y Potencias,
en nombre de los Querubines y Serafines,
en nombre de los Patriarcas y Profetas,
en nombre de los santos Apóstoles y Evangelistas,
en nombre de los santos Mártires y Confesores,
en nombre de los santos Monjes y Ermitaños,
en nombre de las santas Vírgenes y de todos los Santos de Dios:
que vuestro lugar sea hoy en paz, y vuestra morada en la santa Sión.
Por el mismo Cristo nuestro Señor.
Amén.

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La letanía a San José para los moribundos

(Sólo para uso privado)

N.B. Se sugiere dar al moribundo un Crucifijo para que lo sostenga o ponerlo en un lugar donde se vea fácilmente.

Dios, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Cristo, escúchanos.
Cristo, escúchanos bondadosamente.

Dios, Padre del Cielo, (* ten piedad de nosotros.)
Dios Hijo, Redentor del mundo, (*)
Dios Espíritu Santo, (*)
Santa Trinidad, un solo Dios, (*)

San José, padre adoptivo de Cristo, (~ te rogamos, escúchanos.)
San José, patrono de los moribundos, (*). José, patrón de los moribundos, (~)
Consigue para él el perdón de sus pecados, (~)
Consigue para él una gran paciencia, (~)
Consigue para él una perfecta resignación, (~)
Consigue para él una fe viva e inquebrantable, (~)
Consigue para él una firme confianza, (~)
Consigue para él una ardiente caridad, (~)
Aleja de él los ataques del enemigo, (~)
Protégelo de las tentaciones que le asaltan, (~)
Preserva de su abatimiento y desesperación, (~)
Consigue para él la gracia de Jesucristo, (~)
Asístelo y no lo abandones, (~)
Acude en su ayuda en su debilidad, (~)
Ayúdale en su abandono, (~)
Consigue para él una muerte feliz, (~)
Consigue para él un juicio misericordioso, (~)

Conduce su alma a la visión de Jesús,
para obtener para él misericordia. Amén.

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El cuerpo y la tumba de San José

«En un éxtasis, un santo ha visto el cuerpo de San José conservado intacto en una tumba, cuyo lugar es aún desconocido. Cuanto más se honre al glorioso esposo de la Santísima Virgen María, antes se producirá el hallazgo de su cuerpo, que será un día de gran alegría para la Iglesia»
(Fuente CatholicTradition.org: P. Pablo de Moll (1824-1896), del Padre Pablo de Moll, por Edward van Speybrouck, p. 238.)

Una antigua tradición afirma que la tumba de San José, ahora vacía, está en el Valle de Josafat. San Jerónimo era de la opinión de que la tumba de San José está dentro de los límites del Jardín de Getsemaní.
(Fuente CatholicTradition.org: The Life and Glories of St. Joseph, por Edward H. Thompson, pp. 409-410.)

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