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Informe de un caso

Una niña de 10 años acudió con queja de comportamiento irritable, y problema de comunicación. La paciente era absolutamente normal hasta la edad de 5 años. La niña es producto de un matrimonio consanguíneo en el que su padre es el tío materno de su madre. La niña nació a término con un parto vaginal normal, sin infecciones maternas intranatales, sin complicaciones después del nacimiento, la niña alcanzó los hitos motores y de lenguaje apropiados para su edad hasta los 5 años. La niña aprendió a ir al baño y fue capaz de controlar sus intestinos y su vejiga. La niña también iba a la escuela, donde aprendió a recitar poemas y cuentos. También solía bañarse sola con agua y jabón bajo supervisión.

A la edad de 4 años la paciente desarrolló un ataque severo de infección del tracto respiratorio superior por el que sufrió fiebre y tos durante 6 meses y tuvo un derrame pleural por el que se drenó el líquido. Los padres fueron instruidos en el uso de medicamentos durante 1 mes con seguimientos regulares, pero no pudieron hacerlo debido a la restricción financiera. A partir de ese momento, la paciente empezó a tener graves ataques de fiebre y sólo fue tratada por un trabajador sanitario no cualificado. Dejó de ir a la escuela y empezó a perder todos los hitos comunicativos como hablar frases, llamar a sus familiares por su nombre. Solía sentarse sola todo el día ensimismada en el juego y mostraba una mayor ira e irritabilidad, en la que golpeaba o mordía a cualquiera que la molestara. Dejó de jugar con sus amigos, algo que antes le gustaba hacer. También dejó de pedir comida y sólo lloraba si tenía hambre. Además, dejó de hacer su higiene personal y solía recoger trozos de palos y piedras del suelo y metérselos en la boca. Tampoco dormía en toda la noche y lloraba sin motivo aparente. Incluso perdió el hábito de ir al baño que había adquirido anteriormente y empezó a defecar y orinar en la ropa. Con las quejas anteriores la paciente fue llevada al Hospital General de Mamata a la OP de Psiquiatría. La paciente fue admitida en la sala de psiquiatría y se le hicieron todas las investigaciones, como un cuadro sanguíneo completo para descartar discrasias en la sangre, pruebas de función hepática para detectar cualquier anomalía metabólica, urea y creatinina en sangre para detectar anomalías renales, análisis de orina para detectar azúcar y proteinuria. Todas las investigaciones fueron normales. La tomografía computarizada del cerebro mostró una marcada reducción del volumen cerebral con menos surcos y giros y ventrículos agrandados. La prueba de CI reveló que el paciente tiene un CI de 37,5. La paciente comenzó a recibir resperidon 1 mg una vez al día y durante las siguientes 3 semanas mejoró, los síntomas de ira e irritabilidad se redujeron y también comenzó a dormir normalmente. Su coordinación motora mejoró y fue capaz de alimentarse por sí misma, cosa que antes no podía hacer. En los seguimientos posteriores de los 6 meses siguientes, la niña ha mostrado una mejora en la comunicación en forma de nombrar objetos y también ha mejorado su interacción social, ya que ha empezado a jugar con otros niños en su casa. Ha sido derivada a un centro superior donde se le está dando un entrenamiento especial para mejorar sus capacidades cognitivas. La niña tiene programada una entrevista clínica cada 2 meses con la medicación y el entrenamiento mencionados para evaluar la mejora. Hasta ahora se han realizado 3 visitas de seguimiento y se ha encontrado una mejora sustancial en las áreas mencionadas.

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