Por qué Dinamarca es el país más feliz

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. La publicación contribuyó con el artículo a la sección Expert Voices de Live Science: Op-Ed & Insights.

El nuevo Informe Mundial sobre la Felicidad vuelve a situar a Dinamarca entre los tres países más felices de los 155 encuestados, una distinción que el país se ha ganado durante siete años consecutivos.

Estados Unidos, por otra parte, ocupa el puesto 18 en el Informe Mundial sobre la Felicidad de este año, lo que supone un descenso de cuatro puestos con respecto al informe del año pasado.

El lugar que ocupa Dinamarca entre los países más felices del mundo coincide con muchas otras encuestas nacionales sobre la felicidad (o, como la llaman los psicólogos, el «bienestar subjetivo»).

A los científicos les gusta estudiar y discutir sobre cómo medir las cosas. Pero cuando se trata de la felicidad, parece haber surgido un consenso general.

Dependiendo del alcance y el propósito de la investigación, la felicidad suele medirse utilizando indicadores objetivos (datos sobre delincuencia, ingresos, compromiso cívico y salud) y métodos subjetivos, como preguntar a las personas con qué frecuencia experimentan emociones positivas y negativas.

¿Por qué los daneses podrían evaluar sus vidas de forma más positiva? Como psicólogo y nativo de Dinamarca, he estudiado esta cuestión.

Los daneses tienen un gobierno estable, bajos niveles de corrupción pública y acceso a una educación y una sanidad de alta calidad. El país tiene los impuestos más altos del mundo, pero la gran mayoría de los daneses pagan con gusto: Creen que unos impuestos más altos pueden crear una sociedad mejor.

Sin embargo, lo más importante es que valoran una construcción cultural llamada «hygge» (pronunciado hʊɡə).

El diccionario de Oxford añadió la palabra en junio de 2017, y se refiere a las interacciones sociales de alta calidad. Hygge puede usarse como sustantivo, adjetivo o verbo (to hygge oneself), y los eventos y lugares también pueden ser hyggelige (similares a hygge).

Hygge se traduce a veces como «acogedor», pero una mejor definición de hygge es «intimidad intencional», que puede ocurrir cuando se tienen experiencias compartidas seguras, equilibradas y armoniosas. Una taza de café con un amigo frente a la chimenea puede ser una buena opción, al igual que un picnic de verano en el parque.

Una familia puede celebrar una velada hygge con juegos de mesa y golosinas, o los amigos pueden reunirse para una cena informal con luz tenue, buena comida y diversión despreocupada. Los espacios también pueden describirse como hyggelige («Tu nueva casa es tan hyggeligt») y una forma común de dar las gracias a un anfitrión después de una cena es decir que fue hyggeligt (es decir, que lo pasamos bien). Se espera que la mayoría de los eventos sociales daneses sean hyggelige, por lo que sería una dura crítica decir que una fiesta o cena no fue hyggelige.

Las investigaciones sobre el hygge han descubierto que en Dinamarca es parte integral de la sensación de bienestar de la gente. Actúa como un amortiguador contra el estrés, a la vez que crea un espacio para construir la camaradería. En un país tan individualizado como Dinamarca, el hygge puede promover el igualitarismo y reforzar la confianza.

Sería justo decir que el hygge está plenamente integrado en la psique y la cultura danesas. Pero también se ha convertido en un fenómeno global: Amazon vende ahora más de 900 libros sobre hygge, e Instagram tiene más de 3 millones de publicaciones con el hashtag #hygge. Los datos de las tendencias de Google muestran un gran salto en las búsquedas de hygge a partir de octubre de 2016.

Dinamarca no es el único país que tiene una palabra para un concepto similar a hygge: los noruegos tienen koselig, los suecos mysig, los holandeses gezenlligheid y los alemanes gemütlichkeit.

En Estados Unidos -que también valora mucho el individualismo- no hay un equivalente cultural real de hygge. Los ingresos se asocian generalmente con la felicidad; sin embargo, a pesar de que el PIB del país ha aumentado y las tasas de desempleo han disminuido, los niveles de felicidad en EE.UU. han disminuido constantemente.

¿Qué está pasando?

La desigualdad de ingresos sigue siendo un problema. Pero también ha habido una marcada disminución de la confianza interpersonal y de la confianza en instituciones como el gobierno y los medios de comunicación. Al final, una mayor renta disponible no es suficiente para tener a alguien en quien confiar en un momento de necesidad (algo que el 95% de los daneses cree tener).

En su esencia, el hygge consiste en crear intimidad y confianza con los demás.

A los estadounidenses les vendría bien un poco más de eso en sus vidas.

Marie Helweg-Larsen, profesora de Psicología del Dickinson College

Este artículo se publicó originalmente en The Conversation. Lea el artículo original. Siga todos los temas y debates de Expert Voices -y forme parte del debate- en Facebook, Twitter y Google +. Las opiniones expresadas son las del autor y no reflejan necesariamente las del editor. Esta versión del artículo se publicó originalmente en Live Science.

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