¿Se queda sin aliento después de correr? Podría ser un BIE.

El ejercicio es importante para mantener un cuerpo fuerte y saludable, incluso para las personas con asma. Algunas personas experimentan síntomas de asma que se desencadenan durante el ejercicio, lo que puede hacer que el camino hacia la salud sea un poco más difícil. Esto se denomina «broncoconstricción inducida por el ejercicio» o BIE, también conocida como asma inducida por el ejercicio. Intentar hacer ejercicio puede parecer casi desesperante cuando se lucha por respirar. Sin embargo, con un manejo adecuado, prevención y modificaciones, incluso las personas con BIE deberían ser capaces de hacer ejercicio para mejorar su salud.

¿Qué es el asma? El asma es una enfermedad que afecta a las vías respiratorias de los pulmones. Básicamente, los pulmones están en un estado constante de inflamación y también son sensibles a «desencadenantes» como el moho, la contaminación del aire, la caspa de las mascotas, los ácaros del polvo, los productos químicos o el estrés. Cuando estos desencadenantes activan el interruptor de los pulmones, éstos pueden inflamarse aún más, dificultando la entrada de aire. Esto es un «ataque de asma». Para las personas con asma inducida por el ejercicio, o EIB, la rápida inhalación de aire frío y seco a través de la boca durante el ejercicio puede provocar el inicio de los síntomas del asma.

Con el EIB, puede resultar desalentador cuando se está en buena condición física pero se tose y se tienen sibilancias después de una carrera larga o incluso un sprint corto. Pero no deje que esto le desanime. El ejercicio es importante para la salud pulmonar. El Cirujano General recomienda al menos 150 minutos a la semana. Entonces, ¿qué puede hacer una persona con BIE? Si tiene problemas para respirar durante el ejercicio, hable con su médico. Existen tratamientos y otras estrategias para mantenerse activo y saludable.

Hay una serie de modificaciones que las personas con BIE pueden hacer para reducir sus probabilidades de experimentar síntomas de asma:

  • Calentar adecuadamente y estirar durante 6 a 10 minutos. Para los menos entusiasmados con el ejercicio, puede parecer una pérdida de tiempo hacer los movimientos cuando no parece que ofrezca ningún beneficio, pero el estiramiento y el calentamiento son vitales para conseguir un buen entrenamiento por muchas razones. Por un lado, ayuda a despertar el cuerpo y hace que la sangre se mueva hacia los músculos que se van a utilizar intensamente. Por otro lado, ayuda a prevenir lesiones al aflojar las articulaciones y los músculos. El enfriamiento tiene menos beneficios aparentes que el calentamiento, pero ayuda a reducir gradualmente el ritmo cardíaco y la respiración a un nivel normal.
  • Controle los factores desencadenantes y su respiración. La desafortunada realidad de tener BEI es que hay muchas más condiciones y elementos a tener en cuenta cuando se trata de su respiración, tales como: Asegurarse de respirar por la nariz para calentar y humedecer el aire, cubrirse la nariz y la boca en condiciones frescas y secas y evitar el ejercicio en días de alta contaminación atmosférica, a la vez que vigilar el aire en busca de polen y moho si tiene alergias respiratorias que desencadenan su asma.
  • Pruebe un entrenamiento diferente. ¿Correr parece molestar a su EIB? No es sorprendente. A muchas personas con BIE les desencadena el movimiento constante, como las actividades de larga distancia, como correr o jugar al fútbol. En su lugar, pruebe con deportes o actividades que requieran ráfagas cortas de ejercicio, como el béisbol, el ciclismo o la natación, o elija ejercicios en un entorno cálido y húmedo, exactamente lo que les gusta a sus pulmones.
  • Premedíquese según las indicaciones de su profesional sanitario para controlar los síntomas y conozca sus límites. No hace falta decirlo, pero si tiene síntomas de asma a diario, podría ser una señal de que su asma no está bien controlada. Registre cuándo los tiene y con qué frecuencia, utilice la medicación según lo indicado en su plan de acción contra el asma y haga un seguimiento con su proveedor de atención médica. Si su médico está de acuerdo, asegúrese de medicarse previamente antes de salir a correr. Tampoco hace falta decirlo, pero hay días que van a ser mejores que otros. Aunque lo hagas todo bien, las cosas no siempre irán bien: conoce tus límites, escucha a tu cuerpo y sé seguro. Recuerde, la buena salud es un viaje, no una carrera.

Aprenda más sobre el manejo del asma y sus desencadenantes.

Consulte siempre a su médico antes de comenzar una rutina de ejercicios.

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