Tiroidectomía
La tiroidectomía es una operación que consiste en la extirpación quirúrgica de toda o parte de la glándula tiroides. En cirugía general, los cirujanos endocrinos o de cabeza y cuello suelen realizar una tiroidectomía cuando un paciente tiene cáncer de tiroides o alguna otra afección de la glándula tiroidea (como hipertiroidismo) o bocio. Otras indicaciones para la cirugía son la estética (tiroides muy agrandada), o la obstrucción sintomática (que causa dificultades para tragar o respirar). La tiroidectomía es un procedimiento quirúrgico común que tiene varias complicaciones o secuelas potenciales, entre ellas: cambio temporal o permanente de la voz, disminución temporal o permanente del calcio, necesidad de reemplazar la hormona tiroidea de por vida, hemorragia, infección y la posibilidad remota de obstrucción de las vías respiratorias debido a la parálisis bilateral de las cuerdas vocales. Las complicaciones son poco comunes cuando el procedimiento es realizado por un cirujano experimentado.
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La tiroides produce varias hormonas, como la tiroxina (T4), la triyodotironina (T3) y la calcitonina.Tras la extirpación de la tiroides, los pacientes suelen tomar una hormona tiroidea sintética oral prescrita -levothyroxine (Synthroid)- para prevenir el hipotiroidismo.Las variantes menos extremas de la tiroidectomía incluyen:
- Hemitiroidectomía (o lobectomía unilateral): extirpación de sólo la mitad de la tiroides
- Estimectomía: extirpación de la banda de tejido (o istmo) que conecta los dos lóbulos de la tiroides
No hay que confundir la tiroidectomía con la tiroidotomía, que es un corte en (-otomía) la tiroides, no una extirpación (-ectomía, literalmente «corte por fuera») de la misma. La tiroidotomía puede realizarse para acceder a una laringotomía media o para realizar una biopsia. (Aunque técnicamente una biopsia implica la extirpación de algún tejido, es más frecuente clasificarla como una -otomía que como una -ectomía porque el volumen de tejido extirpado es minúsculo.)
Tradicionalmente, la tiroides se ha extirpado a través de una incisión en el cuello que deja una cicatriz permanente. Más recientemente, los enfoques mínimamente invasivos y «sin cicatriz», como la tiroidectomía transoral, se han hecho populares en algunas partes del mundo.