Tobramicina inhalada (TOBI): una revisión de su uso en el tratamiento de las infecciones por Pseudomonas aeruginosa en pacientes con fibrosis quística

Formulado específicamente para la nebulización con el nebulizador reutilizable PARI LC PLUS, la solución de tobramicina para inhalación (TSI) proporciona una dosis elevada de tobramicina (un antibacteriano aminoglucósido con buena actividad frente a Pseudomonas aeruginosa) a los pulmones de los pacientes con fibrosis quística, manteniendo al mismo tiempo bajas concentraciones séricas del fármaco, lo que reduce el riesgo de toxicidad sistémica. El tratamiento intermitente (28 días de encendido/28 días de apagado) con ETI 300 mg dos veces al día mejoró significativamente (p < 0,001) la función pulmonar y la densidad de P. aeruginosa en el esputo en comparación con el placebo (ensayos aleatorios a doble ciego), y fue significativamente (p = 0,008) más eficaz que la colistina para mejorar el volumen espiratorio forzado en 1 segundo (ensayo pequeño no ciego) en pacientes de > o =6 años de edad con fibrosis quística e infección crónica por P. aeruginosa. Las mejoras en la función pulmonar fueron más marcadas en los pacientes adolescentes (de 13 a 17 años) en los ensayos controlados con placebo. Las mejoras se mantuvieron hasta 96 semanas en los pacientes de un estudio de extensión abierto. Menos receptores de TSI que de placebo necesitaron agentes antipseudomonas parenterales u hospitalización. Además, TSI 300 mg dos veces al día durante 28 días redujo la densidad de P. aeruginosa en las vías respiratorias inferiores de pacientes de <6 años con colonización temprana y fibrosis quística, aunque TSI no está indicada actualmente en este grupo de pacientes. La disminución de la sensibilidad a la tobramicina de los aislados de P. aeruginosa y el aumento de los organismos fúngicos (especies de Candida albicans y Aspergillus) durante el tratamiento intermitente prolongado con TSI 300 mg dos veces al día no se asoció con resultados clínicos adversos. No hubo evidencia de selección de los aislados más resistentes. La ETI es generalmente bien tolerada, sin toxicidad renal ni pérdida de audición en los ensayos clínicos, aunque el tinnitus transitorio leve o moderado se produjo con más frecuencia en los receptores de ETI que en los de placebo. El broncoespasmo tras la administración de TSI fue transitorio y se produjo con una incidencia similar a la del placebo; la TSI no contiene conservantes y está formulada específicamente para el pulmón en términos de osmolalidad y pH. En conclusión, la ETI proporciona un medio eficaz de administrar tobramicina a los pulmones de pacientes con fibrosis quística con infección crónica por P. aeruginosa, mejorando la función pulmonar y la densidad de P. aeruginosa en el esputo de estos pacientes sin la nefrotoxicidad ni la ototoxicidad de los aminoglucósidos parenterales. Sería beneficioso disponer de más datos sobre el potencial y la importancia clínica del aumento de la resistencia a la tobramicina y la colonización fúngica durante el tratamiento con IST, así como de datos a más largo plazo. Mientras tanto, la ETI representa una valiosa opción para el tratamiento antipseudomónico supresivo en pacientes con fibrosis quística.

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