Tumores del nervio óptico
Los tumores del nervio óptico son crecimientos que se producen en el nervio óptico. La mayoría de estos tumores son benignos, pero algunos son altamente malignos y pueden ser muy peligrosos si no se tratan.
Existen varios tipos específicos de tumores del nervio óptico, entre los cuales los más comunes son los siguientes:
- Glioma
- A menudo se presenta en la infancia y suele ser benigno con una progresión muy lenta
- Aunque es menos común en los adultos, suele ser maligno cuando se presenta. El cáncer se extiende rápidamente hasta invadir ambos ojos, con pérdida progresiva de la visión y muerte
- Meningioma , suele presentarse en la edad adulta, el tumor maligno más frecuente del nervio óptico
- Melanocitoma, suele presentarse en individuos de edad avanzada, formado por melanina o células productoras de melanina, suele ser benigno
Síntomas y diagnóstico
Puede experimentar una pérdida progresiva de la visión, con mayor frecuencia en un solo ojo y empezando por la visión periférica. Si la óptica ha crecido, puede desplazar el ojo de su órbita y el globo ocular puede sobresalir o sobresalir. El diagnóstico suele hacerse a partir de una resonancia magnética o una tomografía computarizada (TC) de alta resolución. Sin embargo, los diferentes tipos de cáncer que pueden aparecer pueden parecerse entre sí en los estudios de imagen, y el diagnóstico definitivo puede no hacerse hasta que un patólogo examine una muestra del tumor al microscopio.
Tratamiento de los tumores del nervio óptico
Para muchos pacientes con tumores benignos, no es necesario ningún tratamiento. Nuestros médicos del Houston Methodist controlan regularmente el estado de cualquier paciente al que se le detecte incluso un tumor benigno e intervendrán si es necesario. En otros casos, puede ser necesario actuar de inmediato. Esto es especialmente probable en los casos de meningioma o glioma de aparición en adultos, en los que puede ser necesaria la radioterapia o la cirugía.
En el Houston Methodist, un equipo interdisciplinario de médicos, incluidos neurólogos, oftalmólogos y oncólogos, trabajan juntos para garantizar la máxima calidad de la atención al paciente.