15 maneras de aprender con éxito

El «por qué» del aprendizaje autodirigido es la supervivencia: tu propia supervivencia como individuo y también la supervivencia de la raza humana. Evidentemente, no estamos hablando de algo que sería bonito o deseable Estamos hablando de una competencia humana básica -la capacidad de aprender por uno mismo- que se ha convertido de repente en un requisito previo para vivir en este nuevo mundo. – Malcom Knowles, 1975

Aunque el aprendizaje permanente y el aprendizaje autodirigido no son equivalentes, se solapan sustancialmente, y ambos han cobrado una importancia exponencial en nuestro mundo actual, donde el aprendizaje continuo -y el desaprendizaje- son la clave para adaptarse y prosperar.

Creo que los siguientes puntos se aplican por igual a ambos. El aprendiz permanente de éxito es alguien que:

1. Toma la iniciativa

Esta primera es el núcleo de todo el concepto de «autodirección». El alumno exitoso no espera a que otra persona le diga «debes aprender esto». Más bien, está intrínsecamente motivado hacia el autoaprendizaje, reconoce las oportunidades de aprendizaje que le rodean y busca regularmente nuevas oportunidades.

2. Se siente cómodo con la independencia

Los alumnos autodirigidos no siempre actúan de forma autónoma o independiente. De hecho, cada vez más deben cultivar sus redes para aprender con eficacia. No obstante, los alumnos de éxito saben ser autosuficientes y reconocen que la soledad y el tiempo de reflexión son esenciales para un aprendizaje eficaz.

3. Es persistente

El aprendizaje autodirigido -como todo aprendizaje- requiere tiempo, requiere repetición, requiere práctica. Los alumnos autodirigidos que tienen éxito se aferran a él, reconociendo que el aprendizaje no es un acontecimiento sino un proceso.

4. Acepta la responsabilidad

El alumno autodirigido que tiene éxito asume la responsabilidad de hacer el trabajo de aprendizaje y de hacerlo bien. Reconoce, además, que el aprendizaje no se refiere sólo a sí mismo: es esencial para la salud de los grupos y comunidades de los que forma parte.

5. Considera los problemas como retos, no como obstáculos

El alumno autodirigido con éxito adopta una mentalidad de crecimiento y no se frustra fácilmente cuando las cosas se ponen difíciles. De hecho, reconoce que el estrés puede ser útil y necesario para el aprendizaje.

6. Es capaz de autodisciplinarse

Incluso cuando el aprendizaje es agradable (que, para el alumno exitoso, suele serlo), a menudo requiere disciplina. El alumno autodirigido sabe (¡o aprende!) cómo desarrollar y mantener la disciplina necesaria para el autoaprendizaje

7. Tiene un alto grado de curiosidad

Los alumnos autodirigidos con éxito tienen una gran propensión a preguntarse por qué, y muchas otras preguntas. Y están ansiosos por explorar lo desconocido, ya sea aprendiendo un idioma extranjero o probando una conferencia virtual.

8. Tiene un fuerte deseo de aprender o cambiar

El alumno de éxito está intrínsecamente motivado. Tiene ganas de aprender y ve el aprendizaje como un camino positivo hacia adelante. Reconoce el yin y el yang del aprendizaje: sin aprendizaje, no hay cambio; sin cambio, no hay aprendizaje.

9. Tiene confianza en sí mismo

Los alumnos autodirigidos de éxito tienen un sólido sentido de «autoeficacia», es decir, la creencia de que uno es capaz de actuar de una manera determinada para alcanzar ciertos objetivos.

10. Es capaz de utilizar habilidades básicas de estudio

Como ya he dicho aquí muchas veces, habilidades como tomar apuntes de forma eficaz son útiles para toda la vida. El alumno autodirigido lo sabe y practica la toma de apuntes y otras estrategias de aprendizaje eficaces.

11. Organiza su tiempo

Aunque el aprendizaje autodirigido no requiere la obsesión por la productividad que parece estar en todas partes en la Interweb, el alumno exitoso sabe, no obstante, cómo encontrar y gestionar el tiempo de forma efectiva para permitir el aprendizaje.

12. Establece un ritmo de aprendizaje adecuado

El alumno aventajado reconoce que el aprendizaje tiene que ver tanto (si no más) con el proceso que con el resultado y no intenta hacer demasiadas cosas demasiado rápido.

13. Desarrolla un plan para completar el trabajo

El establecimiento de un plan forma parte de la fijación del ritmo y, en última instancia, de la llegada al destino. El alumno autodirigido con éxito reconoce que la planificación es un elemento crítico del autoaprendizaje.

14. Tiende a orientarse hacia los objetivos

Aunque no todos los alumnos autodirigidos se fijan objetivos conscientemente, tienden a tener un fin en mente cuando inician el camino del aprendizaje.

15. Disfruta aprendiendo

La conclusión proverbial: al alumno autodirigido de éxito simplemente le gusta aprender.

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¿Cómo de bien le describen estos puntos como alumno?

¿Cómo de eficaz es el cultivo de estas formas en aquellos a los que enseña (sus hijos, sus miembros, sus empleados, sus alumnos – lo que sea.)

Por favor, comente y comparta. Además, si eres – o aspiras a ser – un serio aprendiz de por vida – te animo a suscribirte a mi boletín de noticias para obtener recursos y conocimientos continuos.

Jeff

P.D. – Estas «formas» han sido extraídas de una descripción en una encuesta de 1977 que finalmente condujo al desarrollo de la Escala de Preparación para el Aprendizaje Autodirigido, que posteriormente fue renombrada como Evaluación de Preferencias de Aprendizaje. En el post anterior, he ampliado las características destacadas en la descripción con mis propios comentarios.

Un alumno altamente autodirigido, según los resultados de la encuesta, es aquel que muestra iniciativa, independencia y persistencia en el aprendizaje; aquel que acepta la responsabilidad de su propio aprendizaje y ve los problemas como retos, no como obstáculos; aquel que es capaz de autodisciplinarse y tiene un alto grado de curiosidad; que tiene un fuerte deseo de aprender o cambiar y tiene confianza en sí mismo; que es capaz de utilizar habilidades básicas de estudio, organizar su tiempo y establecer un ritmo adecuado de aprendizaje, y desarrollar un plan para completar el trabajo; que disfruta aprendiendo y tiene una tendencia a estar orientado a los objetivos. (Guglielmino, 1977/78, p.73)

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