Blefaritis
La blefaritis es una inflamación de los párpados y las pestañas que provoca enrojecimiento, irritación y picor de los párpados y la formación de escamas similares a la caspa en las pestañas. Es un trastorno ocular común causado generalmente por una infección bacteriana o una afección cutánea general, como la caspa del cuero cabelludo o el acné rosáceo. Afecta a personas de todas las edades. Aunque es incómoda, la blefaritis no es contagiosa y no causa ningún daño permanente a la vista.
La blefaritis se clasifica en dos tipos:
- La blefaritis anterior se produce en el borde delantero exterior del párpado, donde se unen las pestañas.
- La blefaritis posterior afecta a la superficie interna del párpado que está en contacto con el globo ocular.
Las personas con blefaritis pueden experimentar una sensación de arenilla o ardor en los ojos, lagrimeo excesivo, picor, párpados rojos e hinchados, ojos secos o costras en los párpados. Para algunas personas, la blefaritis sólo causa una irritación y un picor menores. Sin embargo, puede dar lugar a síntomas más graves, como visión borrosa, falta de pestañas o pestañas desviadas e inflamación de otros tejidos oculares, en particular la córnea.
En muchos casos, una buena higiene de los párpados y una rutina de limpieza regular pueden controlar la blefaritis. Esto incluye el lavado frecuente del cuero cabelludo y la cara, el uso de compresas calientes para empapar los párpados y la realización de exfoliaciones de los párpados. En los casos en los que la causa es una infección bacteriana, se pueden prescribir varios antibióticos y otros medicamentos junto con la higiene de los párpados.
¿Qué causa la blefaritis?
La blefaritis puede aparecer como escamas grasientas o escamas alrededor de la base de las pestañas.
La blefaritis anterior suele estar causada por bacterias (blefaritis por estafilococo) o por la caspa del cuero cabelludo y las cejas (blefaritis seborreica). También puede producirse debido a una combinación de factores o, con menor frecuencia, puede ser el resultado de alergias o de una infestación de piojos en las pestañas.
La blefaritis posterior puede estar causada por una producción excesiva de grasa por parte de las glándulas de los párpados (blefaritis meibomiana) que crea un entorno favorable para el crecimiento bacteriano. También puede desarrollarse como resultado de otras afecciones de la piel, como el acné rosácea y la caspa del cuero cabelludo.
¿Cómo se diagnostica la blefaritis?
La blefaritis puede diagnosticarse mediante un examen ocular completo. Las pruebas, con especial énfasis en la evaluación de los párpados y la superficie frontal del globo ocular, pueden incluir:
- Antecedentes del paciente para determinar cualquier síntoma que esté experimentando y la presencia de cualquier problema de salud general que pueda estar contribuyendo al problema ocular.
- Examen externo del ojo, incluyendo la estructura del párpado, la textura de la piel y el aspecto de las pestañas.
- Evaluación de los márgenes del párpado, la base de las pestañas y las aberturas de las glándulas de meibomio utilizando luz de alta intensidad y aumento.
- Evaluación de la cantidad y calidad de las lágrimas para detectar cualquier anomalía.
A menudo se puede diferenciar entre los distintos tipos de blefaritis basándose en el aspecto de los márgenes de los párpados:
- Los pacientes con blefaritis estafilocócica suelen presentar una leve adherencia de los párpados, márgenes del párpado engrosados y pestañas ausentes y mal dirigidas.
- La blefaritis seborreica aparece en forma de escamas grasientas o escamas alrededor de la base de las pestañas y un leve enrojecimiento de los párpados.
- La blefaritis ulcerosa se caracteriza por costras duras y enmarañadas alrededor de las pestañas que, al retirarlas, dejan pequeñas llagas que supuran y sangran. También puede haber pérdida de pestañas, distorsión de los bordes anteriores de los párpados y lagrimeo crónico. En casos graves, la córnea, la cubierta frontal transparente del globo ocular, también puede inflamarse.
- La blefaritis meibomiana es evidente por la obstrucción de las glándulas sebáceas de los párpados, la mala calidad de las lágrimas y el enrojecimiento del revestimiento de los párpados.
Con la información obtenida en las pruebas, su optometrista puede determinar si tiene blefaritis y aconsejarle sobre las opciones de tratamiento.
¿Cómo se trata la blefaritis?
El tratamiento depende del tipo específico de blefaritis. La clave para tratar la mayoría de los tipos de blefaritis es mantener los párpados limpios y sin costras.
- Pueden aplicarse compresas calientes para aflojar las costras, seguidas de una suave limpieza de los ojos con una mezcla de agua y champú para bebés o un producto de limpieza de párpados de venta libre. En los casos debidos a una infección bacteriana, puede recetarse un antibiótico, junto con la higiene de los párpados.
- Si las glándulas de los párpados están bloqueadas, puede ser necesario masajear los párpados para limpiar la grasa acumulada en las glándulas de los párpados.
- Si la blefaritis reseca los ojos, pueden recetarse soluciones de lágrimas artificiales o pomadas lubricantes.
- Si la causa son los piojos, puede aplicarse vaselina a lo largo de la base de las pestañas para eliminarlos.
El uso de un champú anticaspa en el cuero cabelludo puede ayudar. Además, se suele recomendar limitar o dejar de utilizar el maquillaje de ojos, ya que su uso dificulta la higiene de los párpados. Si usa lentes de contacto, es posible que tenga que dejar de usarlas temporalmente durante el tratamiento.
La blefaritis rara vez desaparece por completo. Incluso con un tratamiento exitoso, pueden producirse recaídas.
Autocuidado
Una parte importante del control de la blefaritis implica el tratamiento en casa. Se pueden utilizar compresas calientes para aflojar las costras de las pestañas, seguidas de un suave restregado de las mismas.
Direcciones para un remojo caliente de los párpados:
- Lávese bien las manos.
- Humedezca un paño limpio con agua caliente.
- Cierre los ojos y coloque la toallita sobre los párpados durante unos 5 minutos.
- Repítalo varias veces al día.
Direcciones para una exfoliación de los párpados:
- Lávese bien las manos.
- Mezcle agua tibia y una pequeña cantidad de champú no irritante (para bebés) o utilice una solución exfoliante para párpados preparada comercialmente y recomendada por su optometrista.
- Cierre un ojo y, con un paño limpio (uno diferente para cada ojo), frote la solución hacia adelante y hacia atrás por las pestañas y el borde del párpado.
- Enjuague con agua clara y fría.
- Repita la operación con el otro ojo.