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Roble
En las principales culturas de Europa el roble ha sido tenido en gran estima. Para los griegos, los romanos, los celtas, los eslavos y las tribus teutónicas, el roble era el árbol más venerado y, en cada caso, estaba asociado al dios supremo de su panteón: el roble era sagrado para Zeus, Júpiter, Dagda, Perun y Thor, respectivamente. Cada uno de estos dioses también tenía dominio sobre la lluvia, el trueno y el rayo, y seguramente no es una coincidencia que los robles parezcan ser más propensos a los rayos que otros árboles, ya sea por la baja resistencia eléctrica de su madera o por el hecho de que frecuentemente eran los seres vivos más grandes y altos del paisaje.
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Los druidas frecuentemente rendían culto y practicaban sus ritos en robledales (la palabra druida era probablemente una derivación gaélica de su palabra para roble, Duir, y significaba hombres de los robles). El muérdago, probablemente la planta más potente y mágica de los druidas, crecía con frecuencia en los robles y se creía que su presencia indicaba que la mano de Dios lo había colocado allí al caer un rayo.
Los antiguos reyes se presentaban como las personificaciones de estos dioses, asumiendo la responsabilidad no sólo del éxito en la batalla sino también de la fertilidad de la tierra, que dependía de las lluvias. Llevaban coronas de hojas de roble, como símbolo del dios que representaban como reyes en la Tierra. Del mismo modo, los comandantes romanos que triunfaban eran obsequiados con coronas de hojas de roble durante sus desfiles de la victoria, y las hojas de roble han continuado siendo iconos decorativos de la destreza militar hasta nuestros días.
Tal vez debido al tamaño y la presencia del roble, gran parte de su folclore se refiere a robles específicos e individuales. Muchas parroquias solían tener lo que se conocía como el roble del Evangelio, un árbol prominente en el que se leía parte del Evangelio durante las ceremonias de batida de los límites en Rogantide en primavera. En Somerset se encuentran los dos antiquísimos robles de Gog y Magog (llamados así por los últimos gigantes masculinos y femeninos que vagaron por Gran Bretaña), que tienen la reputación de ser los restos de una ruta procesional bordeada de robles hasta el cercano Glastonbury Tor. El roble Major, en el bosque de Sherwood, es supuestamente el árbol donde Robin Hood y sus Merry Men tramaron sus tramas
En Leicestershire se dice que los robles Topless del parque Bradgate fueron desmochados en señal de luto tras la decapitación, en 1554, de Lady Jane Grey, que había vivido en el cercano Bradgate Hall. Tras la batalla de Worcester en 1651, el rey Carlos II se escondió de los cabezas redondas en un gran roble de Boscobel. En 1660 instituyó el 29 de mayo como Día del Roble Real para celebrar la restauración de la monarquía.
Los niños llevaban hojas de roble (o mejor aún, manzanas de roble) como parte de una costumbre que duró oficialmente hasta 1859, pero que de hecho continuó hasta bien entrado el siglo XX. Una vez más, el símbolo de las hojas de roble tenía conexiones reales. Por eso no es de extrañar que la planta fuera la insignia del clan real Stewart.
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