Cómo planchar una camisa (con o sin tabla de planchar)

Planchar una camisa, al igual que enfriar rápidamente la cerveza y arrancar un coche, es una de esas habilidades que hay que saber hacer.

La mayoría de nosotros no vivimos todavía en la época de Mad Men, en la que llevábamos una camisa blanca almidonada todos los días, y si es así, es muy probable que tengas una buena tintorería que se encargue de plancharla por ti. Sin embargo, aunque seas un tipo de camisa arrugada y vaqueros como nosotros, hay ocasiones en las que tienes que vestirte con una opción bien planchada. ¿No tienes una tabla de planchar? No te preocupes, nosotros tampoco. Puedes hacerlo en cualquier superficie plana y resistente al calor, sólo tienes que poner una toalla debajo de la camisa para absorber el calor y evitar que se chamusque la mesa.

En primer lugar, estos son los consejos fáciles de recordar que debes conocer antes de empezar:

  • El algodón aguanta bien el calor. Pon la plancha en la posición más alta, a menos que tu camisa sea de poliéster (pista: no debería serlo).
  • Usa mucho vapor y agua, pero no dejes agua sin usar en la plancha cuando la guardes. Se oxidará la superficie, lo que manchará sus camisas.
  • No planche una camisa sucia. Se fijará cualquier mancha y no podrá limpiarla.
  • Utilice almidón en spray si quiere que sus camisas estén más crujientes, pero no se exceda o se descascarillará en sus otras prendas.
  • Cuelga la camisa enseguida una vez que esté hecha, y abotona el botón superior para que mantenga su forma.
  • Plancha el cuello yendo hacia el centro desde cualquier esquina para evitar que los bordes se frunzan.

Y ahora, los pasos. Empezaremos por una mitad de la parte delantera y luego iremos avanzando.

Ponga una mitad de la parte delantera plana y planche esa sección.

Cambie cuidadosamente la camisa si está usando una tabla de planchar, o doble la parte delantera por debajo si está en una mesa, asegurándose de no arrugar nada de lo que ya ha hecho. A continuación, plancha una mitad de la espalda.

Ahora la otra mitad de la espalda.

Sube al canesú, que es el panel que está por encima de la espalda pero por debajo del cuello.

Sigue hasta la segunda mitad de la parte delantera. Asegúrese de meterse entre los botones.

Ahora extienda el cuello sobre su superficie y plánchelo hacia dentro desde cualquier extremo.

Ponga las mangas planas con la costura hasta el borde y plánchelas hasta los puños.

Para que los puños queden redondos y sin arrugas, desplácelos y plánchelos en plano.

Y eso es todo. Ahora ya estás listo para impresionar a una cita, superar una entrevista o afrontar cualquier otra cosa que tengas planeada.

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