Diferencias culturales
Diferencias culturales Definición
Los grupos culturales pueden diferir ampliamente en sus creencias sobre lo que es verdadero, bueno y eficiente. El estudio de las diferencias culturales combina las perspectivas de la psicología y la antropología para comprender el patrón característico de las creencias, el comportamiento y las instituciones sociales de una sociedad y cómo estos patrones se comparan y contrastan con los de otros grupos culturales.
Las diferencias culturales aparecen tanto entre sociedades como dentro de ellas, por ejemplo, entre canadienses y japoneses, y dentro de Estados Unidos entre anglosajones y latinos. Las descripciones de las diferencias culturales se hacen en el contexto de las muchas similitudes que comparten los grupos humanos. Aunque hay una serie de atributos que difieren entre las culturas, también existen muchas similitudes entre las sociedades humanas. Además, incluso cuando hay diferencias entre grupos culturales, las diferencias individuales significan que no todas las personas dentro de una cultura particular tendrán creencias o mostrarán comportamientos que se asemejan a los patrones predominantes en su sociedad.
Diferencias culturales Contexto y enfoque
Las culturas pueden contrastar de muchas maneras, algunas más obvias y observables que otras. Por ejemplo, las culturas difieren en el lenguaje, la vestimenta (falda escocesa, kimono o traje de tres piezas) y los saludos sociales (beso, reverencia, apretón de manos). Desde el punto de vista psicológico, las culturas también difieren en aspectos más sutiles, pero importantes, como la forma de explicar por qué alguien se ha comportado de esa manera, lo que notan y recuerdan de las interacciones sociales, o si intentan «encajar» frente a «destacar» en su grupo de iguales. Por ejemplo, en Estados Unidos y Australia, los individuos tienden a definirse a sí mismos en términos de sus características únicas de personalidad y atributos individuales (por ejemplo, extrovertido, optimista, ambicioso), mientras que en Corea y México, los individuos son más propensos a definirse a sí mismos en términos de su conexión con otros o su pertenencia a grupos sociales (por ejemplo, hermana, amigo, estudiante). En las culturas chinas, la construcción de relaciones personales profundas se considera más eficaz que los contratos como forma de establecer la confianza en una relación comercial. Sin embargo, en Estados Unidos, los contratos se valoran más que las garantías personales. La investigación psicológica sobre las diferencias culturales se centra en esas sutiles diferencias y en las inesperadas similitudes en las creencias y el comportamiento.
Diferencias culturales Antecedentes e historia
Desde hace mucho tiempo los seres humanos se interesan por las diferencias culturales. Los primeros relatos escritos sobre la diversidad cultural aparecen ya en el siglo IV a.C. en la descripción que hace Heródoto de las creencias y costumbres únicas de los diferentes grupos culturales que comerciaban a lo largo de las costas del Mar Negro. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX que los académicos comenzaron a realizar estudios sistemáticos de las creencias y prácticas culturales únicas, como los escritos de Alexis de Tocqueville sobre los aspectos únicos de la cultura americana temprana y el análisis de Max Weber sobre cómo las ideologías religiosas desarrolladas en el norte de Europa crearon diferencias culturales en las creencias sobre el significado del trabajo. Unos 100 años después, surgió el campo de la antropología cultural, centrado exclusivamente en la comprensión de la naturaleza de las diferencias culturales en todo el mundo. En la actualidad, la investigación psicológica ha aportado nuevos conocimientos sobre la naturaleza de las diferencias y similitudes culturales al combinar un enfoque antropológico de la cultura con sofisticados métodos experimentales desarrollados en la psicología social y cognitiva. Esta área de investigación dentro de la psicología social se denomina psicología cultural.
Antes de que los psicólogos comenzaran a estudiar la cultura, a menudo se asumía que el conocimiento obtenido de la investigación psicológica realizada dentro de una cultura se aplicaba a todos los seres humanos. Esta suposición sobre la universalidad de la psicología humana se puso en duda cuando los investigadores intentaron replicar los estudios en otras culturas y encontraron resultados muy diferentes para una serie de fenómenos importantes. Por ejemplo, los experimentos psicológicos que demostraban que las personas tienden a esforzarse menos cuando trabajan en grupo que solas mostraron un patrón opuesto en las sociedades de Asia Oriental. Allí, las personas tienden a esforzarse menos cuando trabajan solas que cuando lo hacen en grupo. Además, los estudios realizados en la India, y más tarde en Japón, mostraron un patrón opuesto a las investigaciones anteriores realizadas en los Estados Unidos: las personas tienden a sobrestimar la influencia de la personalidad y a subestimar la influencia de los factores situacionales en el comportamiento.
Pruebas de las diferencias culturales
Se han utilizado tres grandes tipos de pruebas para demostrar las diferencias culturales. En primer lugar, los estudios en profundidad de culturas individuales han encontrado una variedad de formas culturalmente únicas de pensar y participar en las relaciones interpersonales. Por ejemplo, en México, las relaciones interpersonales se caracterizan por un énfasis sincero en la creación proactiva de armonía interpersonal (es decir, simpatfa), incluso con los extraños. En Japón y Corea, la gente también muestra una mayor atención a la armonía interpersonal. Sin embargo, a diferencia de los mexicanos, la preocupación por la armonía entre los japoneses se centra más en las relaciones con el propio grupo (por ejemplo, los amigos, la familia), y se mantiene a través de una estrategia más pasiva, de «no agitar el barco». En Estados Unidos, la preocupación por la armonía interpersonal difiere entre las relaciones sociales ocasionales y las relaciones laborales. Mientras que en Estados Unidos es habitual que los individuos creen una dinámica social agradable y positiva en la mayoría de los entornos, muestran una tendencia a prestar menos atención a las relaciones interpersonales y al nivel general de armonía cuando están en entornos laborales. Para aportar pruebas de estos diferentes estilos relacionales entre culturas, los investigadores han examinado, por ejemplo, cómo los miembros de estas culturas transmiten información que podría resultar embarazosa o decepcionante para los demás. Cuando hablan con amigos o conocidos sociales, los estadounidenses y los coreanos utilizan indicios indirectos y sutiles para evitar avergonzar a los demás cuando transmiten esas malas noticias. Sin embargo, cuando hablan con alguien en un entorno laboral, los estadounidenses creen que es más apropiado ser directos aunque el mensaje contenga malas noticias para el oyente. En cambio, los coreanos creen que en el trabajo es aún más importante utilizar una comunicación sutil que transmita el mensaje pero que también salve la cara del oyente. Por lo tanto, las diferencias culturales en la atención a las preocupaciones interpersonales pueden ser más pronunciadas en algunos entornos (por ejemplo, en el trabajo) que en otros (por ejemplo, en una fiesta).
Un segundo tipo de pruebas proviene de encuestas multinacionales que han medido los valores de las personas en todos los continentes importantes, en cientos de sociedades. En estas encuestas, se pide a la gente que califique su grado de acuerdo con afirmaciones como «Es importante ser libre para tomar las propias decisiones» y «Las personas se definen por su conexión con su grupo social». Este tipo de investigación muestra que los grupos culturales fluctúan significativamente en cuanto a la valoración de la autonomía individual frente a la obligación de seguir las tradiciones; la igualdad frente al respeto de las diferencias de estatus; la competencia frente a la cooperación; y las distinciones entre ingrupos y extragrupos.
Un tercer tipo de prueba convincente de las diferencias culturales lo proporcionan los experimentos transculturales sobre la forma en que las personas perciben su entorno social y reaccionan ante él. Cuando los estudios experimentales presentan a individuos de diferentes culturas exactamente la misma situación, por ejemplo, un vídeo de dos personas hablando entre sí durante una reunión de grupo de trabajo, pueden surgir interpretaciones y respuestas muy diferentes. En muchas culturas latinoamericanas, la gente se fija y recuerda lo mucho que trabajan los individuos del vídeo y lo bien o mal que se llevan entre ellos. En las culturas norteamericanas, la gente tiende a fijarse también en lo mucho que trabaja la gente, pero se fija mucho menos en la información sobre el nivel de relación interpersonal.
Hay pruebas de que las diferencias culturales son el resultado de la experiencia de las personas que viven y participan en entornos socioculturales diferentes. Los grupos biculturales, por ejemplo, los chino-canadienses o los mexicano-estadounidenses, suelen mostrar patrones psicológicos intermedios entre los de su país de origen (por ejemplo, China o México) y los de su nueva cultura adoptada (por ejemplo, Canadá o Estados Unidos). Las pruebas experimentales también muestran (en determinados ámbitos) diferencias culturales significativas entre distintas regiones de una sociedad, por ejemplo, entre individuos del norte y del sur de Estados Unidos. En términos relativos, un insulto al honor es una molestia fugaz para los norteños, pero una afrenta más grave para los sureños, y aunque la violencia no es generalmente más tolerada entre los sureños que entre los norteños, es más probable que se considere justificada cuando el honor está en juego.
Implicaciones de las diferencias culturales
Las diferencias culturales tienen implicaciones en prácticamente todas las áreas de la psicología. Por ejemplo, se han encontrado diferencias culturales en las prácticas de crianza de los niños (psicología del desarrollo), en la gama de rasgos de personalidad de una sociedad (psicología de la personalidad), en la forma en que las personas procesan la información (psicología cognitiva), en los tratamientos eficaces para los trastornos mentales (psicología clínica), en las interacciones entre profesores y alumnos (psicología de la educación), en los incentivos motivacionales importantes para los trabajadores (psicología de las organizaciones) y en los estilos interpersonales (psicología social). La investigación en cada una de estas áreas proporciona conocimientos sobre cómo pueden diferir las culturas y cuándo es probable que sean más similares que diferentes.
La existencia de diferencias culturales tiene implicaciones significativas para la vida diaria de las personas, ya sea en la escuela, en el trabajo o en cualquier otro entorno en el que interactúen personas de diversos orígenes culturales. Es importante reconocer que la diversidad puede significar mucho más que diferencias de etnia, raza o nacionalidad; la diversidad cultural también incluye diferencias básicas, a veces sutiles pero importantes, en los supuestos, creencias, percepciones y comportamientos que las personas de diferentes culturas utilizan para navegar por su mundo social.