El Blog de Genotipia
Rosario García
Hace un tiempo hablamos de las trisomías que suceden en el ser humano, y comentamos que hay un grupo aparte de trisomías que son excepcionalmente compatibles con la vida. Estas trisomías son las que se dan por la duplicación o herencia doble de alguno de los cromosomas sexuales, X e Y.
Las trisomías que se dan en los cromosomas sexuales pueden pasar inadvertidas mucho tiempo. En ocasiones, las personas que las padecen se han enterado de ello porque les ha salido positivo en el resultado de una prueba genética que se estaban haciendo con otra finalidad.
El hecho de que la mayor parte de estas trisomías no se detecten es debido a que en presencia de más de un cromosoma X, uno de ellos es seleccionado al «azar» y el resto se inactivan, formando cada uno de ellos un corpúsculo de Barr, que es simplemente una «pelota» de ADN del cromosoma X inactivado. La inactivación del cromosoma X sucede para evitar una sobreexpresión de los genes del cromosoma cuando solo se necesitan en dosis única. Tras esta inactivación, solo se produce la expresión de los genes del cromosoma X seleccionado, dando lugar a un fenotipo normal o prácticamente normal.
Veamos algunos de estas trisomías que pueden ocurrir en los cromosomas sexuales:
Síndrome del triple X (XXX)
La incidencia del Síndrome del triple X es de 1 afectada por cada 1 000 niñas nacidas vivas, aunque es muy posible que esto sea únicamente una estimación, puesto que la mayoría de las que padecen este síndrome llegan a la edad adulta sin saberlo ni ser diagnosticadas.
El Síndrome de triple X consiste en la herencia de un cromosoma X adicional, de modo que, en el genoma hay 47 cromosomas en lugar de los habituales 46. La presencia de este cromosoma X extra se debe a fallos esporádicos en la formación de los gametos en los progenitores. Aparte, cabe mencionar que el riesgo de que se produzcan estos errores en la formación de los óvulos y los espermatozoides, aumenta con la edad del padre y de la madre. También se ha visto que, en el caso del Síndrome de triple X, la mayoría de estos errores ocurren en los óvulos.
Aunque la mayoría de los cromosomas X adicionales provenga de estos errores en la formación de los gametos, se ha observado que alrededor de un 20% de los cromosomas X extra aparecen por una duplicación de uno de los dos cromosomas X en las primeras etapas de división del cigoto. Además, esta clase de duplicaciones al inicio del desarrollo son el tipo de causa más común para la presencia del cromosoma X adicional en mosaico, que es lo que ocurre en aquellas personas que presentan el cromosoma adicional en algunas de sus células y en otras no.
Respecto a los síntomas que aparecen en este síndrome, se piensa que son producidos por el exceso de expresión de algunos genes del cromosoma X que escapan a la inactivación. Normalmente, estos genes no inactivados en el corpúsculo de Barr contribuyen a un fenotipo normal puesto que son necesitados en «dosis doble». Pero en el Síndrome del Triple X muestran una dosis de expresión superior: «dosis triple», que puede llegar a ser cuádruple o quíntuple (en el caso de las tetra y pentasomías del cromosoma X, que también existen y suceden en algunas ocasiones). Recordemos que por cada cromosoma X adicional, habrá un corpúsculo de Barr más.
Los síntomas no son siempre comunes a todas las afectadas y son bastante diversos. Algunos de los síntomas más frecuentes son: una mayor estatura, dificultades de aprendizaje (especialmente de las habilidades motoras y el lenguaje), hipotonía, problemas de riñón y, en ocasiones, convulsiones.
Otros síntomas que se han registrado en relación al Síndrome de triple X han sido: pliegues epincánticos (como un pliegue del párpado que cubre un poco la zona interior del ojo, donde se encuentra el lagrimal), curvatura anómala del meñique, microcefalia, algunos problemas de coordinación, mayor riesgo de sufrir escoliosis, baja autoestima, y mayor riesgo de sufrir ansiedad y/o depresión, coeficiente intelectual algo más bajo que la media, dislexia, discapacidades relacionadas con el lenguaje, ojos anormalmente separados, ADHD (déficit de atención e hiperactividad), ausencia o malformación de los ovarios y/o el útero, pérdida de la función ovárica mucho antes de alcanzar la menopausia, pubertad tardía o pubertad precoz, pies planos, infecciones del tracto urinario, etc.
Pese a todos los síntomas comentados, generalmente, las personas afectadas por este síndrome no muestran demasiados rasgos físicos característicos y tampoco suelen tener problemas de fertilidad o reproducción. Además, un gran número de las afectadas son asíntomáticas (no presentan ningún signo que indique que padecen el síndrome), lo que contribuye a que puedan no ser conscientes de que poseen ese cromosoma X extra
Generalmente el tratamiento que se da a los pacientes con Síndrome del Triple X consiste en ayuda psicológica y educativa para compensar los retrasos en el aprendizaje, consejo sobre tratamientos de fertilidad y apoyo de parte de organizaciones de afectados. No obstante, como ya se ha comentado, los síntomas pueden ser muy leves y es muy fácil para las afectadas hacer vida normal.
Síndrome de Klinefelter (XXY)
El Síndrome de Klinefelter tiene una incidencia aproximada de 1 afectado por cada 500 niños nacidos vivos. Sin embargo, como ocurre con el Síndrome del triple X, es posible que este dato sea tan solo una estimación, puesto que una gran parte de los afectados por el Síndrome de Klinefelter llegan a la edad adulta sin ser conscientes de que lo padecen.
Este síndrome se da en individuos que poseen una pareja XY de cromosomas y entre uno y tres cromosomas X adicionales (XXY, XXXY, XXXXY). Por lo tanto, estas personas tienen 47,48 o 49 cromosomas en sus células, respectivamente. Lo más común es la presencia de únicamente un cromosoma X extra, además, los síntomas se agravan cuanto mayor sea el número de cromosomas X adicionales que presente el individuo en sus células. Por otro lado, también aparece un corpúsculo de Barr por cada cromosoma X adicional a la pareja XY.
En el caso del Síndrome de Klinefelter, la duplicación (o triplicación, o cuadruplicación) del cromosoma X ocurre más frecuentemente durante las primeras divisiones del cigoto, que por un error en la formación de los gametos de los progenitores (óvulos XX o espermatozoides XY, dependiendo de en qué progenitor ocurra el error). Aunque la causa más frecuente del síndrome sean errores durante el inicio del desarrollo del cigoto, esto no implica que no pueda producirse también por un fallo en la formación de los gametos.
Se han descrito numerosos síntomas que pueden presentarse en los afectados por el Síndrome de Klinefelter, puesto que ha sido objeto de estudio durante muchos años, y por tanto, muchos datos y signos del síndrome han podido ser recopilados.
El síntoma principal es la infertilidad, cuya causa puede ser debida a los niveles reducidos de testosterona o función endocrina, a unos testículos más pequeños y, en ocasiones, a la presencia de azoospermia (ausencia total de espermatozoides e incapacidad de producirlos) en los individuos con cromosomas XXY.
Otros síntomas que también pueden ser característicos son: ginecomastia o aumento del tamaño de los pechos (aunque esto solo suele darse en un tercio de los afectados por el Síndrome de Klinefelter), mayor estatura, menor cantidad y distribución del vello facial y corporal, menor capacidad de coordinación, cierto grado de hipotonía y caderas algo más anchas.
Estas características que hemos comentado se presentan a partir de la pubertad y pueden tener distintos grados de afección. De hecho, únicamente un 10% de los afectados por el Síndrome de Klinefelter consideran someterse a una operación para quitarse el pecho, y gran parte se opera para así reducir el riesgo de padecer cáncer de mama.
Pocas características fenotípicas podrían diferenciar a un individuo XXY adulto de otro individuo XY. Incluso, muchos de los afectados XXY solo llegan a ser diagnosticados cuando acuden a una clínica de fertilidad o de reproducción asistida.
El síndrome de Klinefelter también puede detectarse por diagnóstico genético prenatal o diagnosticarse durante la pubertad, al presentarse leves alteraciones en el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios.
Como ya hemos comentado, aunque el Síndrome de Klinefelter no tiene cura, algunos de los tratamientos para paliar o reducir los síntomas incluyen la reducción de pecho, el tratamiento con testosterona exógena o tratamiento hormonal, tratamientos de fertilidad y reproducción asistida, y apoyo educativo y psicológico
Síndrome del XYY
El Síndrome del XYY se presenta en alrededor de 1 afectado por cada 1 000 niños nacidos vivos. De ellos solo un 30% son diagnosticados de forma prenatal y un 20% son diagnosticados en la pubertad o cuando se manifiestan los problemas de aprendizaje.
Este síndrome se caracteriza por la presencia de un cromosoma Y adicional, de modo que el individuo posee 47 cromosomas y sus cromosomas sexuales son XYY. La mayoría de los casos en los que se presenta el cromosoma Y extra son debidos a errores en la formación de los espermatozoides, de modo que alguno de los espermatozoides lleva una carga genética de YY en lugar de X o Y. Y al fusionarse con un óvulo portador del cromosoma X se produce el trío cromosómico XYY.
De modo similar a los casos anteriores, el Síndrome del XYY no produce síntomas demasiados destacados y muchos afectados no saben que lo están. Por otro lado, algunos de los síntomas más destacados podrían ser: una mayor estatura (según algunos estudios, unos 8 cm más de lo esperado), mayor riesgo de tener acné, ciertos problemas de aprendizaje y retraso del desarrollo de las habilidades verbales.
También se han recogido como signos físicos del Síndrome XYY un mayor tamaño de la cabeza, dientes anormalmente grandes, pies planos, un aumento de la grasa abdominal, scoliosis, ojos anormalmente separados y curvatura del meñique hacia el resto de dedos de la mano. Ocasionalmente puede ocurrir la aparición de tics, convulsiones, asma, mayor riesgo de padecer ADHD, depresión, ansiedad y/o desórdenes dentro del espectro autista.
El Síndrome del XYY no tiene un tratamiento concreto salvo el apoyo psicológico y educativo a los afectados, puesto que, en general, son asintomáticos y pueden llevar una vida completamente normal. Como ya se ha comentado, al no presentar síntomas, la mayoría de los afectados nunca son diagnosticados ni son conscientes de que poseen un cromosoma Y de más.
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Se ha especulado mucho acerca de ciertas teorías y falsos mitos sobre las trisomías en los cromosomas sexuales. El término súper-hembra ya no se admite para las mujeres con el Síndrome del Triple X. Tampoco es cierto que haya un mayor porcentaje de hombres con el Síndrome de Klinelfelter que sean homosexuales que la población general de hombres. Y no se han encontrado evidencias de que los hombres con el Síndrome XYY sean más agresivos y estén más inclinados a delinquir.
Todas estas creencias derivan de estudios antiguos que incorporaban conceptos sociales de la época y que actualmente han sido refutados varias veces. Los síndromes del Triple X, Klinefelter y del XYY solo consisten en la presencia de un cromosoma adicional en el genoma de la persona.
¡Nos vemos en otro post!
Referencias
O. Robinson and P. A. Jacobs. The Origin of the Extra Y Chromosome in Males with a 47, XYY Karyotype. (1999). Human Molecular Genetics. Volume 8, issue 12, pages 2205-2209.