El momento de quedarse embarazada podría evitar el aborto
Por Jessica Hamzelou
John Fedele/Getty
El aborto espontáneo podría deberse a un exceso de células envejecidas y a una respuesta inmunitaria fluctuante. Este hallazgo sugiere que programar cuidadosamente un embarazo podría prevenir el aborto espontáneo y aumentar las posibilidades de que una mujer dé a luz.
«Todos los «tratamientos» que hemos estado dando a las mujeres que abortan no han sido eficaces en absoluto», afirma Roy Homburg, del Hospital Universitario Homerton de Londres. «No hemos llegado a la raíz del problema», afirma. «Pero esta idea es especialmente inteligente».
Una cuarta parte de los embarazos acaban en aborto espontáneo en las primeras 23 semanas. Existen algunos factores de riesgo conocidos, como la edad o el sobrepeso, y algunos embriones abortan debido a anomalías genéticas. Pero no entendemos realmente qué causa los abortos espontáneos, especialmente en el 1% de las mujeres que experimentan tres o más seguidos.
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No es que estas mujeres sean infértiles: algunas mujeres que han tenido hasta 12 abortos espontáneos seguidos siguen teniendo un bebé perfectamente sano, lo que hace que los investigadores se pregunten qué está pasando.
Jan Brosens, de la Universidad de Warwick (Reino Unido), cree que el equilibrio entre las células madre, las células que envejecen y las células inmunitarias podría ser el culpable.
Desequilibrio inmunitario
En un útero sano, las células madre permiten que el revestimiento del endometrio aumente unos 10 milímetros en el transcurso de 10 días, después de cada periodo. A continuación, algunas células del endometrio senecen, es decir, dejan de dividirse y desencadenan la inflamación. Un grupo de células inmunitarias, denominadas células asesinas naturales, responden a la llamada y eliminan las células envejecidas. Según Brosens, este proceso crea una especie de malla en forma de panal, con agujeros del tamaño adecuado para que se incruste un embrión.
Pero algo parece ir mal en las mujeres que abortan. Cuando el equipo de Brosens tomó muestras de los úteros de las mujeres que no habían sufrido abortos, comprobó que el número de células asesinas naturales se mantenía en un ciclo predecible a lo largo del mes. Pero en las mujeres que habían abortado varias veces, el número de células asesinas naturales variaba cada mes, aumentando continuamente durante varios meses seguidos, antes de desaparecer, y luego comenzando a acumularse de nuevo.
Esto podría deberse a que tienen muy pocas células madre. «El 40% de los pacientes no tenía ninguna célula madre», dice Brosens. Como resultado, un mayor número de células entran en el cansado estado de «senescencia», atrayendo un mayor número de células asesinas naturales, lo que conduce a mayores agujeros en el endometrio.
Si este es el caso, puede explicar por qué las mujeres que abortan con frecuencia pueden encontrar muy fácil quedarse embarazadas. Los grandes agujeros en el endometrio pueden facilitar la implantación de un embrión al principio, pero con el tiempo la estructura se colapsará sobre sí misma, dice Brosens.
Ventana natural
Sin embargo, como las células asesinas naturales aumentan en número con el tiempo, eventualmente una mujer debería tener un número muy bajo de células senescentes, minimizando los efectos de tener relativamente menos células madre. «Deberíamos tener ventanas en las que las cosas fueran completamente normales», afirma Brosens, que presentó su trabajo en la reunión Nordic Fertility Innovation, celebrada en Estocolmo (Suecia) a principios de este mes.
Esto podría ser la razón por la que las mujeres pueden experimentar múltiples abortos espontáneos antes de tener un bebé sano: pueden haber concebido en momentos en los que el útero no era receptivo a un embarazo, antes de dar con las condiciones óptimas.
Es posible analizar los niveles de células asesinas naturales, y Brosens y sus colegas han comenzado a ofrecer esta prueba a las mujeres que han tenido abortos espontáneos recurrentes, para ayudarlas a identificar el mejor momento para quedarse embarazadas. Hasta ahora, han asesorado a unas 150 mujeres.
Ya han tenido algunas historias de éxito. Una mujer dijo recientemente a Brosens que estaba embarazada de 26 semanas.
Sin embargo, estas historias son anecdóticas. El equipo no puede estar seguro de que su estrategia funcione hasta que realice un ensayo clínico. «Obviamente, necesitan más pruebas, pero la base es un argumento muy sólido», dice Homburg.
Claus Yding Andersen, del Hospital Universitario de Copenhague, en Dinamarca, también está impresionado. «Se ha investigado mucho sobre las causas del aborto espontáneo, pero no se ha llegado a un consenso sobre lo que ocurre», dice. «La teoría de Brosen está bien justificada, pero es demasiado pronto para declarar si funcionará».
Si funciona, el enfoque también podría ser útil para las mujeres que se someten a la FIV, dice Homburg. «Podríamos aprender a conseguir el endometrio ideal, o implantar embriones cuando el endometrio esté preparado», dice.
No te creas las películas
¿Qué hace que los embarazos acaben en aborto? Se te perdonaría que pensaras que el estrés o una discusión acalorada pueden ser los culpables, teniendo en cuenta muchas tramas de cine y televisión, pero eso simplemente no es cierto.
Una encuesta realizada en 2016 a 1.000 personas en Estados Unidos descubrió que tres cuartas partes del grupo creían que los eventos estresantes pueden desencadenar un aborto espontáneo, mientras que dos tercios pensaban que levantar objetos pesados también podría ser el culpable.
No hay pruebas de que ninguno de ellos provoque un aborto espontáneo, como tampoco lo hacen las relaciones sexuales o el uso previo de anticonceptivos.
La encuesta también reveló que muchas personas subestiman enormemente lo común que es el aborto espontáneo. La mayoría de las personas pensaban que afectaba a menos del 6% de los embarazos, cuando en realidad ocurre hasta en una cuarta parte de los mismos. Aunque esto incluye a las mujeres que abortan sin darse cuenta de que están embarazadas, el aborto espontáneo se produce en 1 de cada 6 embarazos que las mujeres conocen.
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