El sorprendente vínculo entre el mango y la hiedra venenosa
Cuando pasé de estudiar como estudiante de posgrado al mundo corporativo de Silicon Valley, quizás el descubrimiento más sorprendente fue la variedad de aperitivos gratuitos disponibles.
Nuestro lugar de trabajo, como muchos otros que visité, ofrecía un «muro de aperitivos» con innumerables opciones para los empleados hambrientos. Teníamos barritas de granola, cereales, yogur y patatas fritas, por supuesto, pero me sentí atraído por los frutos secos, y por un fruto seco en particular.
El mango es esa combinación perfecta de ácido y dulce, que le ha hecho ganar muchos fans en todo el mundo. Es la fruta nacional de la India, Pakistán y Filipinas, y la humanidad los consume desde hace más de 5.000 años. Eso significa que hemos estado cultivando y comiendo mangos desde antes de que los egipcios construyeran la Esfinge y las Grandes Pirámides. Comíamos mangos mucho antes de que construyéramos la Gran Muralla China.
Pero para algunas personas, el mango no es una delicia. En cambio, es un alimento que hay que evitar, junto con los anacardos y los pistachos. Quienes lo padecen experimentan dermatitis de contacto, debido a la presencia de un compuesto llamado urushiol.
Es probable que muchos de nosotros, especialmente los entusiastas del camping, nos hayamos encontrado con el urushiol alguna vez. Es una mezcla aceitosa de compuestos orgánicos, y se encuentra con mayor frecuencia en la hiedra venenosa, el roble venenoso y el zumaque venenoso.
¿Sí, esas erupciones que pican que puede tener si se encuentra con la hiedra venenosa? Para algunas personas, el mango (o los anacardos, o los pistachos) pueden desencadenar la misma reacción.
¿Por qué algunas personas reaccionan al urushiol del mango, mientras que otras no lo hacen?
¿Y cómo actúa el urushiol en nosotros, y qué podemos hacer para minimizar la irritación, el dolor y el sufrimiento?
Cuando estamos expuestos a la hiedra venenosa, o a otras plantas venenosas de esta familia (incluyendo el roble venenoso y el zumaque venenoso), en realidad estamos siendo expuestos al urushiol que está presente en la savia de estas plantas.
Cuando la planta está dañada, la savia que contiene urushiol se filtra a la superficie. El propósito de esta savia, curiosamente, no es servir como mecanismo de defensa; en su lugar, forma una laca negra cuando se expone al oxígeno, ayudando a la planta a retener el agua.