Empanada griega frita con miel y nueces
En una cacerola grande, llevar a ebullición la miel, el agua, el azúcar, la ralladura de naranja, la rama de canela y el zumo de limón. Cocer a fuego moderado hasta que espese ligeramente, 10 minutos. Desechar la ralladura y la rama de canela.
En un bol mediano, con una cuchara de madera, batir los huevos con el aceite de oliva y la sal. Añadir la harina y remover hasta que se forme una masa dura y desordenada. Volcar la masa en una superficie de trabajo y amasar hasta que esté suave, unos 2 minutos; añadir más harina si la masa es pegajosa. Cortar la masa en 4 trozos, cubrirla con papel de plástico y dejarla reposar durante 20 minutos.
Enrollar 1 trozo de masa a la vez en una máquina de pasta, trabajando desde la posición más ancha a la más fina. Pasar la tira de masa a una superficie de trabajo bien enharinada y espolvorear con harina. Cortar la tira en cuadrados de 4 pulgadas. Repetir con el resto de la masa.
En una olla grande, calentar 2 pulgadas de aceite vegetal a 360°. Trabajando con 8 cuadrados a la vez, enrollar cada cuadrado en un cigarro suelto y dejarlo caer en el aceite caliente. Freír a fuego moderado, girando una vez, hasta que estén dorados y crujientes, unos 3 minutos. Con una espumadera, transfiera las pastas a una bandeja de horno forrada con papel de cocina para escurrirlas. Repita la operación hasta que toda la masa esté frita.
Recaliente el sirope de miel. Con unas pinzas, añadir unos cuantos pasteles a la vez al jarabe de miel y girar para cubrirlos. Pasarlos a un bol grande y espolvorear ligeramente con las nueces picadas y la canela. Repita la operación hasta que todos los pasteles estén cubiertos. Transfiera con cuidado los pasteles a una fuente de servir y vierta el jarabe de miel restante por encima. Servir enseguida.