Guía de comida y bebida de Milán: 10 cosas que hay que probar en Milán, Italia

Ya sea un contundente guiso o un cremoso risotto, casi todos los platos de Milán vienen acompañados de una historia, lo que hace que la cocina de la ciudad sea extraordinaria tanto en sabor como en historia

Tan rica en sabor como en cultura, Milán ofrece una cocina local única repleta de arroces mantecosos, carnes estofadas y pasteles especiales. Situada en la provincia septentrional de Lombardía, Milán se aleja de las combinaciones de tomate y pasta por excelencia, invitando a los visitantes a disfrutar de una faceta diferente de la cocina italiana. Asegúrese de participar en la reunión social milanesa conocida como «aperitivo», una costumbre antes de la cena en la que los amigos se mezclan con cócteles y comen sin límite. Considérelo como una elegante hora feliz europea.

Risotto alla Milanese

Uno de los platos más famosos de la ciudad, el risotto alla Milanese es conocido por su tono dorado impregnado de azafrán. El arroz se cuece a la perfección en caldo de médula ósea y luego se mezcla con cebolla picada y montones de mantequilla para conseguir una textura aterciopelada. No deje de probar este entrante en su lugar de origen.

Donde probarlo: Osteria Conchetta (Via Conchetta 8) prepara un risotto de la casa en la mesa, añadiendo queso parmesano y cocinando el arroz a fuego lento delante de ti.

Risotto alla Milanese

Ossobuco

Directamente traducido como «hueso con agujero», este plato milanés se elabora con carne de ternera cocida y dorada en una mezcla de cebollas, zanahorias, apio y vino blanco. Se sirve tierno y suele incluir una deliciosa guarnición de risotto o polenta.

Dónde probarlo: Adéntrese en la Italia del viejo mundo en Antica Trattoria della Pesa (Viale Pasubio 10) para degustar un increíble ossobuco en uno de los primeros restaurantes de Milán. Curiosamente, Ho Chi Minh, que vivía encima de la Trattoria, era un cliente habitual.

Ossobuco

Cassoeula

La cassoeula, una receta para las noches frías de Milán, combina carne de cerdo (normalmente las partes menos deseadas del cerdo: costillas, cortezas, manitas) y salchichas dulces verzini. La carne se guisa con coles tiernas y se sirve con un vaso de vino tinto fuerte para acentuar el sabor salado.

Dónde probarla: Aventúrese en Ratanà (Via Gaetano de Castillia 28) para degustar la cassoeula tradicional con un toque moderno. El chef milanés Cesare Battisti trabaja con agricultores y artesanos locales para crear platos lombardos con ingredientes frescos de temporada.

Michetta

Esta delicia hinchada y hueca es el pan básico de Milán. Procedente de la palabra latina «mica», que significa miga, la michetta es ligera y es mejor comerla junto a comidas sustanciosas, con miga y todo.

Dónde probarla: Para vivir una experiencia gastronómica a la última, reserve una mesa en Michetta’s Panini Milan (Via Ambrogio Campiglio 13) y elija entre una serie de paninis rellenos de carne, queso o verduras a su elección.

Michetta

Cotoletta alla Milanese

Esta deliciosa chuleta de ternera empanada se cocina con hueso y se empapa de mantequilla. El jugoso solomillo de la cotoletta, que suele ser de las seis primeras chuletas, se presenta grueso o fino, pero ofrece un sabor intenso de cualquier manera.

Dónde probarla: Nuovo Macello (Via Lombroso 20) ofrece una deliciosa versión del tradicional plato de ternera en su humilde restaurante familiar, que desprende un aire retro.

Cotoletta alla Milanese

Mondeghili

Este ingenioso plato es la versión milanesa de las convencionales albóndigas. Diseñado por primera vez por los campesinos para no desperdiciar los restos de comida, el mondeghili se compone de carne de vacuno, salchicha, salami y huevos cubiertos de pan rallado y queso, todo ello antes de ser frito en mantequilla.

Dónde probarlo: Especializado en cocina tradicional milanesa, La Pobbia (Via Gallarate 92) se enorgullece de su suculento mondeghili, que ofrece una experiencia gastronómica íntima y familiar.

Gelato

Al igual que muchas ciudades italianas, Milán ofrece un exceso de gelaterías para satisfacer a los más golosos. Elaborado con más leche y menos huevos, el gelato es mucho más denso que el helado y presume de una textura más sedosa.

Donde probarlo: Si tiene paciencia y quiere hacer cola para tomar el mejor helado de la ciudad, vaya a La Gelateria della Musica (Via Pestalozzi 4) para tomar una generosa ración. Los sabores van desde el chocolate negro con sal de rosa del Himalaya hasta el Chiacchiere (pastel de carnaval italiano), así que la espera merece la pena.

Gelato de fresa

Panettone

Este tradicional manjar italiano es un pan de brioche horneado con frutas confitadas, pasas y naranjas. El panettone es un postre navideño muy apreciado por los milaneses y simboliza la época navideña, por lo que es ideal para acompañar un vino dulce o un café caliente.

Donde probarlo: Desde hace más de 200 años, la Pasticceria Cova (Via Monte Napoleone 8) elabora artesanalmente el celestial panettone, que en diciembre presenta diseños de Papá Noel. Por suerte, la tienda vende este dulce durante todo el año, así que no importa cuándo visite Milán.

Panettone

Barbajada

Esta bebida milanesa se creó en el siglo XIX cuando el camarero local Domenico Barbaja combinó nata, café y chocolate para hacer una bebida caliente. Suele acompañar al panettone o a los pasteles de hojaldre en acogedores cafés.

Donde probarlo: Osteria dei Malnat (Via Caccialepori 3) da un giro encantador a la bebida clásica, sirviendo su «Barbajada al Malnat», una tarta con relleno de chocolate, nata montada y glaseado de café.

Negroni Sbagliato

Creado por casualidad, este famoso cóctel surgió cuando un camarero de Milán mezcló accidentalmente prosecco (en lugar de la ginebra habitual) con vermut rojo y Campari. Hoy en día, se conoce simplemente como el «negroni equivocado» y lo beben tanto los lugareños como los turistas.

Dónde probarlo: Teniendo en cuenta que el Bar Basso (Via Plinio 39) es el lugar donde se produjo el percance original, debería probar su primer Negroni Sbagliato en el lugar que le corresponde. Se sirve en una enorme copa de vino adornada con una rodaja de naranja fresca.

Negroni Clásico y Sbagliato

Antes de ir, echa un vistazo a:

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