Kobe Bryant critica a la NCAA y dice que el sistema no enseña nada a los jugadores'
El escolta de los Lakers de Los Ángeles, Kobe Bryant, se saltó la universidad cuando era una opción para los estudiantes de secundaria y se presentó al draft de la NBA en 1996. Según Serena Winters, de Lakers Nation, Bryant no está de acuerdo con las normas actuales, que impiden a los jugadores declararse en el draft nada más salir del instituto:
Al salir del Lower Merion High School de Pensilvania, los Charlotte Hornets eligieron a Kobe en el puesto 13 y lo cambiaron a Los Ángeles por Vlade Divac. El draft de 1996 también produjo otro buen producto de la escuela secundaria en el seis veces All-Star Jermaine O’Neal, elegido en el puesto 17 por los Portland Trail Blazers.
Las reglas actuales, que requieren que pase una temporada de la NBA desde la graduación de la escuela secundaria de un jugador, se establecieron bajo el acuerdo de negociación colectiva de 2005. Aquí hay una copia de las reglas, según la Asociación de Jugadores de la NBA.
El primer draft que se vio afectado fue el de 2006. Ocho jugadores nacidos en Estados Unidos fueron seleccionados fuera de la escuela secundaria el año anterior: Martell Webster (número 6), Andrew Bynum (10), Gerald Green (18), C.J. Miles (34), Monta Ellis (40), Lou Williams (45), Andray Blatche (49) y Amir Johnson (56). Salir de la escuela secundaria no perjudicó su desarrollo, ni impactó en la última clase del draft de la liga.
Sin embargo, el hecho de que Bryant tenga un punto, no significa que se avecine un cambio. Incluso en el mundo del baloncesto, la voz de la Mamba tiene un peso limitado.
El sistema no es perfecto, y los críticos tienen diferentes soluciones en mente. Algunos están de acuerdo con Bryant y quieren que se elimine el requisito. A otros les gustaría ver algo más estricto, una regla que mantenga a los mejores talentos del juego en los campus universitarios durante más de una temporada.
Espera que este debate continúe, y busca las banderas rojas que surgen en ambos lados de la cuestión. Hasta que estos desafíos provengan de los ejecutivos de la NBA y/o de los peces gordos de la NCAA, esta norma -por muy defectuosa que sea- no va a cambiar.