La inteligencia humana: Hermann Ebbinghaus
(1850-1909) Psicólogo experimental alemán
Influencias
- Estudiante de:
- Influenciado por: Fechner
- Estudiante de: Stern
- Influenciado:
- Periodo de tiempo: Las Grandes Escuelas
Educación
- Estudió historia y filología en las universidades de Bonn, Halle y Berlín
- Universidad de Bonn, Ph.D. en filosofía (1873)
- Estudios postdoctorales independientes en Inglaterra, Francia y Alemania
Carrera
- Realizó su primera serie de experimentos sobre la memoria (1878-1879)
- Profesor, Universidad de Berlín (1880-1893)
- Realizó la segunda serie de experimentos sobre la memoria (1883-1884)
- Instaló un laboratorio de psicología experimental en la Universidad de Berlín (1886)
- Cofundador de la Zeitschrift fur Psychology und Physiologie der Sinnersorgane (Revista de psicología y fisiología de los órganos de los sentidos) (1890)
- Profesor, Universidad de Breslau (1894-1905)
- Fundó un laboratorio de psicología en Breslau (1894)
- Desarrolló un test de inteligencia para niños (1897)
- Profesor, Universidad de Halle (1905-1908)
Contribuciones principales
- Desarrolló el primer enfoque científico para el estudio de un proceso psicológico superior (la memoria)
- Primera persona en utilizar sílabas sin sentido sílabas en la investigación del aprendizaje y la memoria
- Primera en describir la «curva de aprendizaje»
Ideas e intereses
En la época en que Hermann Ebbinghaus comenzó a estudiar la memoria humana, el estudio de los procesos psicológicos superiores estaba muy alineado con el campo de la filosofía; Los enfoques de autoobservación introspectiva, como los defendidos por Edward Titchener y Wilhelm Wundt, dominaban el campo. En varios laboratorios psicológicos se realizaban estudios científicos precisos, pero se limitaban esencialmente a pruebas de procesos fisiológicos como el tiempo de reacción y la percepción sensorial (véanse nuestros perfiles de Wundt y J. M. Cattell). El enfoque sistemático y cuidadoso de Ebbinghaus para el estudio de la memoria cambió este paradigma al demostrar que los procesos cognitivos superiores también podían estudiarse científicamente. La metodología que desarrolló para ello sacó el estudio de la memoria de la filosofía y lo llevó al terreno de la ciencia empírica. Algunas de sus innovaciones, como el uso de la sílaba sin sentido, siguen siendo herramientas valiosas en la investigación del aprendizaje y la memoria del siglo XXI (Boneau, 1998; Wozniak, 1999).
Al igual que sus compañeros que utilizaron la metodología introspectiva, Ebbinghaus utilizó sus propias experiencias como fuente de datos. Sin embargo, su enfoque del autoestudio estaba cuidadosamente controlado; las condiciones de la recogida de datos seguían procedimientos que se utilizaban habitualmente en la investigación de las llamadas ciencias «duras». Para comprobar su propia memoria, primero creó 2.300 sílabas sin sentido, cada una de ellas formada por dos consonantes separadas por una vocal (por ejemplo, nog, baf). Estas sílabas eran necesarias para un experimento controlado porque presumiblemente estaban libres de cualquier asociación previamente aprendida. Aprendió listas de estas sílabas hasta alcanzar un criterio preestablecido (recuerdo perfecto), y luego registró cuántas era capaz de retener después de intervalos de tiempo específicos. También anotó el número de ensayos necesarios para volver a aprender las sílabas después de haberlas olvidado. Su primera serie de ensayos tuvo lugar a lo largo de un año (1879-1880) y repitió los experimentos tres años después. Tras una repetición exitosa, publicó los resultados en La memoria: A contribution to experimental psychology (1885) (Eliasmith, 2004; Wozniak, 1999).
Las innovaciones metodológicas de Ebbinghaus habrían sido suficientes para asegurarle un lugar en la historia de la psicología, pero su investigación también hizo varias contribuciones importantes a la base del conocimiento científico. Sus experimentos demostraron empíricamente que los estímulos sin sentido son más difíciles de memorizar que los estímulos con sentido; es decir, es más difícil memorizar material que no tiene significado o relevancia para el alumno. En segundo lugar, sus datos revelaron que el aumento de la cantidad de material que hay que aprender suele incrementar drásticamente el tiempo que se tarda en aprenderlo. Esto es la curva de aprendizaje. En tercer lugar, estableció que el reaprendizaje es más fácil que el aprendizaje inicial, y que se tarda más en olvidar el material después de cada reaprendizaje posterior. El trabajo de Ebbinghaus también sugirió que el aprendizaje es más eficaz cuando se espacia en el tiempo, en lugar de concentrarse en una única sesión de estudio maratoniana. Esta idea fue confirmada posteriormente por otros investigadores (por ejemplo, Jost, 1897) (Boneau, 1998). Por último, Ebbinghaus descubrió que el olvido se produce más rápidamente justo después de que se produzca el aprendizaje y se ralentiza con el tiempo (Boneau, 1998; Craighead & Nemeroff, 2001). Estos hallazgos empíricos tienen importantes consecuencias para el desarrollo de la práctica pedagógica y también proporcionan una base teórica para orientar el estudio de las diferencias individuales en la inteligencia humana.
Publicaciones seleccionadas
Ebbinghaus, H. (1885/1962). Memory: Una contribución a la psicología experimental. New York: Dover.
Ebbinghaus, H. (1902). Grundzüge der Psychologie. 1. Band, 2. Theil. Leipzig: Veit & Co.
Ebbinghaus, H. (1908/1973). Psicología: Un libro de texto elemental. New York: Arno Press.
Boneau, C. A. (1998). Hermann Ebbinghaus: ¿En el camino del progreso o por el sendero del jardín? En G. A. Kimble, & M. Wertheimer, (Eds.), Portraits of pioneers in psychology (volume 3), pp. 51-64. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum.
Jost, G. (1897). Die Associationsfestigkeit in iher Abhängigkeit von der Verteilung der Wierderholungen. Zeitschriftfür Psychologie, 14, 436-472.
Wozniak, R. H. (1999). Introducción a la memoria: Hermann Ebbinghaus (1885/1913). En Clásicos de la psicología, 1855-1914: Ensayos históricos. Bristol, UK: Thoemmes Press.
Zawidzki, T. (2004). Ebbinghaus, Hermann. En C. Eliasmith (Ed.), Dictionary of Philosophy of Mind. Recuperado el 24 de julio de 2006 de http://artsci.wustl.edu/~philos/MindDict/entry.html.
Imagen cortesía de la Biblioteca Nacional de Medicina