La verdad sobre el cloro en las piscinas – Consejo de Calidad del Agua y Salud

La verdad sobre el cloro en las piscinas

Por el Consejo de Calidad del Agua &Salud
27 de mayo de 2016

Este verano, cuando se ponga el traje de baño y salga a la terraza de la piscina, es posible que se encuentre con una experiencia sensorial que le evoca felices recuerdos de veranos pasados: el sol cálido, el agua brillante de la piscina y el olor a cloro. Sin embargo, si el olor a cloro es muy fuerte, es posible que pronto vea a los nadadores con los ojos rojos saliendo de la piscina. Es entonces cuando se supone que el agua de la piscina tiene «demasiado cloro». Irónicamente, un fuerte olor químico alrededor de la piscina y los «ojos rojos de los nadadores» pueden ser señales de que no hay suficiente cloro en el agua. ¿Suena confuso? Es hora de aclarar las cosas sobre el cloro y las piscinas.

El cloro ayuda a proteger a los nadadores de los gérmenes transmitidos por el agua

La mayoría de los nadadores entienden que el cloro se añade a las piscinas para matar los gérmenes que pueden hacer que los nadadores enfermen. Los desinfectantes para piscinas a base de cloro ayudan a reducir el riesgo de los nadadores de contraer enfermedades transmitidas por el agua, como la diarrea, el oído del nadador y diversas infecciones de la piel. La gran ventaja del cloro sobre otros desinfectantes, como el ozono y los rayos ultravioleta, es que sigue actuando mucho después de añadirse al agua de la piscina; el cloro proporciona un nivel «residual» de protección contra los gérmenes presentes en el agua. El cloro no es el único «juego en la ciudad» cuando se trata de desinfectantes para piscinas, pero de los productos comunes, sólo los desinfectantes a base de cloro y bromo proporcionan una protección residual significativa. Las piscinas de agua salada, por cierto, son piscinas cloradas en las que el cloro se genera in situ a partir de cloruro de sodio.

Es importante que la química de la piscina sea correcta

Los gestores de piscinas se esfuerzan por mantener el nivel de «cloro libre» del agua de la piscina entre una y tres partes por millón. Mantener el nivel de cloro en ese rango depende de varios factores, como el pH del agua (debe estar entre 7,2 y 7,8), y la presencia de sustancias no deseadas en la piscina, como la orina, el sudor, los aceites corporales y las lociones, que compiten con el cloro y reaccionan con él. Estas sustancias se suman a lo que se conoce como «demanda de cloro»

Los productos de las reacciones químicas entre el cloro y las sustancias añadidas por los bañistas son irritantes conocidos como cloraminas. Son las cloraminas, y no el cloro, las responsables de los ojos rojos de los nadadores. Los nadadores poco higiénicos (léase: los que orinan en la piscina), se suman a la «demanda de cloro» y son a menudo la verdadera causa del ojo rojo del nadador. Desgraciadamente, como el cloro reacciona con las impurezas que traen los nadadores a la piscina, hay menos cantidad disponible para eliminar los gérmenes. Por tanto, los nadadores poco higiénicos no sólo favorecen la formación de sustancias irritantes en las piscinas, sino que también pueden aumentar inadvertidamente el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua. Es posible que se necesite más cloro para destruir químicamente las cloraminas formadas y restablecer un residuo de cloro libre.

Los nadadores pueden ayudar a mantener una natación saludable

Esto es una sorpresa para muchos nadadores. El hecho es que la higiene del nadador afecta a la química de la piscina y a la comodidad de los nadadores. El verano pasado hicimos la observación de que el «ojo rojo» del nadador es un indicador de que alguien podría haber orinado en la piscina. Eso hizo que nos concienciáramos y que nos hiciéramos de la vista gorda. Este año, unimos nuestros esfuerzos a los de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades y pedimos a los nadadores que se duchen antes de nadar y que nunca se orinen en la piscina. Cuando se dirija a la piscina este verano, huela el aire y decida si está a punto de saltar a una piscina saludable.

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