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22 de mayo de 2020

Todos tenemos momentos en la vida en los que nos sentimos vacíos y entumecidos. Quizás sea después de una conversación difícil que nos ha dejado agotados o después de un gran llanto. Pero este adormecimiento tiende a ser momentáneo. Muy pronto, la vida nos empuja y volvemos a la montaña rusa.

Pero para algunas personas, este sentimiento se mantiene.

Si ha estado experimentando una sensación de vacío o entumecimiento durante un período prolongado de tiempo, podría haber algo más profundo en juego.

Me siento vacío y entumecido, ¿qué ha provocado esto?

Cuando nos enfrentamos a un estrés abrumador, ya sea físico o emocional, el cuerpo tiene tres respuestas: luchar, huir o congelarse. Como adultos, cuando ocurre algo abrumador, tenemos el poder de defendernos o alejarnos («luchar» o «huir»). Pero cuando somos niños, estas opciones no están disponibles: estamos atrapados. En estos casos, desconectarse y separarse de lo que está sucediendo puede ser la única manera de mantenerse a salvo.

En el fondo, el entumecimiento emocional es un mecanismo de afrontamiento. Es una forma de aislarnos de algo que ha sido extremadamente doloroso o abrumador. A veces esto se puede remontar a un evento traumático específico, otras veces se puede atribuir más a una acumulación gradual de experiencias que sobrepasan nuestra capacidad de afrontamiento. A veces ocurre simplemente porque nunca se nos han dado las herramientas -o el permiso- para entender y sentirnos cómodos con nuestras emociones.

Aunque la experiencia pueda ser de vacío, en la raíz del adormecimiento emocional está lo contrario: un aluvión de sentimientos a los que nunca se les ha dado el espacio para ser experimentados y sentidos.

Aunque bloquear nuestras emociones puede habernos funcionado en el pasado -y permitirnos funcionar día a día- esta forma de manejar nuestros sentimientos puede convertirse fácilmente en una forma de vida. Y nos quedamos «atascados».

El entumecimiento emocional -conocido también como desapego- puede sentirse de forma diferente en cada persona. Es posible que lo experimentes como una sensación general de vacío, que te cueste identificar tus emociones o que te cueste compartir lo suficiente de ti mismo para formar conexiones profundas y significativas.

También puede llevarnos a recurrir a mecanismos de afrontamiento poco saludables como el alcohol y las drogas en un intento de sentirnos más «vivos».

¿Cómo puedo superar esta sensación de insensibilidad?

  1. Toma contacto con tus emociones

La tendencia a reprimir nuestras emociones se ha convertido -por desgracia- en parte de nuestra cultura. Pero las emociones necesitan ser sentidas, validadas y procesadas. Estar con nuestras emociones puede darnos miedo al principio, si es algo a lo que no estamos acostumbrados, pero con el tiempo empezaremos a darnos cuenta de que simplemente tenemos que permitir que sean, y que sigan adelante a su debido tiempo.

Las emociones son indicadores importantes. Nos dicen las cosas que son importantes para nosotros (y las que no lo son). Si estamos desconectados de nuestras emociones, es fácil que nos salgamos de nuestro «camino». Es posible que acabemos tomando decisiones de vida basadas en lo que deberíamos hacer, en lugar de lo que queremos hacer. Cuando vivimos una vida que no está en consonancia con nuestros valores, nos sentiremos un poco entumecidos o vacíos por dentro.

  1. Mueve tu cuerpo

El ejercicio es probablemente lo último en lo que piensas cuando te sientes entumecido o desmotivado. Pero intenta comprometerte a estar activo una vez al día, aunque sólo sean 10 minutos. Algo tan sencillo como un paseo a paso ligero por el parque de tu localidad es suficiente para inundar tu cerebro de endorfinas.

  1. Empieza a escribir un diario

Escribir es una forma estupenda de sintonizar con tus emociones. Cuando escribes, estás activando el lado izquierdo de tu cerebro (analítico, racional) lo que deja espacio para que el lado derecho de tu cerebro (creativo, intuitivo) acceda a tus sentimientos, sin que ningún bloqueo mental se interponga.

  1. Ejercicios de conexión a tierra

El entumecimiento emocional puede hacer que te sientas soñador o «fuera del cuerpo». Los ejercicios de conexión a tierra son una forma estupenda de volver a tu cuerpo, y pueden practicarse en cualquier lugar y en cualquier momento.

Este ejercicio se conoce como el «Juego 54321». Esto es lo que hay que hacer:

  • Describe 5 cosas que puedas ver en la habitación.
  • Nombra 4 cosas que puedas sentir (por ejemplo, «mi espalda contra las sábanas»)
  • Nombra 3 cosas que puedas oír (por ejemplo. «los pájaros fuera de mi ventana»)
  • Nombre 2 cosas que pueda oler
  • Nombre 1 cosa buena de usted mismo.
  1. Inicie la terapia

Llegar al fondo de por qué se siente así va a ser clave para su recuperación. Un terapeuta trabajará contigo para desentrañar el pasado y entender por qué has desarrollado esta estrategia de afrontamiento. Con el tiempo, aprenderás formas más sanas de estar con tus emociones.

Es importante decir que el entumecimiento emocional a veces puede ser un síntoma de problemas de salud mental como la depresión, el TEPT o varios trastornos disociativos. Y en estos casos, buscar la ayuda de un profesional de la salud mental es realmente importante.

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