Los abrigos de invierno ya no están de moda para las higueras
«Es como una tubería que revienta si el agua de su interior se convierte en hielo», dijo el Sr. Forrest.
Hay dos formas de proteger una higuera del clima invernal. Una es enterrar las ramas del árbol, un proceso agotador que dura días y que requiere doblar lentamente el tronco. La otra es envolverlo y quizás colocar un cubo de basura encima del árbol para protegerlo más. Es el método más popular y más fácil, pero puede seguir llevando mucho tiempo.
Benedetto Randozzo, un inmigrante de Sicilia que lleva más de 30 años viviendo en Astoria, ata las ramas de su árbol con una cuerda, apretando su amplia copa. Envuelve el árbol en mantas viejas (otra opción son los sacos de arpillera) y luego lo cubre con plástico para evitar la humedad y el moho. También puede echar algo de tierra o mantillo alrededor de la base del árbol para proteger sus raíces.
Al lado del Sr. Randozzo, hay cuatro higueras al descubierto. Dan, según el Sr. Randozzo, tanta fruta en verano como su árbol, que tiene desde hace 26 años. Mirando con desdén a los árboles vecinos, dijo en italiano: «Mi árbol es siciliano. No está acostumbrado al frío».
El entorno de las higueras de Astoria no es muy exigente. Los últimos inviernos neoyorquinos han tendido a ser suaves, y la ciudad es una especie de isla de calor, rodeada de agua y recubierta de asfalto y hormigón, dijo Marvin P. Pritts, presidente del departamento de horticultura de la Universidad de Cornell.
Los árboles «podrían sobrevivir a un invierno típico en nuestro clima, pero probablemente morirían en caso de mal tiempo», dijo el Sr. Pritts. Pritts dijo.
El Sr. Pando, que fue profesor de historia en Grecia y es jardinero jubilado de la Autoridad de la Vivienda de Nueva York, dijo que su tío, Paul Econom, plantó la higuera fuera de su casa y le enseñó a envolverla. «Mi tío decía: ‘Cubre el árbol para el invierno, cubre el árbol para la nieve, la nieve es peligrosa'», dijo el Sr. Pando.