Los cubanos ratifican la nueva constitución que consagra el sistema socialista de partido único

Alina Balseiro Gutiérrez, presidenta de la comisión, dijo en una conferencia de prensa en La Habana el lunes que los resultados preliminares mostraron que el 84,4 por ciento de los 7,8 millones de votantes potenciales participaron en el referéndum del domingo.

Dijo que del electorado potencial y no de los votos actules emitidos, el 73,31 por ciento ratificó la carta, el 7,6 por ciento se opuso a la ratificación y el 4,5 por ciento estropeó o dejó las papeletas en blanco.

En comparación, en 1976, cuando se ratificó la actual constitución, el 99.En comparación, en 1976, cuando se ratificó la actual Constitución, el 99,02 por ciento de los votantes, con una participación del 98 por ciento, ratificó la Constitución y sólo 54.000 se opusieron a ella.

No hay observadores independientes en las elecciones cubanas, pero los ciudadanos pueden observar el recuento en sus distritos electorales.

Informes locales dispersos en las redes sociales parecen confirmar los resultados.

La disidente más conocida de Cuba y bloguera pionera, Yoani Sánchez, que dirige un periódico en línea desde un barrio conocido por su apoyo al gobierno, escribió que desafió los insultos y los gritos para presenciar el recuento en su distrito electoral de 400 votos por el sí, 25 por el no y 4 en blanco.

El periódico independiente en línea El Toque pidió a sus lectores que enviaran recuentos locales, una docena de los cuales mostraban un apoyo abrumador a la ratificación.

Un informe de un distrito en la provincia central de Villa Clara daba la ratificación de la nueva constitución por 414 votos frente a 66 en contra, y otro de un distrito en el extremo occidental de Pinar del Río informaba de 298 votos a favor y 18 en contra.

El debate sobre la Constitución ha dominado la política cubana durante meses, con el gobierno argumentando que representa tanto la continuidad de las políticas del antiguo líder Fidel Castro como la adaptación a las demandas actuales y los opositores insistiendo en que es una
continuación del gobierno del partido comunista y la opresión.

El gobierno orquestó un debate popular sobre un borrador de la nueva constitución el año pasado, pero después de aprobar una versión final para el referéndum en diciembre, utilizó su monopolio de los medios de comunicación tradicionales y los espacios públicos para presionar para su aprobación.

No obstante, las campañas de duelo para votar «sí», «no» o abstenerse hicieron estragos en Internet. La Iglesia católica emitió una crítica que se leyó en las iglesias, y muchos evangélicos dijeron que se oponían.

Los disidentes, divididos entre los que abogaban por el «no» y los que pedían la abstención para no legitimar un proceso que consideraban un fraude, denunciaron algunos incidentes en todo el país de miembros que fueron temporalmente
detenidos o acosados.

«El gobierno cubano emprendió una campaña sin precedentes para asegurar un voto abrumadoramente positivo sobre la nueva Constitución como forma de legitimar tanto las reformas económicas orientadas al mercado que se están llevando a cabo como el nuevo liderazgo del presidente Miguel Díaz-Canel y la generación posrevolucionaria», dijo el profesor de gobierno de la American University y experto en Cuba William LeoGrande.

Hay cambios importantes en la nueva Constitución que reflejan la apertura gradual de la nación insular caribeña desde la caída de su antiguo benefactor, la Unión Soviética.

Hay referencias a los mercados y al reconocimiento de la propiedad privada, a la inversión extranjera, a las pequeñas empresas, a la identidad de género, a Internet, al derecho a la representación legal en caso de arresto y al habeas corpus.

La nueva constitución también reestructuraría el gobierno, añadiendo un primer ministro y estableciendo límites de mandato para el presidente, entre otros cambios.

«Es otra gran oportunidad perdida», dijo Carlos Saladrigas, un empresario cubano-estadounidense y director del Grupo de Estudios Cubanos que aboga por el compromiso con Cuba.

«Los pocos e importantes cambios económicos realizados no son suficientes para crear crecimiento económico y atraer inversión extranjera en las cantidades necesarias», dijo.

(REUTERS)

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