Los trastornos autoinmunes y los ojos
Cuando se padece una enfermedad autoinmune, el sistema inmunitario daña las células sanas, incluidas las de los ojos. A veces, el efecto en los ojos puede ser tan pronunciado que un oftalmólogo puede ser el primero en sospechar que tiene un trastorno autoinmune.
Tal vez le hayan diagnosticado un trastorno autoinmune y se pregunte cómo afecta a sus ojos. Tal vez haya notado problemas oculares recurrentes y piense que un trastorno puede ser el culpable. En cualquier caso, comprender la relación entre las enfermedades autoinmunes y la salud ocular puede ayudarle a saber qué hacer para cuidar sus ojos.
1. Artritis reumatoide
En la artritis reumatoide, el sistema inmunitario ataca principalmente el revestimiento de las articulaciones, empezando por las de los dedos de las manos y de los pies. En respuesta, el revestimiento se inflama, presionando y dañando el hueso y el cartílago que debe proteger. El trastorno puede afectar también a otras partes del cuerpo, incluidos los ojos.
La sequedad ocular causada por el ataque del sistema inmunitario a los conductos lagrimales es el síntoma más común relacionado con los ojos asociado a la artritis reumatoide, pero en algunos casos, la artritis puede atacar directamente la esclerótica, o parte blanca, del ojo. La inflamación resultante (que se denomina «escleritis») hace que los ojos se enrojezcan, duelan y sean sensibles a la luz, y puede destruir los tejidos oculares si no se trata.
Un oftalmólogo puede recetar lágrimas artificiales para tratar el ojo seco o gotas antiinflamatorias para tratar la escleritis.
2. Lupus
El sistema inmunitario de quienes padecen lupus ataca indiscriminadamente cualquier tejido del cuerpo, incluidos los órganos, las articulaciones, las células sanguíneas y la piel. Por ello, los síntomas asociados al lupus son amplios. Si tiene lupus, experimentará ciclos de remisión y reagudización, y con cada reagudización pueden presentarse diferentes síntomas.
El lupus puede dañar los ojos de diversas maneras, incluyendo la inflamación de los propios tejidos oculares, dañando los nervios que controlan el movimiento y la visión, y dañando la piel de los párpados.
Sin embargo, los problemas oculares más comunes que experimentan las personas con lupus son los cambios en los vasos sanguíneos de la retina. Cuando el sistema inmunitario ataca el sistema circulatorio, no llega suficiente sangre a los vasos sanguíneos de la retina. El ojo intenta solucionar el problema, pero simplemente crea más vasos sanguíneos, que tampoco tienen acceso a la sangre y, por tanto, sólo restringen aún más la visión.
El método principal para tratar la vasculitis retiniana es tratar el propio lupus. Actualmente el lupus no tiene cura, pero sus síntomas pueden controlarse. Su médico probablemente le recetará medicamentos antiinflamatorios para ayudar a restablecer el flujo sanguíneo.
Si su optometrista le diagnostica vasculitis retiniana y usted no tiene ningún trastorno autoinmune conocido, hable con su médico general sobre esa posibilidad. La vasculitis retiniana está asociada a muchos trastornos autoinmunes y rara vez se presenta por sí sola.
3. Psoriasis
La psoriasis provoca una acumulación extrema de células cutáneas en la superficie de la piel. Mientras que las células de la piel suelen tener un ciclo de vida de un mes, los enfermos de psoriasis experimentan un crecimiento celular nuevo cada pocos días. Esto da lugar a manchas de piel roja y seca cubiertas de escamas. Los factores ambientales y de estilo de vida, como el estrés, el frío, las lesiones de la piel y ciertos medicamentos, pueden provocar un brote del trastorno.
La psoriasis afecta a la piel de todo el cuerpo, incluidos los párpados. Pueden aparecer zonas rojas y escamosas que causan dolor al abrir y cerrar los ojos, o la piel puede secarse y agrietarse. Dado que la piel del contorno de los ojos es tan delicada, deberá hablar con su médico sobre las opciones de tratamiento de inmediato.
Para tratar la psoriasis en los ojos, su oftalmólogo podría sugerirle el uso de corticosteroides o medicamentos para el eczema. Deberá tener cuidado al aplicar cualquier pomada o crema, ya que pueden causar daños si entran en contacto con el propio ojo.
4. Esclerosis múltiple
Este trastorno autoinmune afecta específicamente al cerebro y al sistema nervioso. El sistema inmunitario ataca los nervios, que intentan repararse con tejido cicatricial. Sin embargo, el tejido cicatricial interrumpe las señales que viajan a través del sistema nervioso central, provocando entumecimiento, debilidad muscular, falta de control corporal, dolor y reducción de la función cognitiva.
Además de todos esos síntomas, también puede sufrir problemas de visión. De hecho, los problemas de visión pueden ser uno de los primeros indicios de que se padece esclerosis múltiple, razón por la cual son tan importantes los exámenes oculares periódicos. Un indicador inicial común de la EM es una inflamación del nervio óptico, conocida como neuritis óptica, que restringe su visión, ya sea borrosa o limitándola por completo.
Otros problemas oculares asociados a la EM incluyen movimientos oculares incontrolados y visión doble, debido a la debilidad de los músculos que impiden que sus ojos se coordinen entre sí. En todos los casos, los síntomas suelen resolverse por sí solos durante el curso del tratamiento general de la EM, pero su oftalmólogo podría recomendarle también corticosteroides.