Lyda D. Newman

Lyda D. Newman fue una inventora afroamericana. Inventó un cepillo para el pelo que podía desmontarse fácilmente para su limpieza. Se le concedió la patente estadounidense 614.335 el 15 de noviembre de 1898.

Nacida hacia 1885 en Ohio, Newman vivió y trabajó en Manhattan, en la ciudad de Nueva York. El cepillo para el cabello que inventó se describe en su patente como «de construcción sencilla y duradera» y «muy eficaz cuando se utiliza». El soporte de las cerdas podía extraerse de la parte trasera y limpiarse. Se conoce muy poca información sobre su vida personal.

Lyda era hija de un trabajador del acero y de un ama de casa. Estuvo muy unida a sus padres durante la infancia. Su familia se trasladó a Nueva York cuando ella tenía trece años en un esfuerzo por vivir una vida mejor. Lyda D Newman sólo tenía 14 años cuando inventó su versión modificada del cepillo para el pelo. Fue su experiencia con su propio cabello lo que la impulsó a desarrollar una versión mejorada. Lyda fue también la tercera mujer negra en recibir una patente. Se sabe poco de su vida porque fue una mujer afroamericana durante el siglo XIX, un periodo en el que las vidas de las mujeres, especialmente las afroamericanas, no estaban muy bien documentadas. También se desconoce su muerte.

Vivía en un apartamento en el Lower West Side de Manhattan donde trabajaba como peluquera privada. Utilizaba su diseño de cepillo para las familias para las que trabajaba, y estaba bien considerada por ser una mujer afroamericana durante esa época. También fue una activista por los derechos de las mujeres a votar y a participar en cargos públicos. Lyda fue una de las principales organizadoras de la rama afroamericana del Partido del Sufragio Femenino. Trabajó estrechamente con otras destacadas sufragistas blancas del partido y fue una parte fundamental del movimiento. El objetivo era dar poder a todas las mujeres. Una de sus funciones en el movimiento fue recorrer los distritos de la ciudad de Nueva York para concienciar y reunir a la gente para que asistiera a las reuniones sobre el sufragio en su distrito electoral.

Aunque no fue la primera en inventar el cepillo para el pelo, ya que existía desde los antiguos egipcios, realizó importantes modificaciones que mejoraron el cuidado del cabello. Su versión del cepillo incluía cerdas sintéticas y una cámara de aire para reducir la estática y alisar más el cabello. Sus cerdas sintéticas, a diferencia del pelo de animal que era el material habitual de los cepillos en aquella época, hacían que el cepillo fuera mucho más duradero y fácil de limpiar. El sintético duraba más, era más fuerte y no se rompía con tanta facilidad, y también soportaba mucho mejor el agua. El sintético hacía más fácil manipular la colocación de las cerdas, por lo que podía separarlas más para simplificar la limpieza. La adición de cerdas en hilera también permitía eliminar los residuos del pelo y pero en un compartimento empotrado. Con sólo pulsar un botón, se podía acceder al compartimento de residuos para facilitar la limpieza. Otra característica que añadió para simplificar el proceso de limpieza fue que hizo que las cerdas fueran desmontables. Esto permitió a los peluqueros ahorrar tiempo entre clientes y ser más higiénicos. La adición de la cámara de aire permitió un mayor flujo de aire a través del cepillo durante su uso, permitiendo también que el cabello se secara más rápidamente. La cámara de aire se abría por sus lados hacia el exterior y tenía pequeñas aberturas entre las cerdas. Su diseño hizo que el cepillo fuera más barato y fácil de fabricar. Gracias a sus aportaciones, más mujeres pudieron permitirse un cepillo para el pelo.

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