Neuropatía periférica

Neuropatía periférica

  • Causas

  • Tipos

  • Síntomas

  • Diagnóstico

  • Tratamiento

  • Prevención

  • Gestión

La neuropatía periférica es un tipo de daño en el sistema nervioso. Específicamente, es un problema con su sistema nervioso periférico. Se trata de la red de nervios que envía información desde el cerebro y la médula espinal (sistema nervioso central) al resto del cuerpo.

Causas de la neuropatía periférica

La neuropatía periférica tiene muchas causas diferentes. Algunas personas heredan el trastorno de sus padres. Otras la desarrollan a causa de una lesión u otro trastorno.

En muchos casos, un tipo diferente de problema, como una afección renal o un desequilibrio hormonal, conduce a la neuropatía periférica. Una de las causas más comunes de neuropatía periférica en Estados Unidos es la diabetes.

Tipos de neuropatía periférica

Hay más de 100 tipos de neuropatía periférica, cada uno con su propio conjunto de síntomas y pronóstico. Para ayudar a los médicos a clasificarlas, suelen dividirse en las siguientes categorías:

  • Neuropatía motora. Se trata de daños en los nervios que controlan los músculos y el movimiento del cuerpo, como mover las manos y los brazos o hablar.

  • Neuropatía sensorial. Los nervios sensoriales controlan lo que se siente, como el dolor, la temperatura o un ligero toque. La neuropatía sensorial afecta a estos grupos de nervios.

  • Neuropatía nerviosa autonómica. Los nervios autónomos controlan funciones de las que no se es consciente, como la respiración y los latidos del corazón. Los daños en estos nervios pueden ser graves.

  • Neuropatías combinadas. Puede tener una mezcla de 2 o 3 de estos otros tipos de neuropatías, como una neuropatía sensitivo-motora.

Síntomas de la neuropatía periférica

Los síntomas de la neuropatía periférica varían según el tipo que tenga y la parte del cuerpo que esté afectada. Los síntomas pueden ir desde el hormigueo o el entumecimiento de una determinada parte del cuerpo hasta efectos más graves como el dolor quemante o la parálisis.

  • Debilidad muscular

  • Campos

  • Cambios en la piel, el pelo, o en las uñas

  • Entumecimiento

  • Pérdida de la sensación o del tacto en partes del cuerpo

  • Pérdida del equilibrio u otras funciones como efecto secundario de la pérdida de la sensación en las piernas brazos u otras partes del cuerpo

  • Alteraciones emocionales

  • Interrupciones del sueño

  • Pérdida de dolor o sensación que puede ponerle en riesgo, como no sentir un ataque cardíaco inminente o dolor en las extremidades

  • Incapacidad para sudar adecuadamente, lo que lleva a la intolerancia al calor

  • Pérdida de control de la vejiga, lo que lleva a la infección o a la incontinencia

  • Mareos, aturdimiento o desmayo debido a la pérdida de control de la presión arterial

  • Diarrea, estreñimiento o incontinencia relacionados con daños nerviosos en los intestinos o el tracto digestivo

  • Problemas para comer o tragar

  • Síntomas que ponen en peligro la vida, como dificultad para respirar o latidos irregulares del corazón

Los síntomas de la neuropatía periférica pueden parecerse a los de otras condiciones o problemas médicos. Consulte siempre a su proveedor de atención médica para obtener un diagnóstico.

Diagnóstico de la neuropatía periférica

Los síntomas y las partes del cuerpo afectadas por la neuropatía periférica son tan variados que puede ser difícil hacer un diagnóstico. Si su proveedor de atención médica sospecha que hay daños en los nervios, realizará una amplia historia clínica y una serie de pruebas neurológicas para determinar la ubicación y el alcance de los daños en los nervios. Estas pueden incluir:

  • Pruebas de sangre

  • Pruebas del líquido cefalorraquídeo

  • Pruebas de fuerza muscular

  • Pruebas de la capacidad de detectar vibraciones

En función de lo que revelen las pruebas básicas, su proveedor de atención médica puede querer hacer una exploración más profunda y otras pruebas para obtener una mejor visión de su daño nervioso. Las pruebas pueden incluir:

  • Exploración por TAC

  • Radiografía

  • Electromiografía (EMG) y estudios de conducción nerviosa

  • Biopsia del nervio y de la piel

Tratamiento de la neuropatía periférica

Por lo general, una neuropatía periférica no se puede curar, pero se pueden hacer muchas cosas para evitar que empeore. Si la causa es una enfermedad subyacente, como la diabetes, el médico la tratará primero y luego tratará el dolor y otros síntomas de la neuropatía.

En algunos casos, los analgésicos de venta libre pueden ayudar. Otras veces, se necesitan medicamentos con receta. Algunos de estos medicamentos son la mexiletina, un medicamento desarrollado para corregir los ritmos cardíacos irregulares; los anticonvulsivos, como la gabapentina, la fenitoína y la carbamazepina; y algunas clases de antidepresivos, incluidos los tricíclicos como la amitriptilina.

Las inyecciones y los parches de lidocaína pueden ayudar a aliviar el dolor en otros casos. Y en casos extremos, se puede recurrir a la cirugía para destruir los nervios o reparar las lesiones que causan el dolor y los síntomas neuropáticos.

Prevención de la neuropatía periférica

Las opciones de estilo de vida pueden contribuir a prevenir la neuropatía periférica. Puede reducir el riesgo de padecer muchas de estas afecciones evitando el alcohol, corrigiendo las deficiencias vitamínicas, siguiendo una dieta saludable, perdiendo peso, evitando las toxinas y haciendo ejercicio con regularidad. Si padece una enfermedad renal, diabetes u otra afección crónica, es importante que trabaje con su proveedor de atención médica para controlar su afección, lo que puede prevenir o retrasar la aparición de la neuropatía periférica.

Manejo de la neuropatía periférica

Incluso si ya padece alguna forma de neuropatía periférica, las medidas de estilo de vida saludable pueden ayudarle a sentirse mejor y a reducir el dolor y los síntomas relacionados con el trastorno. También querrá dejar de fumar, no dejar que las lesiones queden sin tratar y ser meticuloso en el cuidado de los pies y el tratamiento de las heridas para evitar complicaciones, como la pérdida de una extremidad.

En algunos casos, los aparatos ortopédicos para manos y pies sin receta pueden ayudarle a compensar la debilidad muscular. Los aparatos ortopédicos pueden ayudarle a caminar mejor. Las técnicas de relajación, como el yoga, pueden ayudar a aliviar los síntomas tanto emocionales como físicos.

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