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Revisión: tétanos en el perro

Los animales afectados con tétanos generalizado presentan rigidez de los músculos de las extremidades, del cuello y de la cola y anomalías musculares faciales características (risus sardonicus, trismo, prolapso del tercer párpado). También se han notificado signos intracraneales, signos gastrointestinales, signos respiratorios y arritmias. Los signos del tétanos están causados por una neurotoxina producida por la forma vegetativa de Clostridium tetani, un bacilo Gram positivo anaerobio obligado que forma esporas. Las esporas resistentes, que se encuentran comúnmente en el medio ambiente, vegetan en respuesta a condiciones anaeróbicas, como en una herida penetrante profunda o en animales con dientes. Se producen tres toxinas: la tetanospasmina, la tetanolisina y la toxina no espasmódica. La tetanospasmina es la toxina más importante y es responsable de los principales signos clínicos. Esta toxina inhibe la liberación de neurotransmisores en las interneuronas inhibidoras de la médula espinal y el cerebro, lo que provoca una hiperextensión muscular. La tetanolisina provoca hemólisis y favorece la multiplicación de las bacterias anaerobias al aumentar la necrosis tisular. El papel de la toxina no espasmódica no se conoce bien; se cree que causa parálisis del sistema nervioso periférico.

Tras la germinación de las esporas en un entorno anaeróbico, las toxinas se liberan y la tetanospasmina puede acceder al sistema nervioso central por captación en los terminales axonales y transporte retrógrado intraaxonal. La toxina también es transferida por la linfa al torrente sanguíneo y se unirá a los terminales axónicos en sitios distantes. Los nervios craneales suelen verse afectados, ya que los axones nerviosos son relativamente cortos y la toxina alcanza rápidamente las membranas de las vesículas presinápticas, donde ejerce su acción tóxica. Los perros y los gatos tienen una resistencia natural a la toxina. El periodo medio de incubación en los perros es de cinco a diez días y los signos pueden ser generalizados o localizados. La forma localizada es más común en los gatos que en los perros, ya que los gatos son más resistentes a la toxina. La diferencia de resistencia entre especies está relacionada con la relativa dificultad de la toxina para penetrar y unirse al tejido nervioso en las distintas especies. El caballo es el animal más susceptible, algo más que la especie humana; las aves de corral son las más resistentes.

La tetanospasmina tiene afinidad por los gangliósidos de la materia gris del sistema nervioso central y puede causar signos cerebrales. También puede actuar a nivel de la unión neuromuscular donde puede inducir una facilitación neuromuscular directa antes de la migración al sistema nervioso central . El aumento de la actividad simpática y parasimpática puede provocar taquiarritmia o bradiarritmia.

El diagnóstico del tétanos suele basarse en los signos clínicos. En algunos casos puede detectarse una herida. Las muestras de sangre para el recuento sanguíneo completo (CBC) y la bioquímica no suelen ser útiles, aunque puede observarse una elevación de la creatina quinasa. Sin embargo, estas investigaciones pueden ayudar a descartar otras posibles causas de rigidez muscular.

Se puede intentar el aislamiento de C. tetani, pero esto requiere condiciones anaeróbicas y medios de cultivo especiales. El crecimiento es lento y suele tardar más de 12 días. Si hay una herida, la tinción de Gram puede mostrar bastones típicos y endosporas esféricas en un frotis.

El tratamiento del tétanos generalizado consiste en antitoxina intravenosa, antibióticos, desbridamiento de la herida, sedación/relajación muscular y cuidados de enfermería (alimentación, mantenimiento de la hidratación, prevención de la suciedad, etc.). Los casos no tratados suelen ser mortales debido a complicaciones respiratorias.

La antitoxina neutraliza cualquier toxina libre o no unida y debe administrarse lo antes posible tras la aparición de los signos clínicos. La administración intravenosa de antitoxina se asocia con una alta prevalencia de anafilaxia. La formación de ronchas tras la inyección intradérmica puede indicar la probabilidad de que se produzca una reacción sistémica. Se ha recomendado la administración de antitoxina intratecal (intracisternal) en animales gravemente afectados, ya que la antitoxina no penetra la barrera hematoencefálica. Sin embargo, debido a su potencial toxicidad en el espacio subaracnoideo, sólo debe utilizarse en los casos gravemente afectados.

El desbridamiento de la herida y el uso de peróxido de hidrógeno tópico es importante para eliminar el tejido necrótico e inhibir el posterior crecimiento bacteriano mediante el aumento de la tensión de oxígeno.

La terapia antibiótica está indicada para eliminar los organismos vegetativos de C. tetani y prevenir la posterior formación de toxinas. Durante mucho tiempo se ha considerado que la penicilina es el fármaco de elección, pero un estudio realizado por Ahmadsyah y Salim comparó la respuesta en perros con tétanos a la penicilina y al metronidazol. Este estudio reveló que los perros que recibieron metronidazol tuvieron una mejor respuesta al tratamiento, con una tasa de mortalidad significativamente menor y una estancia más corta en el hospital. El metronidazol es más activo contra los anaerobios y alcanzará altas concentraciones en los tejidos anaerobios.

Los relajantes musculares y los sedantes están indicados en los casos con marcada rigidez muscular e hiperexcitabilidad. El diazepam puede utilizarse como relajante muscular y puede emplearse cuando se producen convulsiones. Los derivados de la fenotiazina (por ejemplo, la acepromazina) tienen un efecto sedante y una débil acción anticolinérgica.

Los cuidados de enfermería de apoyo son importantes, ya que los perros suelen estar hipertérmicos, anoréxicos o disfágicos, hiperexcitables y propensos a las úlceras por presión y a la suciedad urinaria/fecal. Algunos casos requerirán alimentación por sonda si la disfagia o la regurgitación son graves e incluso traqueotomía si se producen espasmos laríngeos. La fisioterapia es importante para mejorar el riego sanguíneo y el drenaje linfático de los músculos. También ayuda a relajar los músculos espásticos y a aliviar las molestias.

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