Reconociendo la negligencia

La negligencia ocurre cuando un individuo que depende de otra persona para su cuidado no recibe la ayuda o la atención que necesita para mantener su salud y bienestar. Mientras que el maltrato puede manifestarse como una denegación intencionada de cuidados, la negligencia se produce con mayor frecuencia debido a un descuido o a la incapacidad de un cuidador para atender adecuadamente a la persona a su cargo.

Debido a que lo más probable es que el cuidador negligente no reconozca que se está produciendo la negligencia, es importante que los demás sean capaces de identificar los factores de riesgo de la negligencia y de reconocer los signos y síntomas de la misma en los grupos de alto riesgo.

  • Factores de riesgo de desatención
  • Signos de desatención
  • Efectos de la desatención

Factores de riesgo de desatención

Para reconocer la desatención, puede ser útil saber dónde mirar. Ciertos factores pueden poner a las personas en mayor riesgo de convertirse en cuidadores negligentes o en víctimas de la negligencia. Por ejemplo, los padres con problemas de abuso de sustancias pueden ser más propensos a descuidar a sus hijos, y los niños que viven en zonas pobres o violentas pueden tener un mayor riesgo de abandono.

Los factores de riesgo para la negligencia infantil incluyen:

  • Violencia doméstica
  • Problemas crónicos de salud médica o mental en la familia
  • Padres con problemas de drogas y alcohol
  • Pobreza
  • Falta de apoyos sociales
  • Duelo y pérdida parental o duelo y pérdida familiar
  • Eventos vitales estresantes
  • Padres o cuidadores que tienen discapacidades o deterioro cognitivo
  • Tener hijos pequeños

Los factores de riesgo para el abandono de ancianos incluyen:

  • Demencia u otros problemas cognitivos
  • Falta o pérdida de cónyuge, pareja, o apoyos sociales
  • Deterioro funcional
  • Problemas crónicos de salud física
  • Estresores financieros o pobreza

Señales de abandono

Además de los factores de riesgo, existen numerosas señales de advertencia a tener en cuenta a la hora de identificar a posibles víctimas de abandono. La siguiente lista está dividida por edades, con algunas coincidencias.

Las señales de advertencia de la negligencia infantil incluyen:

  • Aumento de los problemas de salud mental
  • Hipervigilancia
  • Pérdida de peso o signos de desnutrición
  • Cambios en el rendimiento escolar o en la asistencia
  • Dificultades de aprendizaje
  • Robar o pedir comida
  • Poca higiene, ropa sucia, ropa insuficiente para el clima
  • Heridas o enfermedades no tratadas
  • Consumo frecuente de drogas o alcohol por parte del cuidador o del niño
  • Supervisión inconsistente

Las señales de advertencia para la negligencia de los ancianos incluyen:

  • Deterioro funcional repentino
  • Aislamiento de amigos y familiares
  • Pérdida de peso o signos de desnutrición
  • Disminución de la atención a la higiene
  • Sentimientos de desesperanza, miedo, o depresión
  • Disorientación o problemas cognitivos
  • Acumulación
  • Dificultad para gestionar las finanzas

Los efectos del abandono

Independientemente de la edad, las víctimas del abandono pueden verse afectadas negativamente por él. La duración de estos efectos depende de la gravedad de la negligencia, de su duración, de la edad de la víctima en el momento en que se produjo y del tipo de cuidados proporcionados como respuesta.

Los niños pequeños, especialmente los menores de 3 y 4 años, necesitan cuidadores atentos que satisfagan sus necesidades físicas, emocionales, psicológicas y cognitivas. Este tipo de cuidados promueve la seguridad y el desarrollo saludable. Las investigaciones indican que la ausencia de cuidados regulares puede hacer que los niños muestren respuestas traumáticas. Durante el abandono, el cerebro no recibe la estimulación positiva que requiere para el crecimiento; en su lugar, se inunda de hormonas del estrés. La infraestimulación constante, junto con el miedo y la ansiedad continuos, pueden afectar negativamente al desarrollo físico y mental del niño, lo que puede dar lugar a problemas a medida que crece.

Estos problemas pueden incluir los siguientes:

  • Deterioro del desarrollo cerebral: Es posible que algunas partes del cerebro no se desarrollen correctamente, lo que provoca problemas de salud mental, problemas cognitivos y académicos, y problemas de habla y lenguaje.
  • Mala salud física: Los estudios indican que los niños desatendidos pueden correr el riesgo de padecer diabetes, obesidad en la adolescencia o una mala función pulmonar.
  • Mala salud emocional o mental: El abandono pone a los niños en riesgo de sufrir problemas de salud mental relacionados con el trauma, como el estrés postraumático, la personalidad límite, la depresión y la ansiedad. Las investigaciones demuestran que existe una mayor probabilidad de ideación suicida y episodios depresivos entre quienes han sufrido abusos y negligencia.
  • Pobre apego y habilidades sociales: Algunos bebés y niños pequeños que experimentan la pérdida de su cuidador principal a una edad temprana tienen problemas para formar vínculos más tarde en la vida.
  • Problemas de comportamiento: Los niños que experimentan negligencia pueden tener límites pobres y presentar una amabilidad indiscriminada.
  • Adicción: Los estudios demuestran que los niños que sufren abuso o negligencia pueden tener una mayor probabilidad de abusar de las drogas y el alcohol.

Los adultos y los ancianos víctimas de la negligencia también pueden sufrir efectos negativos. Estos efectos, que van de leves a graves, pueden afectar a los siguientes aspectos de la vida de una persona:

  • Físicos: La negligencia de los ancianos puede provocar problemas como lesiones no controladas o no tratadas, úlceras por presión, desnutrición y agravamiento de problemas de salud preexistentes.
  • Psicológicos: Las personas mayores que sufren negligencia pueden experimentar problemas de salud mental como depresión, ansiedad o estrés postraumático.
  • Social: Las personas mayores pueden enfrentarse al aislamiento, a la pérdida de apoyos sociales y a la pérdida de salidas sociales saludables.
  • Financiera: La falta de gestión financiera puede provocar la pérdida de servicios vitales como la calefacción o la electricidad, de recursos o de un lugar donde vivir.

Es importante tener en cuenta que la negligencia puede tener implicaciones graves y, en algunos casos, puede provocar la muerte. Los ancianos que han sido maltratados o descuidados tienen un 300% más de riesgo de muerte. Además, de los 683.000 niños víctimas de maltrato en 2015, 1.670 de ellos fueron mortales.

Estas cifras pueden ser abrumadoras, pero la buena noticia es que la negligencia se puede prevenir, y la ayuda está fácilmente disponible.

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