¿Sacarse sangre? Cómo lidiar con el miedo a las agujas

Someterse a una extracción de sangre es un procedimiento muy común que es necesario para diagnosticar y tratar una amplia gama de afecciones y enfermedades. A la mayoría de las personas se les extrae sangre muchas veces a lo largo de su vida y, en general, no suelen ser un problema.

Pero para otras personas, la extracción de sangre puede desencadenar sentimientos de miedo y ansiedad extremos. Las personas con fobias graves a las agujas pueden incluso evitar las pruebas médicas por completo, lo que podría inhibir su capacidad para recibir diagnósticos precisos.

Algunas personas desarrollan un miedo a las agujas en respuesta a una experiencia negativa; quizás tuvieron una extracción de sangre difícil en el pasado, o experimentaron un efecto adverso como un desmayo. Otras personas pueden haber sido criadas por un miembro de la familia con miedo a las agujas, y han heredado la fobia. La ansiedad generalizada y la baja tolerancia al dolor también pueden desencadenar el miedo a las agujas.

En cualquier caso, hay algunos consejos que puede seguir para calmar los nervios antes de que le extraigan la sangre, para garantizar una experiencia de extracción de sangre menos estresante.

Hable con el flebotomista

Aunque la extracción de sangre puede ser una ocasión trascendental para usted, para su flebotomista (la persona que le extrae la sangre), es simplemente otro día de trabajo. Lo más probable es que hayan trabajado con cientos -si no miles- de pacientes nerviosos en el pasado.

Hablar de sus preocupaciones puede aliviar su ansiedad, ya que su flebotomista probablemente tendrá algunas palabras tranquilizadoras para compartir. Si le preocupa la posibilidad de desmayarse, puede hacerle sentir mejor saber que entienden perfectamente la situación y que están preparados para ayudarle si es necesario. Como mínimo, pueden entablar una conversación para que no pienses en la aguja.

Respira

Cuando las personas están ansiosas, tienden a tensar el cuerpo y a contener la respiración. Pero esta reacción puede desencadenar sensaciones de mareo o vértigo, lo que a su vez hará que los síntomas de ansiedad se sientan más graves.

Respirar lenta y profundamente mientras le sacan sangre puede ayudar a calmar sus nervios y a relajar su cuerpo en general. Intente inhalar lentamente hasta contar cuatro y luego exhalar durante el mismo tiempo. Concéntrese en mantener una respiración uniforme y constante durante todo el tiempo.

Haga una exploración de todo el cuerpo

Si le pone nervioso que le inyecten una aguja, es muy probable que acabe hiperconcentrado en esa sensación mientras le sacan sangre. Para distraerse de la aguja en el brazo, compruebe el resto de su cuerpo.

Por ejemplo, ¿cómo se siente la punta de la nariz? ¿Qué tal las orejas, las puntas de los dedos, las rodillas y la planta de los pies? Si dirige su atención a otras partes del cuerpo, puede hacer que la sensación de la extracción de sangre sea menos intensa.

Distracción

La extracción de sangre suele ser una experiencia muy rápida; probablemente entrará y saldrá en pocos minutos. Pero si se siente especialmente ansioso o necesita que se le extraiga una mayor cantidad de sangre, puede ser útil planificar una distracción.

Por ejemplo, traiga sus auriculares y escuche su lista de reproducción favorita, o tal vez sólo alguna música tranquilizadora. También puede ver un videoclip divertido en su teléfono, enviar un mensaje de texto a sus amigos o cerrar los ojos y visualizar que está en un lugar feliz.

En definitiva, es probable que la extracción de sangre nunca se convierta en su experiencia más agradable. Pero con un poco de preparación mental, puede acallar esa parte ansiosa de su cerebro lo suficiente como para superar su miedo a las agujas de una vez por todas.

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