Su hijo camina de puntillas

Lo que puede notar

La mayoría de los niños «caminan de puntillas» cuando se desplazan (se mueven por una habitación agarrándose a los muebles), especialmente si están en un suelo desnudo. Algunos niños siguen caminando de puntillas ocasionalmente, sólo por diversión. Por ejemplo, su hija puede caminar de puntillas cuando finge ser una princesa.

En general, no hay razón para preocuparse por el hecho de caminar de puntillas antes de los 2 años. Y los niños que caminan de puntillas después de eso suelen hacerlo por costumbre.

Pero asegúrese de hablar con el médico de su hijo si éste:

  • Camina de puntillas la mayor parte del tiempo
  • Tiene los músculos rígidos
  • Se muestra descoordinado
  • Camina con torpeza, tropieza o tiene un andar tambaleante
  • Parece lento en el desarrollo de la motricidad fina, como coger objetos pequeños con el dedo y el pulgar (agarre de pinza)
  • Parece incapaz de soportar su peso sobre un pie plano
  • Pierde habilidades motoras que ya tenía

¿Qué lo provoca?

Si su hijo siempre anda de puntillas, es posible que tenga un problema físico, como un tendón de Aquiles corto, que le impide ponerse de pie plano y limita la amplitud de movimiento de su tobillo. Pero si su hijo camina constantemente de puntillas y es incapaz de hacerlo con el pie plano en el suelo, podría ser un signo de un trastorno motor como la parálisis cerebral.

Hay varios tipos de parálisis cerebral. La forma más común es la «espástica», que significa que los músculos afectados están rígidos. (Los niños nacidos prematuramente tienen un mayor riesgo de desarrollar parálisis cerebral). Por lo tanto, si su hijo camina de puntillas, podría tener una forma de parálisis cerebral que hace que los tendones de Aquiles estén tan tensos que el talón se levanta y los dedos de los pies apuntan hacia abajo.

Caminar de puntillas también se asocia con retrasos en el lenguaje y con el trastorno del espectro autista, por lo que es importante comprobar si su hijo tiene otros problemas con la comunicación o las habilidades de socialización. Es posible que desee programar una evaluación del desarrollo para asegurarse.

Si el médico de su hijo encuentra que su hijo tiene un buen tono muscular y rango de movimiento en el tobillo, y también descarta la parálisis cerebral, el trastorno del espectro autista u otro problema, entonces su hijo podría ser diagnosticado con una condición llamada marcha idiopática del dedo del pie. Se trata de un diagnóstico global que significa que la causa es desconocida y que su hijo probablemente camina de puntillas por costumbre. Este tipo de andar de puntillas suele desaparecer por sí solo con el tiempo.

Lo que su médico puede recomendar

El médico de su hijo puede hacer una evaluación de la función cerebral y el desarrollo motor de su hijo para determinar el mejor curso de tratamiento. La intervención precoz es fundamental porque la fisioterapia o la cirugía pueden mejorar las habilidades motoras y la fuerza muscular, y prevenir daños en los músculos que afectan al movimiento de las articulaciones.

Si su hijo tiene un problema físico, como un tendón de Aquiles corto, el tratamiento puede comenzar con fisioterapia que incluya estiramientos.

Su hijo puede necesitar llevar una ortesis de tobillo-pie, que es una férula de plástico ligera que se extiende por la parte posterior de la pierna y mantiene el pie en un ángulo de 90 grados. Su hijo llevaría la ortesis por la noche y posiblemente durante el día hasta que el problema se resuelva. (Puede quitársela para bañarse o hacer ejercicios de fortalecimiento.)

Otro enfoque es el enyesado en serie. En este tratamiento, un ortopedista aplica una serie de yesos o escayolas de fibra de vidrio para estirar y alargar el tendón y aumentar el rango de movimiento del tobillo. Las escayolas se cambian cada pocas semanas, más o menos, a medida que el tendón se estira, y las escayolas dejan de ser necesarias una vez que el tendón es lo suficientemente largo. (Una de las desventajas de los yesos en serie es que no pueden retirarse temporalmente como las férulas mencionadas anteriormente.)

En algunos casos, el médico de su hijo puede recomendar la cirugía.

Si su hijo tiene parálisis cerebral o un trastorno del espectro autista, la terapia incluirá el tratamiento de la afección subyacente. En ese caso, una evaluación del desarrollo es el primer paso.

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