¿Sufres ansiedad por separación?
Durante mucho tiempo se pensó que la ansiedad por separación era cosa de niños pequeños. Esta etapa familiar del desarrollo, en la que la ausencia de uno de los padres o de un ser querido provoca un profundo malestar, suele aparecer durante la infancia.
Con paciencia y tranquilidad, la ansiedad por separación suele remitir en unos meses o unos pocos años sin tratamiento psicológico. Los psiquiatras han sostenido durante mucho tiempo que sus efectos han terminado en la edad adulta.
La ansiedad por separación puede comenzar en la edad adulta
Pero investigadores australianos han identificado que la ansiedad por separación puede comenzar o continuar en la edad adulta. Esta ansiedad suele centrarse en uno o dos seres queridos, e incluso puede dirigirse a una mascota.
La profesora asociada Vijaya Manicavasagar, psicóloga australiana pionera en la investigación de este trastorno, afirma que hasta uno de cada 20 adultos sufrirá un trastorno de ansiedad por separación en su vida. Las mujeres son más propensas a padecerlo que los hombres.
La profesora asociada Manicavasagar -en colaboración con su colega el profesor Derrick Silove- comenzó a investigar la ansiedad por separación en adultos tras darse cuenta de que un número significativo de clientes parecía resistirse a los tratamientos convencionales para la ansiedad y el trastorno de pánico.
«Trabajábamos en una gran clínica en la que atendíamos a muchos cientos de pacientes. Sin embargo, había un número significativo que no se beneficiaba tanto como debería de la terapia cognitivo-conductual, que es el tratamiento basado en la evidencia para el trastorno de pánico».
Al examinar de cerca, la profesora asociada Manicavasagar, que es la directora de la Clínica de Psicología del Instituto Perro Negro, estudió cuidadosamente los casos individuales de esta cohorte. Pudo identificar que estos pacientes estaban unidos por una profunda dependencia de la presencia de un ser querido.
La Dra. Manicavasagar dijo que los enfermos suelen ser personas ocupadas y de alto rendimiento que comprenden que su comportamiento no es la norma. Muchos controlan los síntomas del trastorno reduciendo sus actividades cotidianas, por ejemplo, negándose a viajar por trabajo.
La tecnología enmascara el problema
Dijo: «La tecnología puede enmascarar la existencia del trastorno. Los mensajes de texto y las videollamadas dan a los afectados los medios para estar en contacto constante con el objeto de su atención de una forma socialmente aceptable».
Los problemas se producen cuando la separación del ser querido provoca tal ansiedad que la calidad de vida se resiente seriamente. Los síntomas pueden incluir dolores de cabeza, náuseas, dificultad para dormir y pesadillas. Incluso puede provocar ataques de pánico que, si no se tratan, pueden derivar en un trastorno de pánico y confundirse con la agorafobia.
Los profesionales de la salud mental se mostraron al principio escépticos con el nuevo diagnóstico. Los trabajos realizados durante casi 20 años -algunos de ellos con un equipo de investigación con sede en EE.UU. dirigido por la Dra. Katherine Shear- han confirmado desde entonces la existencia del ASAD.
El trabajo pionero de los investigadores australianos fue reconocido cuando el trastorno se incluyó en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM5), una de las referencias clave para el diagnóstico psiquiátrico. Anteriormente, éste mantenía que el trastorno de ansiedad por separación sólo lo sufrían los jóvenes.
Investigación para un tratamiento
El reconocimiento del trastorno está mejorando ahora, a medida que aumenta el conocimiento entre los profesionales de la salud mental. En la Universidad de Nueva Gales del Sur se está llevando a cabo un estudio pionero en el mundo, dirigido por el Profesor Asociado Manicavasagar, con el fin de establecer un tratamiento basado en la evidencia para el ASAD.
Las investigaciones posteriores pueden examinar los factores que contribuyen al desarrollo del trastorno de ansiedad por separación en adultos. Algunos investigadores sugieren que puede estar relacionado con la pérdida o el duelo, pero se necesita más investigación.
Para quienes descubran que un deseo irracional de contacto constante con un ser querido está afectando a su vida, el profesor asociado Manicavasagar recomienda consultar a un psicólogo adecuado. Un profesional experimentado podrá utilizar la terapia cognitivo-conductual para examinar los pensamientos que subyacen a la preocupación. Ayudará a los afectados a desarrollar habilidades para controlar la ansiedad y sus síntomas.