Teoría de la inoculación

Definición de la teoría de la inoculación

La teoría de la inoculación fue ideada por William McGuire a principios de la década de 1960 como una estrategia para proteger las actitudes del cambio-para conferir resistencia a las influencias contraactitudinales, ya sea que dichas influencias tomen la forma de ataques directos o de presiones sostenidas.

Naturaleza de la teoría de la inoculación

La teoría de la inoculación consta de dos elementos: amenaza y anticipación refutatoria. El componente de amenaza de un tratamiento de inoculación plantea la posibilidad de que una persona pueda encontrar desafíos persuasivos a las actitudes existentes. Está diseñado para que las personas reconozcan la vulnerabilidad de las actitudes existentes ante un posible cambio. La amenaza funciona como catalizador motivacional de la resistencia. Una vez que una persona acepta que las actitudes son vulnerables al cambio, se esforzará por fortalecerlas. El componente de anticipación refutatoria de un tratamiento de inoculación plantea -y luego refuta- argumentos específicos contrarios a las actitudes. Está diseñado para proporcionar el contenido específico que las personas pueden utilizar para defender las actitudes y para proporcionar a las personas un modelo o guión sobre cómo defender las actitudes.

Los estudios realizados por McGuire en la década de 1960 demostraron, de forma convincente, que la inoculación funciona. Los estudios posteriores de Michael Pfau indicaron que la inoculación funciona, en parte, a través de los mecanismos teóricos de la amenaza y la contraargumentación, pero también provocando la ira, haciendo que las actitudes sean más seguras, haciendo que las actitudes sean más accesibles y alterando la estructura de las redes asociativas.

La evidencia del papel motivacional de la amenaza en la resistencia se encuentra en la consistencia de los hallazgos de McGuire y Pfau de que los tratamientos de inoculación-misma e inoculación-diferente son igualmente efectivos para conferir resistencia a los ataques. Los tratamientos de inoculación igual cubren los mismos contraargumentos planteados en ataques posteriores, mientras que los tratamientos diferentes emplean contraargumentos que son completamente diferentes a los planteados en ataques posteriores. Dado que los tratamientos de inoculación-diferentes presentan un contenido único, la eficacia no puede atribuirse al componente de refutación-prevención del tratamiento; en cambio, sólo puede explicarse por el componente de amenaza, que motiva a las personas a reforzar sus actitudes. El poder de la inoculación proviene del hecho de que los tratamientos extienden un amplio paraguas de protección, no sólo contra los contraargumentos específicos planteados en tratamientos posteriores, sino contra todos los contraargumentos potenciales.

Aplicaciones de la teoría de la inoculación

La inoculación es una teoría interesante y útil. Las investigaciones de los últimos 20 años han revelado numerosas aplicaciones de la teoría de la inoculación en el mundo real. Por ejemplo, los estudios indican que es posible inocular, por ejemplo, a los partidarios políticos de un candidato en una campaña contra la influencia de los anuncios de ataque de un oponente; a los ciudadanos contra la influencia corrosiva de los anuncios de ataque político patrocinados por el dinero blando en los valores democráticos; a los ciudadanos de las democracias incipientes contra la espiral de silencio que puede frustrar la expresión de las opiniones minoritarias; las marcas comerciales contra la influencia de los anuncios comparativos de la competencia; las empresas contra el daño a la credibilidad y la imagen que puede producirse en situaciones de crisis; y los jóvenes adolescentes contra la influencia de la presión de grupo, que puede llevarles a fumar, a beber siendo menores de edad y a otros comportamientos perjudiciales.

  1. Compton, J. A., & Pfau, M. (2005). Teoría de la inoculación de la resistencia a la influencia en la madurez: Avances recientes en el desarrollo y aplicación de la teoría y sugerencias para futuras investigaciones. En P. J. Kalbfleisch (Ed.), Communication yearbook (Vol. 29, pp. 97-145). Mahwah, NJ: Erlbaum.
  2. McGuire, W. J. (1964). Inducing resistance to persuasion. Algunos enfoques contemporáneos. En L. Berkowitz (Ed.), Advances in experimental social psychology (Vol. 1, pp. 191-229). New York: Academic Press.
  3. Szabo, E. A., & Pfau, M. (2002). Matices en la inoculación: Teoría y aplicaciones. En J. P. Dillard &M. Pfau (Eds.), The persuasion handbook: Developments in theory and practice (pp. 233-258). Thousand Oaks, CA: Sage.

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