Tiña versicolor
¿Qué es la tiña versicolor?
La tiña versicolor es una infección fúngica superficial de la piel. Está causada por el crecimiento excesivo de una levadura que normalmente está presente en la piel. Puede provocar una decoloración de la piel y, en ocasiones, un ligero picor. La infección también se conoce como pitiriasis versicolor.
Para muchas personas, los médicos tratan la afección con éxito con medicamentos antimicóticos tópicos u orales. Con el tratamiento, la mayoría de las personas se recuperan totalmente de esta infección.
¿Quiénes corren más riesgo de contraer la tiña versicolor?
La tiña versicolor afecta a muchas personas en todo el mundo. Las personas que viven en regiones tropicales o subtropicales son las que corren más riesgo. Es común durante los meses de verano en climas templados y alrededor de la pubertad, cuando las glándulas sebáceas de la piel están más activas.
Puede correr un mayor riesgo si su sistema inmunitario no funciona correctamente. Esto puede ocurrir si toma medicamentos como los corticoesteroides, si se ha sometido a un trasplante de órganos o si padece enfermedades como la diabetes. Las mujeres embarazadas son más propensas a la tiña versicolor.
¿Es contagiosa la tiña versicolor?
La tiña versicolor no es contagiosa.
¿Qué causa la tiña versicolor?
Un crecimiento excesivo de levaduras en la superficie de la piel causa la tiña versicolor. Si la piel está lo suficientemente caliente, húmeda y aceitosa, la levadura natural puede crecer en pequeñas colonias. Estas colonias de levadura provocan los síntomas de la tiña versicolor.
¿Cuáles son los síntomas de la tiña versicolor?
En la mayoría de las personas, la tiña versicolor provoca síntomas leves. Estos pueden incluir:
- Decoloración de la piel, generalmente en la cara, el cuello, el pecho y el abdomen. Pueden aparecer manchas descoloridas en cualquier parte del cuerpo.
- Picor en o alrededor de las zonas de la piel afectadas por la tiña versicolor
- Sudación excesiva
- Parches de piel que:
- Tienen bordes muy definidos
- Son más claros o más oscuros que la piel normal y pueden ser de color rosa, amarillo-marrón o bronceado
- Pueden secarse y formar escamas
- Pueden no oscurecerse con el sol
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