USMCA: Los 3 cambios más importantes del nuevo TLCAN y por qué importan

El presidente Donald Trump y los líderes demócratas llegaron a un acuerdo para aprobar un nuevo acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá que actualizará el TLCAN.

La aprobación del nuevo acuerdo comercial, conocido como Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá, sería una victoria sustancial tanto para Trump -dado que es una de sus promesas de campaña- como para los demócratas, que quieren demostrar que están legislando incluso mientras se preparan para impugnar al presidente.

Entonces, ¿en qué se diferencia el USMCA del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y por qué debería importarte?

Aunque el texto final revisado del USMCA aún no ha sido publicado, el acuerdo, tal y como se detalló en mayo, contiene numerosos ajustes respecto a su predecesor, tanto grandes como pequeños. Como economista agrícola que estudia el comercio, creo que tres cambios son especialmente dignos de mención.

Pasa la mantequilla

Desde 1994, Estados Unidos y Canadá han eliminado los aranceles y otras restricciones comerciales sobre la mayoría de los productos agrícolas. Pero hubo algunas excepciones, sobre todo los productos lácteos.

Los productos lácteos fueron un punto de fricción especialmente problemático en las negociaciones de un año de duración entre los tres países. Tanto Estados Unidos como Canadá tienen un largo historial de políticas proteccionistas, como la subvención a los productores de leche y el establecimiento de cuotas de importación de leche. Los aranceles canadienses sobre algunos productos pueden llegar al 300%.

El nuevo USMCA comienza a cambiar eso, representando una pequeña pero importante victoria para ambos países, especialmente para EE.UU.

En virtud del nuevo acuerdo, Canadá frenará algunas de las formas en que protege su industria láctea, como permitir que más leche, mantequilla, queso y otros productos lácteos estadounidenses entren en Canadá libres de impuestos, con un tratamiento recíproco para las exportaciones lácteas canadienses a EE.UU.

Fabricado en América del Norte

El nuevo acuerdo también introdujo grandes cambios para los fabricantes de automóviles con la esperanza de garantizar que se fabriquen más vehículos y piezas en América del Norte.

A partir de 2020, para poder beneficiarse de los aranceles cero al cruzar las fronteras, un coche o camión debe tener el 75% de sus componentes fabricados en Canadá, EE.UU. o México, frente al 62,5% actual.

Asimismo, los negociadores acordaron un nuevo requisito según el cual entre el 40% y el 45% de los componentes de un vehículo deben ser fabricados por trabajadores que ganen al menos 16 dólares por hora, lo que supone unas tres veces más que el salario medio que ganan actualmente los trabajadores mexicanos del sector del automóvil.

Este cambio es enorme, sobre todo para los trabajadores mal pagados de México. Pero puede dar lugar a desafíos sobre la aplicación de las leyes laborales y aumentar el coste de los coches fabricados en los tres países.

Actualización

La sociedad ha experimentado importantes cambios tecnológicos desde que se implementó el TLCAN en 1994. Por aquel entonces, Internet estaba aún en pañales, mientras que los teléfonos inteligentes y los coches autoconducidos eran apenas imaginables.

Por eso la modernización -actualizar las reglas y normas para estar al día- es una actualización crítica y positiva del acuerdo comercial que une al continente norteamericano.

Aunque el TLCAN fue el primer tratado comercial que incluyó protecciones de la propiedad intelectual, el elevado ritmo de la innovación ha hecho imperativa la modernización de sus disposiciones.

El nuevo acuerdo incluye protecciones más sólidas para las patentes y las marcas en ámbitos como la biotecnología, los servicios financieros y los nombres de dominio, todos los cuales han avanzado considerablemente en el último cuarto de siglo. También contiene nuevas disposiciones que regulan la expansión del comercio digital y la inversión en productos y servicios innovadores.

Por otra parte, los negociadores acordaron actualizar las normas laborales y medioambientales, que no eran fundamentales en el acuerdo de 1994 y que ahora son típicas en los acuerdos comerciales modernos. Los ejemplos incluyen la aplicación de un salario mínimo para los trabajadores del sector del automóvil, normas medioambientales más estrictas para los camiones mexicanos y nuevas normas de pesca para proteger la vida marina.

Aparte de los cambios, hay una cosa importante del TLCAN original que se mantendrá, gracias a la insistencia de Canadá. El Capítulo 19 es el mecanismo de solución de controversias que permite a los países buscar soluciones por el incumplimiento de las normas. Es como un «tribunal de comercio» y hace mucho más fácil desafiar las políticas de otro país.

Aunque el Senado de México ratificó el USMCA a principios de este año, el acuerdo aún necesitaba la aprobación de Canadá y del Congreso de Estados Unidos. Los demócratas y los sindicatos insistieron en las revisiones del texto para abordar el cumplimiento de las disposiciones laborales y medioambientales y la protección de la propiedad intelectual. El nuevo texto revisado acordado por Trump y los demócratas aborda estas cuestiones y ahora está listo para ser aprobado por los tres países.

Con todo, creo que el nuevo TLCAN es definitivamente una versión moderna y actualizada de su importante predecesor, que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos caracterizó como uno de los acuerdos comerciales más exitosos de la historia.

Esta es una versión actualizada de un artículo publicado originalmente el 2 de octubre de 2018.

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