Vencer a los resfriados y a la gripe

Detén un resfriado antes de que te detenga a ti: te enseñamos cómo hacerlo.

Prevención

Aumenta tu inmunidad

El resfriado no se coge; el resfriado te coge a ti. Cuando tu sistema inmunitario no funciona a pleno rendimiento, los virus, las bacterias, los hongos y los parásitos se apoderan de ti y se produce ese cosquilleo en la garganta. La mejor manera de prevenir un resfriado es dotar a tu sistema inmunitario de todo su poder de combate. Para ello, sigue un estilo de vida saludable.

Una dieta sana y equilibrada, llena de verduras y frutas frescas, proteínas magras y grasas saludables, será una buena base. Consumir suficiente hierro, zinc y vitaminas A, C, E, B6 y B12 contribuirá al funcionamiento de las células inmunitarias. Un exceso de grasa frenará el funcionamiento del sistema inmunitario. Hacer ejercicio con regularidad, dormir lo suficiente, controlar el estrés, limitar el alcohol y la cafeína y evitar el tabaco también refuerzan su inmunidad.

Evita resfriarte

Todos sabemos que los resfriados y la gripe pueden transmitirse simplemente al toser, estornudar o tocar superficies, así que acostúmbrate a lavarte las manos con regularidad, ya que esto reduce la probabilidad de que contraigas infecciones de las vías respiratorias.

Intenta limitar tu contacto con personas que estén resfriadas o tengan gripe. Si no puedes mantener la distancia con personas como los miembros de tu familia, además de lavarte las manos con frecuencia, mantén limpias las superficies de tu casa con un desinfectante antibacteriano de tu supermercado local.

Vacúnate contra la gripe

La eficacia de la vacuna contra la gripe depende de la gripe que circule ese año. Si los científicos predicen correctamente las cepas, la inyección antigripal puede reducir el riesgo de desarrollar la gripe en un 70-90%. Se necesita una nueva inyección antigripal cada año, ya que la vacuna antigripal de un año no le protegerá de una cepa más nueva, y la inmunidad de cualquier inyección se agota con el tiempo.

La vacuna antigripal es la mejor manera de prevenir y controlar la gripe, aunque su médico también puede recetarle medicamentos antivirales. Para las personas de 65 años o más, y las más jóvenes con ciertas condiciones médicas crónicas, la vacuna contra la gripe es gratuita.

Tratar un resfriado

Ahorrar un resfriado

Vitamina C: Una revisión de estudios descubrió que tomar 200 mg o más de vitamina C como medida preventiva era eficaz para reducir la incidencia de contraer un resfriado sólo en personas expuestas a un frío importante y/o a estrés físico (incluyendo a personas como soldados y corredores de maratón). La incidencia de resfriados no cambió en ninguno de los estudios comunitarios.

Algunos estudios han descubierto que tomar vitamina C antes de la aparición de un resfriado reduce la duración y la gravedad, pero en cantidades muy pequeñas. Es posible que la variación del efecto dependa de la cantidad de vitamina C que haya en la dieta normal, por lo que se recomienda incluir alimentos ricos en vitamina C todos los días. Pruebe las grosellas negras, el pimiento, los kiwis, el brócoli, las fresas, la coliflor y los cítricos.

Zinc: La administración de suplementos de zinc se ha considerado una forma de reducir la duración de los resfriados y la gripe, ya que desempeña un papel importante en el mantenimiento de la función inmunitaria. Aunque se ha pensado que las pastillas de zinc reducen la duración y los síntomas de un resfriado, la investigación sólo ha encontrado pruebas débiles que lo respalden. De hecho, las dosis de zinc superiores a 30 mg pueden provocar malestar estomacal o vómitos, y una suplementación excesiva y prolongada de zinc puede provocar una deficiencia de cobre. En su lugar, obtenga suficiente zinc comiendo alimentos como carnes magras y mariscos, productos lácteos bajos en grasa, cereales integrales, judías y frutos secos.

Echinacea: Probablemente el suplemento herbario más reconocido para la prevención y el tratamiento de los resfriados y la gripe. Actualmente existe una controversia sobre la eficacia de la equinácea en el tratamiento de los resfriados y la gripe. Algunos estudios muestran que la equinácea reduce la duración de los resfriados, mientras que otros no muestran ninguna diferencia. Todo lo que podemos decir es que se necesita más investigación en el uso de la equinácea en la función inmunológica.

Ajo: Los estudios sobre el uso del ajo para tratar el resfriado son mínimos. Sin embargo, un estudio demostró que las personas a las que se les administró un suplemento de ajo con alicina tuvieron una duración más corta de la enfermedad, así como menos probabilidades de desarrollar un resfriado. El ajo parece ser más eficaz cuando se utiliza como preventivo, así que ¿por qué no se acostumbra a incluir el ajo en su cocina, ya que también puede tener muchos otros beneficios para la salud?

Los líquidos: Los líquidos ayudan a aliviar los síntomas asociados a los resfriados y la gripe. Los líquidos calientes, como la sopa o las infusiones, pueden ayudar a aflojar la mucosidad y mantener la garganta húmeda. Evita el alcohol y las bebidas con cafeína, ya que tienen un efecto secante. Y, por supuesto, bebe mucha agua.

Aliviar los síntomas

Dolores y molestias: Baja el ritmo, descansa y duerme más. También puedes probar con una compresa caliente mientras te relajas en la cama.

Tos: Se ha demostrado que la miel alivia la tos y mejora el sueño en personas con resfriados y gripe.

Fiebre: Mantenga los líquidos como el agua, la sopa y las bebidas sin cafeína. Los líquidos le mantendrán hidratado, le harán sentirse mejor y aflojarán la mucosidad.

Dolor de garganta: Haga gárgaras con agua tibia con sal para aliviar el dolor de garganta. La sopa de verduras caliente también es una buena manera de aliviar el dolor.

¿Qué me aflige?

Resfriado

Qué es: Los resfriados son enfermedades infecciosas leves causadas por más de 100 virus diferentes. De todos los resfriados, los rinovirus y los coronavirus son responsables del
50-70%.

Quién lo padece: Los virus del resfriado son las enfermedades más infecciosas que contraemos. Los adultos tienen una media de dos a cuatro días al año de resfriado, mientras que los niños tienen una media de seis a diez días, dependiendo de su edad.

Signos y síntomas: Los síntomas suelen comenzar con un cosquilleo en la garganta, seguido de estornudos, tos, secreción nasal y fatiga general.
Duración: Algunos resfriados pueden durar menos de 24 horas; otros pueden durar hasta 10 días.

Gripe

Qué es: Una enfermedad respiratoria aguda causada por el virus de la gripe.

Quién la padece: La gripe afecta a todos los grupos de edad, pero los niños y los adultos mayores de 65 años son los más propensos a desarrollarla.

Signos y síntomas: Al ser más grave que el resfriado común, la gripe provoca fiebre, dolores de cabeza y musculares y una fuerte tos.

Duración: La fiebre puede durar hasta cinco días, y la enfermedad suele resolverse en un plazo de tres a siete días. La tos y la fatiga general pueden durar semanas.

Bronquitis

Qué es: Inflamación del revestimiento de las vías respiratorias, que suele estar causada por virus o por el tabaquismo.

Quién la padece: Afecta tanto a los adultos como a los niños, más durante los meses de invierno.

Signos y síntomas: El signo más común de la bronquitis es una tos que «saca» un moco amarillo-verdoso, indicativo de infección. También puede haber dolor de garganta y de pecho, fiebre, disnea y fatiga.

Duración: La bronquitis aguda aparece repentinamente, provoca síntomas graves, pero sólo dura un par de semanas. La bronquitis crónica dura más tiempo.

Neumonía

Qué es: Una infección pulmonar contagiosa causada por virus, bacterias u hongos, o por la inhalación de sustancias extrañas. Los pulmones se llenan de mucosidad o líquidos y no pueden funcionar correctamente, lo que significa que el oxígeno no puede llegar a la sangre y a las células.

Quién la padece: Una de cada 100 personas contrae neumonía cada año.

Signos y síntomas: Se caracteriza por fiebre, síntomas de gripe, dolor en el pecho y respiración rápida y superficial. A veces se asocia con dolores de cabeza, confusión, fatiga y pérdida de apetito.

Duración: Con tratamiento, la mayoría de las neumonías bacterianas pueden curarse en una o dos semanas. Las neumonías víricas pueden tardar más tiempo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.