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Take with a grain of salt
Cuando buscas en internet te encuentras con muchas cosas que tienes que tomar con un grano (o pizca) de sal. Utilizamos esta frase para sugerir que aplicamos un grado de escepticismo a lo que nos han transmitido. Al fin y al cabo, no queremos que nos vean como demasiado crédulos. Pero, ¿de dónde viene la frase?
La sal era un condimento muy importante en la antigüedad, pero como era difícil de conseguir era muy valorada. Ha dado lugar a una serie de frases hechas que salpican nuestro idioma. Se dice que a los legionarios romanos se les pagaba en parte con sal para que su comida fuera más sabrosa, origen de nuestra palabra salario (de salarium). La frase, valer la sal, se utilizaba como aprobación de su valía y eficacia. Comer sal con alguien se utilizaba para significar que se disfrutaba de su compañía y amistad. En la sociedad educada, el salero se colocaba en el centro de la mesa y, por tanto, estar encima de la sal significaba que estabas sentado cerca de tu anfitrión y, en consecuencia, en una posición favorable. Trollope utilizó la sal, la sal de la juventud, para indicar el espíritu. Y, por supuesto, tenemos la sal bíblica de la tierra y muchos otros usos.
En el libro 23 de su Naturalis Historia, Plinio el Viejo cuenta la historia de Mitrídates el Grande, que en un intento de resistir el asesinato desarrolló una panacea que era eficaz contra todas las toxinas conocidas. Según Plinio, su poción consistía en más de 50 aditivos diferentes, cada uno de los cuales había sido probado en prisioneros, que se molían en un polvo y se convertían en una tableta masticable que él tomaba con un grano de sal. Lo que queda de los textos clásicos se debe a la casualidad y a la diligencia (o no) de los escribas, a menudo monjes, que como parte de sus tareas diarias copiaban los manuscritos. Eran notoriamente inexactos -pasé parte de mi tercer año en la universidad comparando versiones del mismo texto tratando de descifrar cuál era el original- y a menudo propensos a introducir su propio pensamiento o las costumbres de la época en los textos. Y esto es probablemente lo que tenemos aquí.
Las teorías medievales decían que Plinio era escéptico en cuanto a la veracidad de la historia mitrídica y que la comunicaba con el jinete para tomarla con una pizca de sal. Es poco probable que esto sea correcto, en primer lugar porque el grano de sal no parece haber sido una señal en la literatura romana para desconfiar de lo que se decía. Si realmente quisiera poner en guardia al lector, Plinio habría utilizado probablemente algo más actual. En segundo lugar, la frase latina que se ha asociado a nuestro idioma es un trozo de latín medieval, cum grano salis, que casi con toda seguridad no aparecía en el texto original.
El uso figurado de la frase data al menos del siglo XVII. El Comentario sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento de John Trapp, fechado en 1648, contiene la frase «esto debe tomarse con un grano de sal». La variante, pellizco, es una variante mucho más moderna, que probablemente apareció por primera vez impresa en 1948, irónicamente, en un libro sobre Historia Romana, Cicerón y la República Romana, de F R Cowell, «Cicerón y sus amigos tomaron más que la proverbial pizca de sal antes de tragarse todo lo escrito por estos autores anteriores».
Por supuesto, una pizca es más que un grano. Hoy en día somos mucho más derrochadores.