ZacharyTaylor
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Los norteños y los sureños disputaron fuertemente si los territorios arrebatados a México debían abrirse a la esclavitud, y algunos sureños incluso amenazaron con la secesión. Zachary Taylor se mantuvo firme y estaba dispuesto a mantener la Unión por la fuerza armada en lugar de llegar a un acuerdo.
Nacido en Virginia en 1784, fue llevado de niño a Kentucky y criado en una plantación. Fue oficial de carrera en el ejército, pero lo que más hablaba era de la cría de algodón. Su casa estaba en Baton Rouge, Luisiana, y era dueño de una plantación en Mississippi.
Pero Taylor no defendía la esclavitud ni el seccionalismo sureño; 40 años en el Ejército lo convirtieron en un fuerte nacionalista.
Pasó un cuarto de siglo vigilando las fronteras contra los indios. En la Guerra de México obtuvo importantes victorias en Monterrey y Buena Vista.
El presidente Polk, molesto por los hábitos informales de mando del general Taylor y quizás también por su whiggery, lo mantuvo en el norte de México y envió una expedición al mando del general Winfield Scott para capturar la ciudad de México. Taylor, indignado, pensó que «la batalla de Buena Vista abrió el camino a la ciudad de México y a los salones de Moctezuma, para que otros pudieran deleitarse con ellos».
Las maneras caseras del «Viejo Rudo y Listo» eran un activo político. Su largo historial militar atraería a los norteños; su propiedad de 100 esclavos atraería los votos del sur. No se había comprometido en cuestiones problemáticas. Los whigs lo nominaron para competir con el candidato demócrata, Lewis Cass, que estaba a favor de dejar que los residentes de los territorios decidieran por sí mismos si querían la esclavitud.
En protesta contra Taylor, el esclavista, y Cass, el defensor de la «soberanía de los ocupantes ilegales», los norteños que se oponían a la extensión de la esclavitud a los territorios formaron un Partido de la Tierra Libre y nominaron a Martin Van Buren. En unas elecciones muy reñidas, los Free Soilers restaron suficientes votos a Cass para elegir a Taylor.
Aunque Taylor había suscrito los principios whig de liderazgo legislativo, no se inclinaba por ser una marioneta de los líderes whig en el Congreso. A veces actuaba como si estuviera por encima de los partidos y la política. Tan desaliñado como siempre, Taylor trató de dirigir su administración de la misma manera en que había combatido a los indios.
Tradicionalmente, los pueblos podían decidir si querían la esclavitud cuando elaboraban nuevas constituciones estatales. Por lo tanto, para poner fin a la disputa sobre la esclavitud en nuevas zonas, Taylor instó a los colonos de Nuevo México y California a redactar constituciones y solicitar la condición de estado, pasando por alto la etapa territorial.
Los sureños estaban furiosos, ya que ninguna de las constituciones estatales permitía la esclavitud; los miembros del Congreso estaban consternados, ya que sentían que el presidente estaba usurpando sus prerrogativas de formulación de políticas. Además, la solución de Taylor ignoraba varias cuestiones secundarias agudas: la aversión del norte al mercado de esclavos que operaba en el Distrito de Columbia y las demandas del sur de una ley más estricta sobre los esclavos fugitivos.
En febrero de 1850 el presidente Taylor había celebrado una tormentosa conferencia con los líderes del sur que amenazaban con la secesión. Les dijo que si era necesario hacer cumplir las leyes, él personalmente dirigiría el Ejército. A las personas «tomadas en rebelión contra la Unión, las colgaría… con menos reticencia que a los desertores y espías en México». Nunca vaciló.
Entonces los acontecimientos dieron un giro inesperado. Después de participar en las ceremonias en el Monumento a Washington en un abrasador 4 de julio, Taylor cayó enfermo; en cinco días estaba muerto. Tras su muerte, las fuerzas del compromiso triunfaron, pero la guerra a la que Taylor había estado dispuesto a enfrentarse llegó 11 años después. En ella, su único hijo Richard sirvió como general en el ejército confederado.